"La presidente"

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En la oficina

Raelle siguió amándola hasta que Scylla alcanzó su cuarto orgasmo de la noche. La rubia se había encargado de recorrerla toda, de que no quedara un centímetro de su piel sin reclamarlo como propio.

Pero ahora, en un tiempo de descanso, la rubia estaba sorprendida por lo que Scylla le estaba diciendo - ¿Nunca, nunca? – preguntó incrédula mirando a la ojiazul que descansaba en su pecho.

Scylla todavía agitada y con los ojos cerrados, negó con su cabeza - ¿Nunca más de un... nunca más de un orgasmo? – Hizo la pregunta completa y volvió a tener la misma respuesta - ¿Estás seg...

- Raelle... - Scylla no quería escuchar más la misma pregunta – Bésame, por favor – pidió.

Se fundieron en un abrazo de piel ardiente, muslos entrelazados, bocas sedientas y ojos cerrados y manos sin vergüenza. Scylla deslizó su propia mano entre sus cuerpos y sorprendió a la tatuadora al sujetarle el miembro. Raelle se arqueó y gimió como si la hubieran herido de muerte. Su pene creció en la mano de Scylla, mientras el beso se profundizaba y los dedos de Raelle separaban los labios de su vagina para hurgarla. No hallaban la saciedad, no existía fin.

- Quiero ponerme sobre ti – le dijo la pelirroja.

Raelle sonrió – Puedes hacer conmigo lo que quieras – le dijo entregada.

Con mucho esfuerzo se paró del sillón y buscó otro condón agradeciendo haber estado preparada para esa noche. Volvió a Raelle y le colocó el preservativo bajo su atenta e intensa mirada. Cuando se acomodó, volvió a sentirse nerviosa por el tamaño de la chica.

– Ayúdame – le dijo suavemente a la rubia y esta no dudó en seguir su indicación.

La ayudó a acomodarse y a deslizarse sobre su pene duro y caliente hasta que el cuerpo de Scylla lo tragó por completo, el rostro de Scylla pasó del dolor al placer en milésimas de segundos. Poco a poco Scylla se iba meciendo sobre Raelle e iba encontrando el vaivén correcto.

Por su parte, Raelle no atinaba a nada, se limitaba admirar la mujer que estaba sobre ella. Con sus enormes pechos resaltando, le recordaba más que nunca al dibujo que había hecho sobre la pared de la oficina. Su Scylla. Su amor. Su autoritaria y dulce mujer sin vello, ahora pelirroja y con verdes ojos. Su dama. Ella nunca había estado en los planes de Raelle, pero solo tuvo que abrir una puerta para encontrársela.

En verdad la rubia nunca había buscado enamorarse, pero Scylla le provocaba una clase de pasión que jamás había sentido, ni siquiera con sus dibujos.

Sin duda su vida había cambiado y ya no la podía pensar sin Scylla en ella. El sentimiento que salía de Raelle, el amor que sentía por la mujer que estaba moviéndose majestuosamente sobre ella la emocionó. La rubia se incorporó para quedar frente a ella. Scylla se acomodó y la recibió en su nueva postura.

- Mírame por favor – le pidió la tatuadora a Scylla. Por unos instantes se contemplaron en silencio – Eres lo más lindo que he visto en mi vida – le dijo sincerándose.

- Tu eres lo mejor que me ha pasado en mi vida. Hiciste que naciera de nuevo, que volviera a recuperar esa Scylla que perdí y tanto quería que volviera – confesó.

El placer las sorprendió con los labios unidos y ambas gimieron en la boca de la otra hasta que se desarmaron sobre el sofá. Se quedaron quietas mientras recuperaban el aliento. Para malestar de la rubia, Scylla salió de ella y bajó del sillón para después caminar hasta la pared pintada por Raelle. La chica se incorporó sobre sus codos para contemplarla.

- Adoro lo que hiciste – le dijo Scylla desde su lugar – Podría pasarme horas mirándola – la pared era una pintura en sí misma.

La pelirroja se perdió en los detalles hasta que sintió como Raelle la abrazaba por detrás.

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⏰ Last updated: Dec 29, 2023 ⏰

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NO SOY PARA TI (RAYLLA)Where stories live. Discover now