"Los suegros"

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Domingo a la tarde noche - En el departamento
- ¿Vieron sus caras? Estaban felices cuando les dijimos - la primera
en entrar al departamento y tirarse en el sillón fue Tally. Se habían levantado muy temprano para ir a despertar a los chicos del convento con un desayuno sorpresa cortesía de Blanton e Izadora Ramshorn y se quedaron durante todo el día hasta que la Hermana Sarah las echó.
- Tiffany no lo podía creer, preguntó si era cierto como veinte veces y
cuando la hermana Sarah se lo confirmó saltaba en la cama - Scylla siguió a su amiga en el sillón.
- Si, ella y Rael ¿Cuál de las dos saltaba más alto? - preguntó Tally
mirando a su amiga.
Scylla sonrió sin darse cuenta recordando los saltos en la cama de
Tiffany y de Raelle - Es cierto... - La verdad era que, desde que Blanton Ramshorn consiguió
por medio de sus contactos, el permiso para que tanto Tiffany como Khalida pasaran un fin de semana en el departamento que habitaban las cuatro chicas, lo único que la
empresaria había hecho era imaginar la expresión de Raelle cuando lo supiera. Tanto Tally como ella, y hasta la misma Abigail habían decidido que lo mejor era decírselo a las tres juntas y así fue, antes de irse del hogar lo hicieron y el número de risas que soltó Scylla fue incomparable con la cantidad de veces que Raelle la abrazó en agradecimiento. - Me gusta tu cara cuando piensas en Rael - soltó Tally.
Scylla solo la miró - ¿Qué cara? - preguntó haciéndose la tonta.
- Cara de boba, es una cara que nunca antes te había visto poner -
contestó.
Lejos de cambiar de tema, Scylla decidió ser sincera - No sé qué me
pasa con ella Tally...
- ¿Estás segura? - Le refutó - Yo creo que si lo sabes - le dijo.
La empresaria sacudió su cabeza - Abigail tiene razón, somos
muy diferentes, tenemos vidas diferentes. Nosotras nos vamos en poco...
- ¿En serio Scylla? - La bailarina la miraba seriamente - ¿De verdad
vas a seguir los consejos de alguien que está tan aterrada de tener una relación que todas las noches se inventa una enfermedad distinta para que me quede con ella en
vez de salir con Gerit? - Scylla rió cuando se acordó de la supuesta "clitoritis" que Abigail se había inventado la noche anterior para evitar que Tally saliera con el
tatuador. La neoyorquina alegaba que su supuesta falta de sexo estaba ocasionando que su clítoris se apachurrara y perdiera vida. Cuando Tally le recordó que el día anterior la
había visto salir del departamento de la vecina del primer piso, Abigail tuvo que cerrar la boca y fumarse la salida de su ex amante.
- Pero Tally, ninguna de nosotras está capacitada para las relaciones. Mírate a ti, saliendo desesperada con el primer chico que mata de celos a
Abigail - la bailarina agachó la cabeza avergonzada - Y luego estoy yo, tres años de novia con un estúpido a quien no veo hace meses y lo cual no me importa en absoluto - al menos lo reconocía - Y luego esta Raelle... Raelle es tan... tan... tan...
- Rara - ambas rieron ante lo que agregó Tally, era como si lo
hubiera dicho la neoyorquina.
- Si, pero también es adorable, tiene millones de caras que me
derriten o que me hacen reír, además está muy buena... - Tally asintió rápidamente
- Y me protege...Dios ¿Viste como me agarraba del brazo cuando íbamos a cruzar
una calle? Me corre la silla, me abre la puerta del auto, me trata como una princesa -
otra vez cara de boba. - ¿Y cómo juega con Tiffany y Khalida? ¡La adoran! - otra vez la bailarina estuvo de acuerdo.
- Me encanta ver cómo le enseña a tatuar a Tiffany- recordó Tally.
Scylla asintió - A mi me encanta cuando se pone celosa porque Tiffany
viene hacia mi primero o porque me dice algo en secreto - agregó.
- ¿Sabes que Tiffany lo hace a propósito, no? - Todas habían adivinado la intención de la pequeña.
