Capítulo 27: El amor de un padre

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Dalila en multimedia.

Aiden

-Hola, primo.-dice la rubia frente a mí, a lo cuál sonrío.

-Me alegra ver que estás bien, Dalila, ¿qué tal te ha ido últimamente?

Ella se encoge de hombros-Lo de siempre, ya sabes, repartir justicia, limpiar a este mundo de hipócritas y hacer la obra del Señor.-me responde ella, y no puedo evitar rodar los ojos.

Su delirio en serio llegó a niveles sorprendentes, "la obra del Señor".

Aunque no puedo negar que en su momento me divertí bastante con todo esa tontería.

-No creo que me hayas citado aquí para hablarme de tu vida, así que por favor ve al grano. A esta hora debería estar dormido.

-¿Tú duermes?

Lo pienso un segundo-Buen punto.

-Tal vez simplemente quería agradecerte, si no fuera por ti no hubiese encontrado mi razón de existir.

-Ajá.

-¿Recuerdas cuando teníamos quince años y había una niña que me molestaba todo el tiempo? A penas recuerdo su nombre, pero nunca olvidaré cómo le gustaba insultarme llamándome "lunática" y otras cosas más.

-Lo recuerdo, vaya que lo recuerdo, esa perra idiota no sabía que molestarte era la definición de no saber con quién te metes.-Alanna Smith, una chica de trece que siempre molestaba a mi querida prima, su actividad favorita hasta que Dalila y yo le enseñamos las consecuencias de sus acciones.

-Ese día me mostraste la razón por la que vine a este mundo.-dice mientras se acerca lentamente a mí.

-Se lo merecía, y aunque no fuera así, es posible que la hubiese matado de todos modos, porque ella no me agradaba.

-A mí tampoco, era una mentirosa que fingía ser la niña perfecta con sus padres, hasta que se topaba conmigo y me mostraba su verdadero ser.

Ella mete su mano debajo de mi camisa y comienza a acariciar mi abdomen con delicadeza.

Mi corazón se acelera un y mi respiración se vuelve pesada. Esto está empezando a gustarme.

-¿Recuerdas lo que le hicimos? O mejor dicho, lo que le hiciste.-me pregunta ella.

-¿Cómo olvidarlo? Esa maldita recibió su merecido, el castigo que Dios tenía preparado para ella y que tú y yo le dimos.-digo tratando de controlar mi respiración.

-Esa noche fue la primera vez que tú y yo tuvimos sexo, la primera vez es especial.

-Para mí no, para mí sólo fue sexo y poco más que eso.

-Pero para mí no fue sólo sexo, así como tampoco lo es ahora.

-Ay, prima...-empiezo a besarla con algo de rudeza mientras le quito esa molesta túnica.

Lo demás es historia.

Ethan

Vaya noche de mierda estoy teniendo.

He hecho hasta lo imposible por caer en los brazos de Morfeo, pero siemplemente no logro pegar un ojo.

Incluso me puse a hacer ejercicio para ver si con eso me dormía, pero lo único que logré fue terminar sudado y pegajoso.

Quiero morir, ¿cómo es que habiendo tanta delincuencia, ningún criminal ya venido a quitarme la vida? No lo comprendo.

Me levanto de la cama y me siento en mi escritorio, ya no voy a intentar dormir, ya me di por vencido.

AidenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora