Cómo lidiar con la princesa (CL#1)

17| ❝Panic at the disco❞

IAN: ¿Les dijiste a mis hermanos que estamos saliendo?

HEATHER: lo sientooo, aunque en mi defensa, eso fue un accidente 😬

IAN: Lo mismo dijiste la vez del auto

HEATHER: ya, pero está vez lo digo en serio

IAN: Pues no lo sientas tanto, princesa. Tal vez considere regresarte el favor está vez.

HEATHER: uyy, si claro, tal vez hasta me asuste

IAN: Tal vez deberías…

Enarco ambas cejas hacia la pantalla como si él pudiera verme, más asombrada por el tinte coqueto que había tomado la conversación que por el desafío en sí.

¿Debería responderle de la misma manera o…?

—¿Heather? —La voz de mi amiga me toma desprevenida y, en un mismo movimiento, atino a bloquear y lanzar el móvil sobre el edredón de la cama. Justo después, me vuelvo hacia Bi fingiendo normalidad.

—¿Si?

Conteniendo su diversión, ella me señala el resto de la habitación en un gesto disimulado. Ada, Aisha, Eve y Rachel me devuelven la mirada entre expectantes y jocosas desde distintos puntos del cuarto de nuestra capitana.

Pensativa y, a decir verdad, algo pérdida, estudio sus expresiones, una a una mientras intento recordar algún detalle de la conversación anterior, pero no es hasta que veo a Eve frente al espejo, luciendo un bonito vestido celeste con volados que logro atar los cabos sueltos.

—Oh, te ves fantástica —halago de inmediato—. El celeste es tu color.

La respuesta provoca que Ada ría por lo bajo, Aisha le codea un poco para acallarla y, a pesar que la de cabello rosado hace su mejor esfuerzo, no lo logra.

Por su parte, Eve pone los ojos en blanco ante mis pulgares en alto.

—Si, pero… —Se detiene unos segundos cuando se vuelve hacia su reflejo, tomándose su tiempo en alisar la falda del vestido para generar más suspenso—. ¿Creen que a Steve le guste?

Ugh, ya recordé porque me salté está conversación...

Está vez, es mi turno de voltear los ojos y no disimulo cuando lo hago. La reacción de las chicas a mi alrededor es igual de instantánea y, a decir verdad, no muy diferente a la mía. Ada, recostada sobre su estómago en la alfombra acolchada, suelta un quejido contra la almohada en la que dejó caer su rostro, y a su lado, Aisha estiró su cuello hacia atrás con un “no de nuevo” en tono frustrado.

—Bueno, ¿quién quiere un trago? —Ofrece Rachel a su vez.

Las cinco restantes levantamos nuestras manos sin dudarlo. Incluso Ada que aún sigue con el rostro enterrado contra el cojín, e Eve, que se dedica a mirarnos entre triste y ofendida.

La castaña no tarda en huir de la escena con la perfecta excusa de bajar por las bebidas. Solo entonces, Bi se acerca a Eve, observándola a través del reflejo.

—Independientemente de si a Steve le gusta o no, te ves preciosa, Evie —anima nuestra capitana en tono suave, apoyando su barbilla en el hombro de la aludida—. Eso es lo que cuenta.

La sonrisa de Eve no tarda en reaparecer y corresponde el medio abrazo de la de cabello oscuro, agradeciéndole con genuino cariño. Así, el ambiente es rápidamente restaurado. Y no tarda en mejorar aún más cuando Rachel aparece con un paquete de latas de cervezas en sus manos. Las seis tomamos una y nos disponemos a brindar antes de comenzar a prepararnos para la fogata.