- Claro - río Scylla - Se parece a mí, le gusta poner celosa a Raelle -
dijo aun con una sonrisa en su rostro. Sonrisa que llevaba bastante tiempo en su cara ya, de hecho empezó a salir desde que Raelle fue a su oficina exactamente
- ¿Viste que a la noche siempre discutimos por quien duerme en el
sillón y quien duerme en la cama y todo termina en las dos durmiendo el sillón? - Le preguntó a su amiga - Bueno te juro que no sé como hace, pero siempre me despierto en mi cama. No sé cuando lo hace, ni como me levanta y hasta tomo mucho café para aguantar más tiempo y no dormirme antes que ella, pero nada sirve
- explicó sonriente - ¿Sabes que es lo peor? Que espero todo el día ese momento -
confesó - Me gusta verla hacer un muro entre medio con los almohadones, me gusta
verla tratando de disimular cuando la agarro mirándome - suspiro profundo - Solo... me gusta.
- ¿Aun te lo quieres negar? - Le preguntó Tally - ¿Quieres seguir
negando que estás loquita por Rael cuando esta misma tarde te ha sacado más sonrisas que ninguna otra persona en toda tu vida, Scyl? - Tally interpretaba bien las cosas.
- No lo niego - confirmó Scylla - Pero entre aceptarlo y que pase hay
un abismo Tally - dijo con sabiduría haciendo reflexionar a la bailarina.
Antes de que Tally pudiera seguir con la conversación, Abigail entró al departamento muy tranquila y lamiendo un cono de helado
- Abigail... ¿Qué haces? - La cuestionó Scylla - Le dijiste a Raelle
que ni aunque fueras pobre y estuvieras muerta de hambre probarías el helado, hasta
te escondes cuando llegamos en el camioncito - se lo había dicho todas las veces que Raelle se lo ofreció por la cara de deseo que ponía la neoyorquina.
- No seas tonta, se lo digo porque me gusta pelearla - aclaró la
neoyorquina - Me encantan los rarihelados - Espero que la rari no se enoje porque acabe con el de chocolate...
- ABIGAIL! - esta vez las dos la habían retado.
- ¿Qué? Es muy rico - se defendió - Y ahora dejen de molestarme -
se tiró en el sillón con ellas - ¿De qué hablaban? - cuestionó.
Scylla e Tally se miraron y la bailarina pudo leer la suplica de silencio
en los ojos de la otra morena.
- De lo feliz que estaban Tiffany y Khalida cuando les dijimos que iban a
poder pasar un fin de semana con nosotras - no era mentira, solo omitió una parte de la conversación.
- Pues Tiffany estará muy feliz, pero el otro demonio se puso a
hacerme una lista de todo lo que quería tener para cuando viniera - Abigail sacó un papel de su bolsillo- "Una cama de auto" ¡Dios a esta niña ya se le ve lo gay! -
Protestó la neoyorquina y siguió leyendo - "Quiero comida casera para el almuerzo y pizza en la noche", "Muchas películas de Monstruos" Eso no es problema - aseguró
Abigail - Podemos mostrarle tus videos caseros teniendo sexo con el pito corto, Scyl - La morena no debería haber reído, pero su risa acompaño la de sus amigas. -
"Quiero que te maquilles todos los días porque no quiero ver tu cara de vieja arruinada... ¡SCYLLA!... ¡ESTE SE LO DICTO TU RARITA! - se quejó
La pelinegra que había estado aguantando la risa usó su mano para
pegarle en el brazo a su amiga - No es mi rarita - le dijo
Abigail chistó y se reclinó en Tally - Por favor, si te faltó ponerle mayonesa y encerrarla entre dos panes para comértela. No le sacaste la vista en todo el día.
- Hablando de Rael ¿Dónde está? - era cierto, Raelle supuestamente
tenía que venir con la neoyorquina.
Scylla interrogó a la neoyorquina con su mirada y Abigail giró sus ojos -
Que se yo, dijo algo de comida y de autos... no se... ESTABA MUY OCUPADA ROBÁNDOME EL HELADO DE CHOCOLATE ¿DE ACUERDO? - no había tenido tiempo
de escuchar a Raelle.
La empresaria hubiera ahorcado a su amiga si no fuera porque Raelle entró por la puerta con varias bolsas en su mano - ¿Dónde estabas? - atacó sin controlar su tono y sin poder evitar que saliera más duro de lo que en realidad quería.
La rubia retrocedió varios pasos y se puso en pose
- Fui a...a...a...comida... preferida - mientras trataba de explicarse con su otra mano señalaba la bolsa que traía.
- ¿Ya ves lo que hiciste ojiazul culona? Activaste el gen rarita - la
retó Abigail - Rari, no le hagas caso a la morena con falta de sexo y trae eso acá que tengo hambre - apuró la latina.
- No le digas así - la retó Raelle - El cu... la cola de Scylla es perfecta
- agregó sin pudor. Segundos después se dio cuenta de lo que había dicho y agachó la cabeza totalmente colorada.
