Capítulo 15

133 14 18
                                    

Capítulo 15

Lea

Si alguien me hubiera dicho hace 2 meses que tendría que espiar a lo más similar a un dios de la muerte, me habría reído en su cara, alegando que estaba drogado. Iba a enfrentarme a un ser inmortal que era capaz de separar mi cabeza de mi cuerpo en un chasquido de dedos si así lo quería. Así que si me preguntaban si estaba bien...No, no lo estaba. No estaba nada bien. Apenas había podido dormir esta última semana y no hablemos de comer. Era un milagro si ese nudo en mi estómago se aflojaba lo suficiente para permitirme digerir algo ligero. Lo peor era que tenía que alimentarme, no podía irme sin los suficientes nutrientes en mi cuerpo. Si de por sí era un objetivo igual de débil que una mosca, sólo faltaba que mi cuerpo estuviera tan débil que ni mis piernas responderían a la hora de huir.

Si es que conseguía llegar a esa etapa.

Porque seamos honestos, yo no tenía nada de especial. Ni entrenamiento de guerrera ni dotes de espía como Azriel o Cassian. Lo único que me daba ventaja era mi mayor debilidad, mi mortalidad. Mi ser tan patéticamente humano.

Envolví mis dedos en el colgante en mi cuello mientras miraba la noche tranquila en Velaris, pensativa, y después guiaba mi atención al uniforme de cuero ilyrio perfectamente plegado encima del pequeño escritorio. Asu lado había una ligera armadura, apenas perceptible, de color negro también junto a algunos cinturones igualmente oscuros de cuero. Según Cassian eran para sujetar las armas que llevara encima, ¿pero qué armas iba a llevar si no sabía usar ninguna?

Pasado mañana era el día. La ansiedad y el terror me iban consumiendo.

Era una tonta. Estaba asustada hasta los huesos pero aún así iría. ¿Por qué? preguntó Cassian en su momento. Su expresión confundida y preocupada aún aparecía en mi mente de vez en cuando, recordando la conversación. En ese momento no supe darle una respuesta. o más bien... no quise responder. ¿Cómo podría decirle que aquel día dí el paso hacia adelante, más que por agradecimiento, porque no quería que fuera él quien se arriesgara? No tenía el valor de decir algo así en su cara ni en voz alta. Admitirlo a mi misma ya era un trabajo duro.

—...Bueno, mejor arriesgarse que arrepentirse.— Susurré a nadie en particular mirando por la ventana, viendo las calles pacíficas de Velaris, iluminada por farolillos de luces ambarinas.

Sí. Prefería arriesgarme, dar mi palabra, a decepcionar a las personas que confiaban y contaban conmigo para ayudar a su mundo. Además, no podría vivir con la palabra 'cobarde' grabada en mi frente. Ahora ya no sólo era por ellos que me habían ayudado, también era un reto para mí misma.

No pude dormir, como las últimas noches desde hacía una semana. Creo que sólo cerré los ojos por unas pocas horas porque antes de cerrarlos el cielo estaba teñido de azul añil con diamantes como estrellas y cuando desperté seguía igual.

Respiré profundamente y acaricié mi frente, creo que iba a tener dolor de cabeza. Aunque tampoco sería raro dadas las circunstancias. Me levanté de la cama, notando la calidez y lo mullido del colchón crujir suavemente bajo mi peso. El frío trepó por mi cuerpo desde los pies a la cabeza, dejando mi piel erizada en el camino y causando que me abrazara a mi misma. Estas camisetas de macho eran muy cómodas, con un aroma encantador pero definitivamente no recibiría el premio a la prenda más cálida para el invierno.

Busqué en el armario unos pantalones anchos y una bata. Después de ponérmelo, peiné mi cabello en una trenza desordenada que descansaba en mi hombro y sobre mis pechos y salí del dormitorio en silencio. Mor no estaba, según Azriel, aunque la rubia tuviera su habitación en la casa, rara vez la usaba. La de Cassian...bueno, también seguía disponible si es que él quería volver en algún momento pero claramente la mayoría de sus pertenencias estaban en la Casa del Viento dado que vivía allí con Nesta.

Una corte de Estrellas y LiriosWhere stories live. Discover now