"Roomie" - [HaruKyu]

cap. 21: "nada de qué hablar"

Junkyu llegó a su cuarto corriendo y cerró la puerta detrás de él.

Tocó sus labios con cierto miedo mientras en su mente sólo pasaba el recuerdo de ese beso.

Sus mejillas sonrojadas a más no poder mientras negaba para sí mismo lo que acaba de pasar.

— Esto no pasó, esto no pasó... todo fue un error... — susurró mientras ponía llave a su puerta. — Mañana se nos habrá olvidado a ambos, claro que si, esto no fue más que una tontería...

Pero, si aquello era una tontería, ¿por qué no podía sólo dejarlo pasar? ¿por qué no podía dejar de pensar en aquello?

¿Por qué le había gustado tanto?

.

A la mañana siguiente, Haruto se levantó como de costumbre, sin ver a Junkyu por ningún lado, cosa que era extraña, ya que usualmente se levantaba temprano para hacer sus encargos de costura. Su maquina estaba vacía y no había rastro de que se hubiera puesto a trabajar aún.

De repente escuchó un pequeño ruido en la cocina.

Fue hacia ella, encontrando a Junkyu, preparando un biberón para su bebé.

Parecía intentar ser sigiloso, pero con claro fracaso.

— Hyung...

Junkyu soltó el biberón que traía en manos al escucharlo.

— Hyung... ¿podemos hablar?

— No tenemos nada de qué hablar... — respondió. Levantó el biberón y lo dejó en el lavabo.

Pasó de largo para tomar otro biberón y comenzar a prepararlo.

— Pero... lo que pasó anoche no es-

— No pasó nada, Haruto. — respondió con tal frialdad que parecía imposible que aquello lo hubiera dicho él.

Haruto lo tomó del brazo y lo hizo voltear.

— Junkyu...

El mencionado se soltó y regresó a lo suyo.

— ¿Para ti no fue nada? — preguntó el japonés.

— Estuvo mal lo que pasó, ¿si?... sólo olvídalo. No es tan difícil.

Haruto sólo lo vio irse mientras agitaba el biberón .

Tenía tantas ganas de detenerlo, de decirle que lo amaba con todo su corazón y que si tan sólo le diera una oportunidad...

— Tengo que decírselo... — Se dijo intentando darse ánimos. — Yo lo amo, yo... yo puedo ser el hombre que él necesita...

.

Haruto terminó de limpiar sus zapatos y comenzó a estirarlos y moverlos un poco para asegurarse de que estuvieran bien limpios. Era un día importante, asistiría a un seminario donde el encargado estaba ofreciendo lugares para su servicio social. Se la había pasado estudiando toda la noche para poder estar a su altura y tener una oportunidad, sería además, algo que le serviría en el futuro y hasta podría trabajar ahí si se esforzaba lo suficiente.