Capítulo 2

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Capítulo 2

Cassian

Comprobé que, efectivamente, estaba dormida. La miré unos segundos más antes de cerrar la puerta detrás de mí y volví por el pasillo de la casa, hacia mi habitación. Sin embargo, antes de llegar, me detuve y me dí la vuelta. Azriel estaba apoyado en la puerta de su habitación, mirándome. Conocía aquella mirada en el rostro de mi hermano, mas preferí ignorarlo.

—¿Está dormida?— Preguntó.

—Como un tronco, no ha tardado nada.— Respondí, plegando mis alas para poder apoyarme en la pared también. —¿Qué opinas de ella?— Az se mantuvo callado por varios segundos.

—Creo que es extraña, pero no en el mal sentido.—

—Grandes palabras para ser dichas por ti, que difícilmente te cae bien alguien.— Él rodó los ojos y se dió la vuelta para entrar otra vez en su habitación, pero antes de hacerlo,me dirigió unas palabras que por alguna razón, me provocaron una sensación de incomodidad.

—Ten cuidado.— El crujido de su puerta cerrándose fue lo último que escuché de él y decidí restarle importancia, volviendo a mi propia habitación.

Me acosté en mi cama, tan grande que cabíamos Rhys, Az y yo incluso con las alas desplegadas. Cerré los ojos y las imágenes de lo sucedido hoy se reprodujeron en mi mente como una película.

Especialmente el primer encuentro con Lea en las calles de Velaris. Parecía asustada pero aún así se las arregló para correr lejos de nosotros. Creo que jamás olvidaría la imagen de ella con la sorpresa plasmada en su pequeño y delicado rostro. La manera en la que sus labios carnosos, pálidos por el frío, se convirtieron en una "o" perfecta y sus redondos oscuros ojos brillaron.

Resoplé. Ella era como un cachorro perdido, ingenuo e inocente... O no. Tal vez era un lobo disfrazado de oveja, porque tras ver cómo se había puesto en la reunión con Rhys, ya no tenía claro que fuera tan fácil lidiar con ella. Pero al menos no era como Nesta al principio, mordiendo a diestro y siniestro a cualquiera que le hablara.

No pude evitar que una sonrisa se deslizara por mis labios al recordar a Nesta. Probablemente ahora nos veríamos un poco menos y ella querría ahorcar a Rhys por ello, pero ambos comprendíamos que si nuestro Alto Lord lo ordenaba, así debía ser. Sin embargo lo que más lamentaba era que habíamos tenido que posponer nuestra ceremonia de apareamiento por diversas razones. Claro que nuestros sentimientos ya eran claros y firmes, nada impediría que nos uniéramos como pareja.

***

Lea

La mañana llegó en un parpadeo. Cuando abrí mis ojos la luz del sol llegaba incluso a los rincones más profundos de la habitación. Me senté en la cama y me estiré, bostezando. Ahora que tenía la cabeza un poco más despejada, fue un poco vergonzoso ver que me había dormido en menos de un minuto. "Muy bien Lea, tu duérmete como si nada en un lugar desconocido." Suspiré y me bajé de la cama, viéndola ahora en el día, noté que era bastante grande. Paseé mis ojos aún algo dormidos por la habitación y noté ropa plegada en una silla. Me acerqué y tomé la tela entre mis dedos, era un vestido de color rojo granate de manga larga; sencillo y largo, sin mucho escote y partes que dejaran al descubierto mi piel, cosa que agradecía al recordar el frío de la noche anterior. Comencé a desnudarme y no mucho después ya tenía puesto el vestido. Parecía fino entre mis dedos pero una vez puesto noté que abrigaba bastante, sonreí al verme en el reflejo del espejo. Mi cabello negro caía sobre mis hombros, más abajo de mis pechos. El toque ajustado hasta la cintura y luego la caída libre quedaba hermoso.

Salí de mi habitación y recorrí el pasillo, que ya estaba iluminado por el sol. El ruido proveniente de un lugar de la casa fue lo que me guió hasta el salón. Claro que lo primero que una espera ver nada más despertar es a dos hombres con el torso desnudo peleando entre sí.

Una corte de Estrellas y LiriosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora