El Omega Perfecto +18 (KookTae)

Capítulo 1

Taehyung.

_Taehyung, ¿q-qué haces? _Jungkook me miró asustado cuando mi mano recorrió su abdomen y llegó más allá de lo que tenía permitido.

No iba a soportarlo más, su cuerpo me había calentado como nunca esta noche. Sólo pensaba en deslizar mi lengua por su piel, en marcar su cuello y hacerle saber a todos en la fiesta a quien le pertenecía este hermoso alfa debajo de mí.

_Está noche eres mío, Jungkook _Le susurré al oído, mis ojos perdiéndose en cada uno de sus músculos_ .Está noche te cogeré como ningún omega lo ha hecho.

_Taehyung... _Jungkook tragó saliva, pero no realizaba movimiento alguno, lo que advertía que él también me deseaba tanto como yo lo hacía.

Estábamos destinados a esto, a complementarnos. No importaba si ambos tuviéramos pareja o nos enamoráramos de alguien más, nuestros cuerpos volverían a encontrarse porque se necesitaban y amoldaban a la perfección.

_Vamos, bebé, dime que quieres y te lo daré _Me moví sobre su entrepierna y él tembló por la sensación_ .No harán falta explicaciones mañana, sólo déjame disfrutarte esta noche.

Acaricié su mejilla, su piel con signos de acné se sintió áspera contra mis dedos, pero no me importó porque para mí Jungkook era perfecto.

El alfa perfecto para el omega perfecto.

_Quiero todo de ti _Relamió sus labios.

_Sé que lo quieres, bebé _Lo sujeté sin ningún tipo de cuidado del cabello y uní mis labios con los suyos en un beso desesperado, salvaje y caliente.

Jungkookie era mío y siempre lo sería porque era el único omega que tenía derecho a tocarlo. Era el único omega que sabía como complacerlo, como hacerlo gritar de placer.

Pero el comienzo de nuestra historia no fue así, empezó de una manera más inocente antes de convertirse en esto.

Siete años atrás...

_Taehyung, no creo que debamos _Un pequeño Jungkook de once años me sacudió el hombro.

_Shh, cállate _Chisté y con su ayuda me subí sobre la silla. Debido a mi pequeña estatura, me costó alzar mis delgados brazos hacía mi objetivo, pero finalmente lo conseguí.

Al dejar todo listo, me bajé nuevamente y me encontré con la expresión nerviosa de Jungkook. Se veía como un conejito asustado.

_Pareces gelatina _Formé un sonrisa que esperaba lograra calmarlo.

_Tendremos problemas.

_Tranquilo, me echaré la culpa. Te lo prometo _Aseguré sin dejar de mirarlo.

Jungkook era precioso, cada parte de él. Me gustaba mucho su cabello negro y sus pequeños ojos que mantenía ligeramente ocultos detrás del mismo. Desde que lo conocí a los ocho años, supe que él sería alguien especial en mi vida y así fue.

Mi corazón latía con fuerza y mis manos sudaban. Presentía que esto era a lo que las personas grandes llamaban amor.

Pero, ¿él sentía lo mismo por mí o me veía como un simple amigo?

Daba igual, ambos aún éramos demasiado inmaduros para esas cosas y sólo pensábamos en jugar a las canicas y a los videojuegos. Me gustaba jugar con él, pasar horas diciendo tonterías, y eso era lo único importante.

_¡Ahí viene! _Grité y lo arrastré de la muñeca para escondernos detrás de los pupitres.

Cuando Kai, uno de los tantos chicos que molestaba a Jungkook, entró al salón de Artes se llevó una grata sorpresa. El balde repleto de basura cayó en su cabeza cubriéndolo de líquido apestoso y sobras de comida.