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23 de abril, 1967. 10.38 h

NEA

-... Y entonces, ¡pam! Se le cae el libro y se le rompe. La señorita Malestone casi le mata.

Mi padre se ríe desde debajo del coche.

El cielo había despejado mucho a la mañana siguiente. Randy aún seguía durmiendo y yo no había abierto la boca sobre la pelea de ayer.

Estaba en el garaje con mi padre, él tumbado bajo el coche, arreglando algo con una llave inglesa y yo sentada sobre un escritorio, con los pies colgando.

El radiante sol entra por la gran puerta del garaje y el sonido de los pájaros cantores acompaña la soleada mañana.

-¿No le castigó?

-No, pero se libró de bien poco- explico.

-Cariño, ¿te importaría darme la llave de carraca?

-Sí- respondo rebuscando en el maletín metálico de un color rojo potente.-... No está papá.

-¿Cómo que no está? ¿Has mirado bien?

-Sí, pero...

-Ay- exclama- Es verdad, la perdí hace meses... ¿Te importaría bajar un momento a la gasolinera y comprar una?

-No, voy ahora mismo.

Me pongo de pie y me aliso la falda del vestido blanco de florecitas rosas antes de colocarme bien la fina chaqueta color rosa chicle.

Pronto llego a la gasolinera más cercana, la DX.

Casi se me sale el corazón por la boca cuando veo a dos Greasers llenos de moratones en la caja.

Pero no son dos cualesquiera.

Estaban ayer en la pelea.

Y por la forma en la que me miran, estoy segura de que me han reconocido.

Avanzo lentamente por el pasillo.

-Um...- me remuevo incómoda- Necesito una llave de carraca, por favor.

-Sí- responde bruscamente uno que lleva el pelo muy espeso y muy grasiento. Lleva la camisa azul de la gasolinera desabrochada. Abre la mini-puerta que separa el mostrador del pasillo y la cierra de un portazo para luego meterse en el almacén.

-¿Necesitas algo más?- pregunta el otro. Este lo recuerdo; fue quien me apoyó cuando insistí a Randy de marcharnos a casa.

-No, gracias.

Se hace un silencio demasiado incómodo como para poder soportarlo.

-Mira... Lo siento, fue culpa de mi hermano, no debería de haber...

-No, no tienes que disculparte, tú no hiciste nada- sonríe.

-Soy Nea, por cierto

-Sodapop

Estrechamos manos justo cuando entra el otro Greaser por la puerta.

-Necesita algo más su majestad- dice con un tono repulsivo en su voz.

-No, gracias- repito buscando el monedero en mi bolso.

-Además, Dallas salta muy fácil. Es un verdadero fanático de las peleas- sigue Sodapop.

-¿Qué coño haces, tío?

-Hablar con ella

-Es una Soc.

-¿Y?

-Ya he pedido disculpas en nombre de mi hermano y sus amigos, me encargaré de que no os molesten.

El chico relaja los músculos y destensa la expresión facial.

-Soy Steve Randle

-Nea-sonrío

-Tu llave- me la entrega- serán doce dólares con ochenta y cinco.

De repente, por la puerta principal entra un chico, que coge unos chicles y se los guarda en el bolsillo.

-Vas a tener que pagar eso- le dice Steve.

Me giro y es cuando le veo.

El chico del autocine.

Camina hacia nosotros y se quita las gafas, dejando ver el moratón en el ojo. Clava sus azules ojos en los míos.

-¿No puedes hacerme un precio de amigo?- pregunta.

-No

Se apoya en el mostrador y juguetea con el mechero.

Es cuando hablan entre ellos cuando me fijo más en que tiene sangre seca sobre el labio y en el oído, y parte de su ropa está rota.

-... Pony arreglándose el pelo.

Reacciono y le entrego el dinero exacto. Guardo el monedero y me doy media vuelta, disponiéndome a salir por la puerta, cuando una de sus voces me asusta.

-Ya nos veremos... Nea

Me despido de Sodapop con un alzamiento rápido de mano y salgo de la tienda, no sin antes mirar rápidamente a Dallas, el cual me mira de la misma forma.

