Sed de venganza

Capítulo 9

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No me gustan mis cumpleaños

Atenea Morelli

La primera en llamarme para felicitarme fue mi hija, luego mi hermano, mi padre, Domenico y luego Adriano, salí de la casa temprano para trabajar, realmente no me gustan mis cumpleaños, ya que mi último cumpleaños fue con mi madre, por eso me resulta triste este día, pero trato de sobrellevarlo.

Después de un largo día de trabajo decido irme a la casa, esta noche tengo en mente tomarme una buena botella de vino, palomitas de maíz y ver una buena película hasta quedarme dormida.

Estaciono en la entrada de mi casa, mis hombres se acercan a abrirme la puerta, tomo mi bolso y les agradezco con la mirada por la ayuda que me han dado. Entro a la casa, me sorprende verlo a todos, esperarme con globos y regalos.

― Sé que me pediste que no hiciera nada por tu cumpleaños, pero un día tan especial como este no podía pasar como si nada.― deja un beso sobre mi frente.

Mis ojos se cristalizan al ver a mi hermano, al igual que a mi padre, ver los regalos, el pastel, todo es demasiado para mí.

― Gracias por todo esto, es demasiado para mí.― las lágrimas corren por mis mejillas.

― Aquí no termina la cosa, ve y vístete con tu mejor vestido, tu fiesta es en otro lugar.

― ¿Cómo?

― Así es hermana, tanto mi padre como yo tenemos una fiesta para ti, ese es nuestro regalo para ti.― Artemis me abraza, mi padre se acerca y hace la misma acción.

― No aceptamos un no por respuesta, hija.― asiento, debo disfrutar este día, no puedo pasármelo amargada.

― Iré a vestirme, bajo enseguida.

― No tardes.― Adriano sonríe al verme subir las escaleras.

Escojo de mis vestidos el vestido más hermoso, un vestido dorado lleno de pedrerías es el perfecto para la ocasión, tomo una ducha pronto, un maquillaje sencillo y estoy lista en menos de veinte minutos.

El vestido me queda perfecto, tiene una notoria apertura en la espalda la cual culmina en el inicio de mi cintura, es la apertura perfecta, ya que puedo mostrar los pircing que tengo en la zona. Repaso mi cuerpo una vez más antes de salir de la habitación, Domenico ya me espera en la puerta, me extraña verlo ahí.

― ¿Sucede algo?― pregunto preocupada.

― Puedes estar tranquila, no pasa nada.

― ¿Qué haces ahí parado? Podías entrar a mi habitación, sabes que no hay problema con eso.― acaricio su hombro.

― Quería darte tu regalo en privado.― me extiende unos papeles.

― ¿Esto qué es?― miro la carpeta con papeles extrañada.

― Eres dueña de una isla privada, la compré para ti.― una sonrisa se dibuja en sus labios.

― Siento que es demasiado para mí, no debiste molestarte.― lo abrazo con lágrimas acumuladas en mis ojos, nadie nunca había tenido un gesto tan hermoso como este.

― Mereces esto y más.

― Te lo agradezco, no sabes cuanto.― vuelvo a abrazarlo.

― Después de la fiesta te llevaré a conocerla.― me toma de la mano para que bajemos con los demás.

Bajamos con los demás para irnos al lugar en donde se celebrará la fiesta, decido irme en la camioneta con mi hermano y padre, quiero pasar este tiempo a solas con ellos, hace unos meses nuestra relación es un poco lejana por todo lo que está sucediendo a nuestro alrededor y por seguridad.