Scylla se paró y fue hasta ella, agarró las cosas de su mano y le dejó
un beso en la mejilla - Gracias por defenderme - le dijo y al voltear, se pasó la lengua por el labio saboreando la esencia de Raelle.
- ¿A dónde vas Rael? - Preguntó Tally haciendo que Scylla se
volviera a girar para mirar a la rubia que por la pregunta de Tally se había quedado a
medio camino de irse a su cuarto misterioso.
- Eee... voy a....
- ¿No vas a comer con nosotras? - Le preguntó la empresaria -
¡Abigail deja esa comida! - La neoyorquina ya estaba engullendo - Y tú - señaló a Raelle
- ven a comer con nosotras - ordenó.
Pero Raelle agitó su cabeza negándose
Scylla alzó su ceja llamando la atención de la otra chica, nunca
fallaba - ¿por qué no Collar?
La tatuadora dejó de prestarle atención a la ceja y torciendo su
cabeza habló - tengo que... - con su mano señalaba el pasillo - se me ocurrió una idea y... y... tengo que ir a... - con su mano dibujaba en el aire - Marcos, un cliente
quiere un dragón en la espalda y... y se me ocurrió... porque además quería que pusiera una caña de pescar en honor a su padre que falleció hace unos meses... -
ninguna de las chicas pudo ocultar la sonrisa que Raelle les sacó - Y ... yo... yo pienso que quedaría muy bien que hiciera un poderoso dragón destrozando una caña de
pescar ¿Saben? Como si... - Raelle se frenó de repente, había agarrado envión hasta que se dio cuenta de los tres pares de ojos que tenía encima - ¿Puedo ir? - Scylla no pudo más, que le pidiera permiso era la gotita de azúcar que le faltaba para formar todo el algodón acaramelado que la rubia estaba creando en su interior. Caminó hasta la rubia complacida porque la chica ya no huía cada vez
que Scylla se acercaba a ella.
- Ve tranquila - le aseguró y antes de que la rubia pudiera irse le
agarró el brazo. Lo sacó rápido cuando sintió pequeños temblores - ¿Me puedes mostrar tu cuarto? - se animó a preguntar.
El silencio de Raelle fue eterno y cuando por fin se enfocó en Scylla
preguntó - ¿tu... tu quieres ver mi estudio? - la morena le prestó atención al cambio de la palabra cuarto por estudio.
- No te preocupes, solo era curiosidad - se apuró a corregir, no
quería incomodarla. Se giró para volver a la comida - te guardamos... - quiso seguir caminando pero una mano fuerte agarrando su propia mano la frenó y ya la estaba
arrastrando pasillo adentro.
El tiempo que Scylla cerró los ojos entregándose al tacto de la rubia
pasó tan rápido que cuando los volvió a abrir ya estaba dentro del cuarto.
Cuando pudo frenar el temblor interno que el contacto con Raelle
había dejado dentro de ella, la morena focalizó su vista alrededor. No había freezers para tranquilidad de Abigail, y lo que estaba viendo era lo opuesto a lo que ella
imaginaba como el cuarto de un asesino serial, por el contrario era una imagen conocida por Scylla, porque el cuarto era una réplica a la oficina que Raelle tenía en su
estudio. Había un tablero, habían varias notebooks, había otros aparatos electrónicos que Scylla no sabía para que servian, un equipo de música, una camilla en donde se
suponía que la rubia realizaba sus tatuajes, sillas cómodas y muchos pero muchos dibujos y papeles por todas partes
- ¿Haces tatuajes aquí también? - le pregunto Scylla curiosa, el tiempo que llevaba viviendo con Raelle no había visto entrar a nadie.
La rubia asintió y cuando se dio cuenta de que Scylla no la miraba
agregó rápidamente - Solo excepciones o muy, muy pero muy especiales -
dijo, mientras la empresaria examinaba cada objeto que encontraba.