-¿Qué coño haces Soda?- escucho la voz de Steve, convertida en un susurro, nada más poner un pie fuera de la gasolinera.

Me dirijo corriendo a la parte trasera de la gasolinera, la cual tiene una ventana abierta que enlaza con el mostrador.

-Solo soy agradable.

-Mira mi ojo- interviene Dallas-. Personalmente, no creo que esto sea de ser una persona agradable.

-Ella no está metida en esto, es el capullo de su hermano

Se quedan en silencio; solo se escucha el gorjeo de los pájaros, el aire azotando las ramas de los árboles y el "clic" que emite el mechero de Dallas.

-Estás pensando en tirártela, ¿verdad?- interviene la voz de Steve.

Ruedo los ojos.

-Que ascazo- responde Dallas-, yo no lo hago con las Chanel No. 5.

-Ya quisieras- dice Steve, y se echa a reír junto a Sodapop- Dijiste lo mismo de Sylvia.

-Sylvia es un caso aparte. Yo no me enamoro de Socs.

Steve rie de forma burlesca.

-¿Hace cuánto que no mojas, Steve?

Este enmudece.

-Eso pensaba yo.

Ahora es Dallas quien ríe.

-Es que... Mi... No consigo que... ¡Cierra el pico!

Dallas vuelve a reír más fuerte.

-Bueno, me abro. Luego nos vemos en casa de los Curtis.

-Hasta luego- se despiden.

Cuando me dispongo a caminar de vuelta a casa, un coche se detiene delante de mí. Es Bob, el mejor amigo de mi hermano.

-Hola Nea- dice asomando la cabeza por la ventanilla- ¿necesitas que te lleve?

Bob siempre me ha parecido un tipo agradable.

-No, gracias- respondo amablemente.

-Bien- sonríe- Mira.

Me giro y veo a Dallas encendiéndose un cigarro, con la espalda apoyada en un árbol.

Puede ser un capullo, pero es sexy.

-Déjale, Bob- le advierto. Abro la puerta y me subo en su coche- llévame a casa, por favor.

-En marcha- dice arrancando el motor.

*   *   *   *   *

24 de abril, 1967. 14.30 h


-... Regla de Ruffini- pero la explicación queda interrumpida por el ruidoso timbre del instituto.- Bien, mañana seguiremos. De momento hagan los ejercicios 7, 8, 9, 10 y 12 de la página 159.

Salgo del aula en dirección a la puerta de salida cuando escucho gritos que vienen de la otra punta del pasillo. Vacilo, pero me acabo acercando.

-... está pudriéndose en su tumba.

Las voces vienen de un aula cerrada. Asomo la cabeza por la estrecha ventana colocada en el centro de esta. Puedo distinguir a Bob y a un par de amigos de Randy. Hablan con un chico que debería de tener tres años menos que yo.

-¿Qué piensas Unicorniogirl?

-Es Ponyboy, capullo

-Eso Batman, no te metas con él- ríe un amigo de Bob. Todos estallan a carcajadas.

Entonces coge a Ponyboy de la camisa y le levanta del suelo. Sin pensármelo dos veces abro la puerta de un golpe y los cuatro se quedan inmóviles.

-Bob Sheldon, suéltale ahora mismo

-Pero Nea...

-Capullo, he dicho que le sueltes. Es un crío.

El chico me mira un buen rato, como si intentara analizarme, y luego se marcha corriendo.

-¿Qué coño te pasa?- espeta Bob- antes de ayer en la pelea y ayer en la gasolinera. Y ahora esto. ¿A qué bando perteneces?

-Y tú, ¿cuántos años tienes? ¿Crees que estás en condiciones de pelearte con un crío de catorce años?

-Hago lo que me da la gana

-Bien, cuando te expulsen no quiero saber nada

-Bien

-Bien

-¡Hey, aquí estás!- exclama Randy detrás de mí

-Sí, ya salía. ¿Vamos a casa?

-Sí, claro

Ambos salimos del edificio y nos subimos en el coche, camino hacia nuestra casa en la calle Mush.

𝘾𝙊𝙉𝘾𝙀𝘼𝙇𝙀𝘿 𝙇𝙊𝙑𝙀 | THE OUTSIDERS (D.W.)Where stories live. Discover now