Capítulo 20

97 15 1
                                    

• ────── ✾ ────── •

Perderte otra vez

Atenea Morelli

Siento una opresión fuerte en mi pecho a penas aterrizamos en Polonia, es un sentimiento que no logro descifrar, me tomo una aspirina para el dolor en el pecho o lo que sea que me hace sentir extraña, Domenico me mira extrañado en todo el camino.

― ¿Qué tienes? Desde que despegamos de Varsovia no has hecho más que sentirte extraña.― voltea a verme mientras guía al volante.

Trato de tragar, pero la saliva no me pasa, siento mi garganta trancada, es algo extraño.

― No sé, siento una fuerte opresión en el pecho que no me deja respirar, es como si sintiera que algo malo va a suceder.

― Debe ser el viaje, no has dormido nada desde anoche, seguro es exceso de cansancio.

― Adriano, llama a Pedro, presiento que las niñas no están bien.

― No seas Paranoica, ellas están bien.― intenta relajarme.

― ¡Haz lo que te digo maldición!― golpeo el tablero del auto por culpa de los nervios.

― Está bien, tranquila, ya voy a llamar.― lo veo sacar su celular para obedecerme.

― Quédate tranquila, ya casi estamos llegando.― Domenico intenta tranquilizarme, pero algo dentro de mí evita que eso pueda suceder.

Adriano toma su celular y marca el número de Pedro, después de varios toques responden la llamada, por la cara de Adriano sé que no ha sido Pedro quien respondió. Le quito el celular y con manos temblorosas lo llevo cerca de mi oído.

― ¿Pedro cómo están las niñas?― tardan en responder del otro lado de la línea.

― Creo que debes darte prisa, ambas están en mis manos.

Escuchar la voz de Artemisa hace que mi respiración se detenga, no puedo creer que haya encontrado a mis niñas, por lo que tanto he luchado y de la nada ella lo ha conseguido, me parece injusto.

― Dime la ubicación de esa llamada.― le extiendo el celular a Adriano.

Domenico detiene la camioneta, voltea para verme asustado.

―¿Qué sucede? Estoy comenzando a asustarme.

― Necesito que ambos hagan todo lo que ordeno, Artemisa tiene a las niñas y debo encontrarla antes de que sea tarde.

Adriano me mira asustado, al igual que yo, sé lo que significa que nuestras hijas estén bajo el poder de ella, bajo de la camioneta y me detengo en la puerta del conductor.

― ¿Qué haces?

― Yo manejaré, conozco rutas que tú no y necesito canalizar mis nervios con el volante.―asiente y baja de la camioneta para cederme el asiento.

En el trayecto Adriano logra obtener la ubicación de Artemisa, resulta que se encuentra en el edificio abandonado que queda al frente del departamento de Pedro, Adriano lee un mensaje que Artemisa ha enviado hace pocos minutos.

"Espero que seas inteligente y vengas sin armas, recuerda que la vida de tus hijas se encuentra en mis manos."

― El encuentro que ambas van a tener va a ser riesgoso para ti Atenea, más si no llevas un arma contigo.

Detengo la camioneta una calle antes del edificio, todo esto para poder armar un plan y saber qué hacer, siento que estoy entre la espada y la pared, tengo miedo de que algo salga mal, bajo del auto, otra camioneta se detiene detrás de la mía, me quedo esperando a que alguien salga de la camioneta.

Sed de venganzaМесто, где живут истории. Откройте их для себя