- Esto es muy triste - Apenas la ojiazul vio una pared llena de
cuadros se emocionó pensando en fotos de Raelle, pero al igual que en su oficina la rubia tenía varios tatuajes enmarcados y con una frase debajo de ellos. Cuando los estaba examinando, uno llamó la atención - "Rechazada" - leyó en voz alta y se quedó mirando el duro dibujo. Al parecer estaba hecho en un omóplato y se trataba
de una figura femenina y otra masculina que no tenían rostro y le estaban dando la espalda a una niña muy pequeña que estaba sentada a sus pies agarrándose las
rodillas y con su cabeza escondida entre ellas. La palabra que había leído Scylla estaba escrita como si se tratara de una especie de sello de esos que se usan para aceptar o
rechazar solicitudes o trámites. La empresaria siguió mirando los cuadros de la pared, después de
todo no eran tantos como en la pared del estudio. Cada uno le llamaba más la atención del otro y ninguno le producía alegría, por el contrario, la entristecían. Uno que estaba en una esquina llamó su atención, ya lo había visto en alguna parte -
Este... es... tuyo - la pluma que Scylla disfrutaba mirar en el cuello de Raelle estaba capturada en una fotografía con la palabra "Libertad" escrita en el recuadro. Se iba a dar vuelta a cuestionar a Raelle pero otro dibujo la detuvo. Un chistoso monito que
parecía estar en movimiento, le guiñaba el ojo. "Mi favorito es Titi, el monito" Las palabras de Tiffany aparecieron de la nada en la cabeza de la morena. Inmediatamente
empezó a buscar un dibujo en especial y lo encontró rodeado de otros. A diferencia del resto ese cuadro tenía dos fotos, una de frente donde empezaba la rama con las
pequeñas flores y otra detrás donde, tal cual Scylla lo había predicho, terminaba justo en el hombro. Ese era su tatuaje preferido en Raelle, tal como se lo había dicho a Tiffany.
Se apresuró a leer lo que había escrito sobre ese dibujo - "Una flor por cada vida" - leyó para sí misma.
- Son tus tatuajes - se dio vuelta para mirarla y la encontró lo más
lejos posible, con la cabeza bien agachada y sin hacer gesto alguno. Eso le había dado la razón. Allí en esa pared estaban cada uno de los dibujos que la rubia tenía en su cuerpo y en cada uno resaltaba la primer frase o palabra que la mismísima Raelle había pensado la primera vez que los vio listos en su cuerpo.
Scylla quería irse, de verdad quería volver a la cocina y respetar la
intimidad de Raelle, pero su cuerpo y mente pedían otra cosa, ambas partes pedían a gritos, clamaban por información. Estaba enfrente de una especie de diario de vida de
la rubia y no lo iba a desaprovechar, al fin y al cabo fue ella la que la dejo entrar.
Volvió a mirar a la pared e inmediatamente se fue a lo que parecía ser una especie de
centauro y que la empresaria supuso por la foto estaba ubicado en la parte baja de la
espalda. A diferencia de los centauros comunes, la parte humana era una mujer muy
bien dibujada y la otra parte, la parte del caballo...
- ¡GUAU! - no pudo evitar la exclamación cuando vio que el caballo estaba muy pero muy y hasta exageradamente dotado. Scylla soltó una risa burlona que no se dio cuenta, pero hizo retroceder aun más a Raelle - Este tatuador debe haber sido bastante malo, porque falló en las proporciones del dibujo - dijo muy
segura para después leer la oración que acompañaba a la foto - "Mitad mujer y mitad animal" - la morena no pudo evitar pensar en lo raro del mensaje y en la opinión de Abigail si lo viera.
- ¿Qué quisiste decir con...? Raelle - Scylla dejó de mirar la pared
para caminar hacia la otra chica. La rubia era un solo tembleque - Raelle... - insistió haciendo que se alejara aun más de ella. Esta vez la ojiazul no se frenó, sino que fue directo a tomar el rostro de la rubia entre sus manos - Raelle... tranquila... tranquila... - Poco a poco el rostro de la rubia fue aflojando y al final Scylla lo pudo
levantar - ¿Tranquila? - le preguntó logrando una afirmación. - Bien - suspiró tranquilizándose ella también - ¿Vamos a comer? - decisión sabia de
Scylla, no era momento para seguir curioseando. Pero Raelle se negó - ¿No? ¿Por qu...?  El dragón - se le había olvidado el propósito original de Raelle. Raelle asintió sin
palabras.
- De acuerdo, te dejo comida entonces - le dio un beso en la
mejilla - no te demores - caminando salió de la puerta.
- Scylla... - Raelle la hizo frenar antes de cerrar la puerta - ¿Me das
otro beso? - le pidió extendiendo su cuello para resaltar su mejilla.
La sonrisa de la pelinegra era cada vez más grande. Abrió la puerta
y caminó hacia la rubia despacio - Uno porque me lo pides - le dijo para después besarla - y otro para que te apures - Dejó uno en su otra mejilla para luego retoma la salida y dejar a una Raelle dibujando de forma muy entusiasta y acelerada, una ojiazul la esperaba.

NO SOY PARA TI (RAYLLA)Where stories live. Discover now