"No darle importancia a Collar"

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Varios días después – En el departamento
- No mamá, no voy a hacer eso – era viernes por la tarde y Scylla se
estaba preparando para recibir a sus amigos en el departamento. Llevaba varios días
sin verlos y a Tally y a ella se les había ocurrido invitarlos para pasar el rato. Por eso,
mientras Abigail terminaba las cosas en la oficina, la morena se dedicaba a
preparar varios bocadillos, ordenar un poco el lugar, y mirar cada dos por tres la
puerta para ver si Raelle se dignaba a aparecer, entre otras cosas. Estaba a punto de
empezar a preparar aperitivos cuando su madre llamó y ya llevaba más de media
hora conversando con ella.
Tanto su madre como su padre estaban al tanto de todo lo que
había pasado con Raelle y si bien su padre se mantuvo al margen de toda opinión,
Izadora se había vuelto la abanderada de la rubia – He dicho que no madre – usaba
términos que demostraban su falta de paciencia con el tema – No quiero hablar con Collar, así como se ve que a ella no le interesa hablar conmigo. Y lo digo porque
evidentemente está evitándome. Desde que la vi en su estudio no hemos vuelto a
hablar, solo compartimos el domingo que fuimos a ver a Tiffany y... - Se ve que cuando
nombró a la niña su madre dijo algo - ¿Recibiste la foto que te mande? ¿Viste que
hermosa que es? – una sonrisa aparecía en el rostro de Scylla. – Si vieras lo celosa
que se puso Raelle cuando Titi vino corriendo a abrazarme primero, Juro que todas sus
caras son adorables... - Ups! eso se te escapó morena – No las de Raelle no mamá, las
de Tiffany – suspiró y se aplaudió internamente por su inteligente salida – Por supuesto
que le di el regalo que tu y papá mandaron, pero la hermana Sarah no quiere que
hagamos tantas diferencias con los otros niños, así que la próxima vez acuérdate del
resto – se habían ganado una gran reprimenda por llevar regalos aparte sólo para
Tiffany – Si mamá me acordé, pero no le puedo pedir a las monjas que recen para que
papá tenga que dejar de tomar la pastillita azul y recuérdame mandarte el cheque de
mi terapeuta – no es una conversación que una quiera tener con su madre.
Scylla suspiró ante la próxima pregunta – Te dije que no hemos
hablado, Raelle se la pasa fuera de casa, cuando llega se encierra en ese maldito
cuarto que tiene y no sale hasta que todas nosotras estamos acostadas. Cuando me
levanto duerme plácidamente – Su boca hizo una mueca divertida. Se estaba
haciendo una costumbre para la morena, desayunar mirando a Raelle dormir. La rubia
tenía millones de poses y para colmo estaba inundada de almohadones, de hecho
más de una vez a Scylla le pareció que uno de estos se había metido entre las piernas de la rubia y tanto a ella como a la bailarina, tonteaban imaginando que el supuesto almohadón era un súper pene que Raelle ocultaba. Una sola vez cuando Abigail también vio al almohadón ocupando ese lugar, Scylla alcanzó a escuchar que la neoyorquina murmuro "Lo único que falta, la rarita con un rarón entre sus piernas". Las tres rieron
tapándose la boca para no despertar a la chica.
- No mamá, y es la última vez que quiero que me pidas lo mismo, no voy a intentar hablar de nuevo con ella, ni tampoco quiero saber nada más de su
vida. Si las cosas siguen así, esta situación va a durar menos de lo que pensaba – al parecer todo iba bien en la empresa – así que chau a este departamento y chau a Collar – afirmó sintiendo como alguien golpeaba la puerta – Bueno mamá tengo que dejarte ad... SI ya te he dicho veinte veces que las tres vamos a estar en tu mega fiesta aniversario – Scylla giraba los ojos mientras le abría a sus amigos y los hacía
pasar haciéndole señas de que estaba con su madre al teléfono – Si madre, ya reservamos los pasajes, dile a papá que lo quiero. Adiós – fin de la conversación y un
largo suspiro para la morena.
Scylla se recostó un momento durante la puerta y con su mirada en
sus ruidosos amigos se abstrajo por un momento a sus pensamientos. Claramente la
misión "dejar de darle importancia a Collar" estaba fallando, desde que habló por última vez con la tatuadora, no había podido sacársela de la cabeza. Incluso había
tratado mil veces de quedarse a solas con la rubia, pero era prácticamente imposible, solo Tiffany hizo que se juntaran y durante el tiempo que compartieron solo hablaba
Scylla con Tiffany o la pequeña con Raelle, la rubia esquivaba hasta la mirada de la empresaria. Ay Dios!, como extrañaba Scylla ese mirar, torcer y abrir.
- ¡SCYLLA! ¡SCYLLA! ¡SCYL! – Abigail interrumpía como siempre – Llevo más de dos
horas hablándote – le preguntó exagerando.
- ¿Qué quieres Abs? - agradeció a la neoyorquina por devolverla a tierra
firme.
- Te repito por décima cuarta vez, dejé todo organizado para la
reunión de mañana, solo falta tu firma y ¡BUM! Nuestro primer éxito en Fort Salem– la neoyorquina estaba contenta – Adiós a esta cochina pocilga, adiós al rarimundo,
adiós al estúpido tatuador que acosa a mi Tally y bienvenido mi penthouse a todo lujo - festejó
- Y por eso es que vamos a brindar – Byron se metía entre ellas para
darle una copa de champán a cada una mientras Scylla procesaba todas las palabras
de Abigail - ¡Por el éxito de todos nosotros! – levanto la copa el muchacho y el
resto lo siguió para dar inicio a la noche.

NO SOY PARA TI (RAYLLA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora