cap 38

120 6 1
                                    

Álvaro no es tu hijo

Álvaro abrazó fuertemente a Ángela y cambiaron de posición. Ahora, ella
estaba arriba.
Cuando ella abrió los ojos, trató de deshacerse de él, pero Álvaro sonrió,
luego la tomó por las muñecas y la besó. Ángela no lograba moverse por la
presión que él ejercía sobre ella, de pronto, se abrió la puerta: "¡Oh!
Disculpen, perdón... olvidé tocar la puerta. ¿Qué es esto? ¿Ángela?" dijo
Daisy, atónita.
Esperó que Ángela le diera una respuesta, mientras se mantenía en el marco
de la puerta con una expresión estupefacta. ¿No era Ángela quién estaba
sobre Álvaro?
En cuanto vió a Daisy, Álvaro se quitó de encima de Ángela y ella se paró
con rápidez de la cama, se limpió los labios y, su rostro, enrojecido; no pudo
ocultar su vergüenza. Cuando estaba dispuesta a responderle a Daisy, Álvaro
la interrumpió y le explicó: "Tía, no pienses mal, no fue su intención."
"Que-qu..." Ángela tartamudeó. ¿Qué quiso decir con que Ángela no hizo
esto a propósito?
en sus recuerdos, ¡Álvaro fue quien la besó primero!
Ángela estaba demasiado agobiada por lo que había ocurrido. A causa de
esto, Daisy se quedó callada un largo rato, ella también estaba desconcertada.
Sólo imagina, ¿qué madre en su sano juicio estaría tan tranquila si viera a su
hija aprovecharse de un hombre en su propia casa?
"Mamá, lo puedo explicar... Mamá, fue Álvaro el que..."
"¿Qué fue lo que pasó?" Gonzalo y Chuck también aparecieron en la puerta y
los miraron, estaban actuando de forma extraña.
Ángela estaba inquieta, temía que malentendieran, " Álvaro, ¡cuéntales cómofueron las cosas! Fuiste tú quien..."
"Ángela, no te preocupes, sé que no era tu intención hacerlo, no tienes que
culparte. Tío, tía y Gonzalo, ya es tarde, me gustaría ir a dormir."
Era notorio que deseaba que se fueran. Ángela estaba molesta, así que le dio
una palmadita en el hombro. "Álvaro, fuiste tú quien se aprovechó de mí, ¿de
acuerdo?"
al escuchar lo que Ángela decía, Gonzalo y Chuck intuyeron lo que había
sucedido.
Chuck estaba a punto de abogar por su hija, cuando fue interrumpido por
Daisy: "Está bien Ángela, si hiciste algo indebido, solo dilo, Álvaro no te
culpará, ¿por qué dirías mentiras?"
Cuando Daisy entró, vió que Ángela estaba encima de Álvaro, pero era
demasiado vergonzoso para hablarlo frente a ellos.
Ángela se quedó muda. Mirando a su madre, Ángela intentó recordarle:
"¡Mamá, Álvaro no es tu hijo! ¡Yo soy tu hija!"
"¡Ángela, eres tan voluble! ¡No aceptaré tus berinches nunca más! ¡El doctor
Gu te ha apoyado demasiado en el hospital Yao, pero nunca mostraste tu
agradecimiento, al contrario, te pusiste en contra suya! ¿crees que no sé nada
de las cosas que has hecho? ¡Mira el juego de sábanas rosas que preparaste
para él! ¡Ángela, vales demasiado!"
En cuanto la puerta se cerró, Álvaro dibujó una sonrisa en su rostro: "¡Sigues
siendo muy inocente, Ángela!"
No obstante, fuera de la habitación, Ángela estaba a punto de perder la razón,
ni siquiera su padre intercedería por ella: "Ángela, Álvaro es el subdirector
del hospital donde has estado trabajando, lo he visto muchas veces. Él es un
hombre maduro, así que no te culparía por lo que hiciste. ¡Que ni se te ocurra
hablar mal de él! ¡Intenta ser más madura en el futuro! Y ahora, ¡prepara un
nuevo juego de cama!¿Cómo una chica puede tomar ventaja de eso? ¡Ni siquiera un poco!
Ángela estaba pasmada de nuevo, pensaba: "¡Dios mío! ¿acaso Álvaro drogó
a mis padres? ¡fue de mí de quien se aprovecharon! ¿por qué nadie creería en
mi palabra? ¿fue solo porque estaba sobre él?"
Minutos más tarde, Ángela trajo ropa de cama limpia a la habitación de
Álvaro y tocó su puerta.
El hombre que respondió tras la puerta, era el mismo que la había hecho
enfadar.
Ángela aclaró su garganta y dijo en voz alta: "¡Lamento lo sucedido, doctor
Gu, vine a cambiar sus sabánas!"
"Te lo agradezco Ángela, ¡por favor, pasa!"
Inmediatamente después de cerrar la puerta, Ángela aventó el juego de cama,
apretó los puños con fuerza y se avalanzó contra Álvaro:
"¡Desgraciado! ¡Eres un desgraciado! ¡Ala, eres un maldito! ¡Te voy a
enseñar de lo que estoy hecha!"
Ángela golpeaba con todas sus fuerzas, una y otra vez a Álvaro, y él, no
parecía poner resistencia.
Ella ignoró totalmente los susurros de la gente estaba afuera de la habitación,
estaba decidida a descargar su ira. "Mira, es Ángela, quien lo molestaba a
Álvaro, no lo creería, pero lo he visto con mis propios ojos."
Cuando Chuck supo que no se había aprovechado de su hija, se sintió
aliviado y asintió con la cabeza: "Entonces, sólo déjala, un hombre de verdad,
no le tomaría demasiada importancia."
Daisy estaba desconcertada y solo miró a su esposo. "Álvaro no es Gonzalo,
él no es tu hijo. ¿Cómo puedes estar tan tranquilo sabiendo que tu hija lo esta
molestando?" Para los ojos de Chuck, mientras su hija no fuera a la quemolestaban, nada más importaba.
Con sus manos tras la espalda, se dirigió a la sala de espera, "¿porqué no
debería estar tranquilo?" Mi hija puede hacer lo que le plazca, ¡siempre la
defenderé, pase lo que pase!"
Su esposa iba siguiendo sus pasos, y sin darse por vencida, insistió :"¿y si
simplemente la dejamos?"
"¿Si no? ¡Esta es nuestra casa! ¿Tienes miedo de que Álvaro saque provecho
de Ángela?"
"En realidad no, pero, ¿y si nuestra hija abusó demasiado y Álvaro fue
demasiado noble para perdonarla? ¿Cómo podemos dejar que Ángela lo
intimide y no sienta remordimiento?"
...
Si Ángela pudiera oir lo que sus padres discutían, definitivamente se daría de
topes contra la pared...
En la habitación
Ángela intentó golpear a Álvaro de nuevo, pero él la contuvo cuando supo
que sus padres se habían marchado.
"¡Suficiente!" con un poco de fuerza, arrojó a Ángela sobre la cama.
Ella miró a Álvaro, quien tenía un gesto de auténtica frialdad en su rostro. Era
claro que se había aprovechado de Ángela y había manchado su imagen. ¿De
dónde sacó el valor para gritarle?
"¡Álvaro, necesito que te vayas de mi casa hoy mismo!" se levantó de la
cama, lo tomó del brazo y caminaron hacia la puerta.
Álvaro frotó su sien adolorida. Esta mujer resultaba ser un verdadero dolor de
cabeza.Ejerció un poco de fuerza y la apartó, había visto la rabia en su mirada. "Ve a
cambiar las sabánas, ¡Dices algo más y te aseguro que no saldrás de aqui!"
"Este es... ¡mi hogar!"
estas últimas dos palabras, parecían esfumarse de sus labios. Sin más, Álvaro
tomó a Ángela entre sus
brazos y la llevó hacia la cama...
Ahora, ella sabía a qué se refería, su rostro estaba rojo de principio a fin.
"¡Eres un degenerado, suéltame!"
Ángela estaba colérica con él y Álvaro le lanzó una mirada desafiante: "Esta
es tu última oportunidad, ¿vas a cambiar el juego de cama o no?"
Ella se sintió molesta por las órdenes de Álvaro, ¡estaba siendo explotada en
su propia casa!
Con rápidez se levantó de la cama y se paró frente a Álvaro, luego retrocedió
unos pasos y lo golpeó en el rostro.
A pesar de ello, Álvaro escapó deprisa y Ángela no tuvo tiempo de
contenerse, así que se dirigió directo hacia la cama:
"Auch, ¡me duele la nariz!" Frotó su nariz y se lanzó a puñetazos de nuevo
hacia Álvaro, el primero, el segundo, el tercero... él había esquivado cada
golpe. Ella ni siquiera rozó su ropa.
"¡Has perdido tu última oportunidad! Por lo tanto, ¡no es culpa mía!" Con
indiferencia, Álvaro la miró y se acercó a ella. Enseguida, Ángela estaba
postrada en la cama sin poder detenerlo.

Enamorada del doctorHikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin