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5 de junio de 1967, 17.36h

NEA

Dejo el libro sobre  la mesilla de noche cuando escucho el ruido de unas piedras sonando contra mi ventana.

La levanto y mis ojos se abren como platos al verle en la calle.

-¿Qué haces aquí?- exclamo en un susurro.

-Venía a verte- sonríe

-Ahora bajo- cierro la ventana y salgo de casa y, juntos, caminamos sin dirección ninguna.

-Quería disculparme por lo de antes- comenta.

-Olvídalo- respondo-. Fui yo quien te metí presión sabiendo que irías igualmente, lo siento.

-¿Estamos en paz?

-Estamos en paz- afirmo

-¿Quieres ir a tomar algo?

Asiento y ambos nos dirigimos al Buck's.

5 de junio de 1967, 19.07h

El Buck's está en silencio.

Ambos desnudos, tumbados en su cama, Dallas acaricia mi cabello.

Con el rostro sobre su pecho desnudo, dejo un par de besos.

-¿Te ha hecho esto cambiar de opinión?

Niego.

-Sigo pensando que es una pésima idea.

Coloco la cabeza sobre la almohada, dejando mi rostro a escasos centímetros de los suyos, haciendo que nuestras narices se rocen.

-Vamos Nea

-Te recuerdo que hay gimnasio. Y que en el instituto se hace fútbol americano.

-¿Y qué?

-Que los Socs también están fuertes, tal vez más de lo que te imaginas.

-¿Estás insinuando que los Socs son más fuertes que los Greasers?

-No estoy generalizando.

Busco mi ropa bajo la cama y me pongo la ropa interior y la camisa de tirantes.

Antes de poder poner un pie fuera de la cama, me rodea la cintura con el brazo derecho y me atrae hacia él, haciendo imposible moverme.

-Déjame levantarme, Dallas- sonrío.

-Mira por donde, mis brazos de debilucho te han impedido ponerte en pie.

-Vamos, no seas crío- rio.

Me doy la vuelta, quedando prácticamente pegados.

Beso su cuello, dejando un rastro. Escucho como jadea y es cuando, sin problemas, me deshago de él y me incorporo.

-Mira quién es más fuerte de los dos- digo con un tono burlesco.

-Yo no soy débil, tú me haces débil- sonríe.

Sonrío de vuelta. Mientras me acabo de vestir. Él hace lo mismo.

-Me voy a casa

Coloca sus dos manos sobre mis mejillas y yo sobre los costados de su cuerpo.

-Es inútil si te pido por última vez que no vayas, ¿verdad?

-Ajá

Nos besamos y luego salgo del Buck's.

*   *   *   *   *

5 de junio de 1967, 20.19h

La pelea había empezado hacía veinte minutos.

Y no aguanto más.

Salgo de casa y me dirijo a la plaza.

Cuando llego, allí están, pegándose como si fueran animales. Les observo desde detrás de un árbol.

Unos cinco minutos más tarde, los Socs comienzan a retroceder y a salir corriendo.

-¡Se están yendo!- gritan los Greasers

Todos vitorean, saltan y ríen, y los coches mal aparcados comienzan a salir a toda mecha.

Me reúno con Dallas, que está cubierto de barro y sangre.

-¿Estás bien?- pregunto

-Sí, tranquila- sonríe-, te dije que en las peleas soy invencible.

Rio y aparto el barro de sus labios para dejar un beso en ellos.

5 de junio de 1967, 21.39h

-Hola- saludo al entrar en casa.

Mi hermano y sus amigos están sentados en la mesa del comedor.

-¿Dónde estabas?- pregunta Randy.

Echando el mejor polvo de la historia.

-En casa de Nancy- respondo con la mayor naturalidad posible mientras les doy la espalda para cerrar la puerta con llave. No me escuchan.

Se me para el aliento cuando cruzo la puerta hacia el comedor. Todos están visiblemente heridos, con la ropa y la cara cubiertas de sangre.

El ambiente es tenso, y todos se ven afectados por la pelea.

-¡Randy!

Sobre todo Randy.

Sentado en una silla, tiene el labio partido, la nariz sangrante, un ojo morado y heridas de navaja en la pierna. Me acerco a él con paso ligero y me agacho para quedar a su altura.

Le cojo del mentón y muevo su cabeza de derecha a izquierda, para ver las heridas. Él se aparta.

-Estoy bien- murmura.

Me dirijo a la cocina y enrollo a toda prisa paquetes de guisantes en trapos y se los voy entregando a todos. También me preocupo en desinfectar las heridas de Randy y a vendarlas.

-Esos hijos de puta- murmura Bob, poniéndose el trapo sobre el pómulo inflamado.-. Dijimos que nada de armas. Lo dijimos. Y las han traído igualmente.

-¿Qué?- pregunto.

-Acordamos con ellos que sería una pelea a puños, que no íbamos a traer navajas y que, por lo tanto, ellos tampoco deberían. Y han traído. Nos han jodido.

Corto la venda y beso a mi hermano en la cabeza.

-¿Qué vamos a hacer?- pregunta Bob.

-Podríamos esperar a qué...

-No- les corto.

-¿No?

-No- repito-. Estoy harta de vuestras peleas sin sentido. Parecéis niños pequeños discutiendo por quién le ha quitado el juguete a quién. Ya basta. ¿Qué ganáis con esto? Dejad la violencia a un lado y dialogad como personas maduras que se supone que debéis ser.

Dejo las vendas sobre la mesa y me encamino a la puerta.

-Vuelvo en un rato.

5 de junio de 1967, 22.19h

Pico a la puerta de su habitación.

-¡Nea!- sonríe, aunque esta desaparece al percatarse de mi rostro crispado- ¿Va todo...?

Sus palabras son calladas por una bofetada proporcionada por mi mano.

-Eso es jugar sucio- digo.

-¿El qué?- pregunta este con dificultad, poniéndose la mano en el moflete.

-Lo de esta tarde- respondo intentando reprimir mis ganas de gritar-. Mi hermano tiene heridas de navaja.

-Hablemos dentro- abre la puerta del todo.

Ambos entramos a su habitación y cerramos la puerta.

-Escucha, sé que no debíamos llevar armas, pero no nos fiábamos de ellos.

-¿Vosotros no os fiabais de ellos?- exclamo- ¿A caso han sido ellos los que van pegando por ahí y dejando abandonados en las cunetas a la gen...?

-¡Nea, haz el favor! Ese es un caso aparte.

-Es Tom, y está en el hospital. No se puede mover casi, y...

-¿Ahora le defiendes?- pregunta con cara de interrogante.

-¡Claro que no! Solo digo qué...

-Mira, Nea, si hemos llegado al punto en el que le estás defendiendo, tal vez deberías ir con él.

-¡Tal vez sí!

-¡Bien!

-¡Bien!

Salgo de la habitación y pego un portazo.

Incapaz de mover un músculo, doy paso a las lágrimas que amenazan con salir de mis ojos y lloro en silencio.

Unos segundos después, la puerta se abre poco a poco.

Me apresuro a limpiarme las lágrimas, pero estas surgen de nuevo, y Dallas abre sus brazos, donde me abalanzo sin pensarlo.

Ambos nos fundimos en un abrazo.

-No quería defenderle- murmuro-. Solo qué... No lo sé, Dallas, están pasando muchas cosas y estoy en el medio.

-Lo sé- me acaricia el pelo.

-Estoy bien- me separo y me limpio las lágrimas.

Me sujeta el rostro y, antes de que nuestros labios lleguen a rozarse, me aparto de él.

-Creo que es mejor que no te vea durante unos días- digo retrocediendo, saliendo de la habitación.

-Nea...- murmura

-Lo siento

Bajo las escaleras y me dirijo a casa de nuevo, dejando que las lágrimas rueden por mis mejillas libremente.

𝘾𝙊𝙉𝘾𝙀𝘼𝙇𝙀𝘿 𝙇𝙊𝙑𝙀 | THE OUTSIDERS (D.W.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora