cap 41

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¡Qué agradable y atractivo rostro!

Hasta ese momento, Álvaro soltó la cintura de Ángela, "¡Si quieres puedes
pararte!"
ella era incapaz de pronunciar palabra... se levantó de sus piernas y puso el
café en otro lado. Ella lo tomó del cuello y apretó los dientes, "¡Destruiste mi
reputación, eres tú o yo, uno de nosotros morirá hoy, te golpearé!"
Ángela agarró a Álvaro con fuerza, pese a esto, él se mantenía en calma, "¡Si
no estuvieras en la sala de espera, no habría hablado con mujeres!"
¡Fue su elección sentarse en la sala de espera común en vez de la sala VIP de
espera! él no podía entenderlo, ¡Tal vez Ángela fue la primera en tomar una
decisión desatinada!
"¿Me estás culpando? ¡Pero cómo te atreves!" Ella no comprendía cómo es
que un hombre tan engreído como Álvaro podía existir en este mundo.
Él solo parpadeó sin decir nada.
¡Su silencio la hizo enojar aún más! Finalmente soltó su cuello y se sentó
furiosa junto a él.
enseguida, Álvaro respiró un poco de aire fresco y miró por las ventanas de la
sala de espera.
Ambos guardaron silencio antes de abordar.
Había pasado casi una semana desde que Ángela salió del hospital. En ese
preciso momento, recibió una llamada de su novio, Rafael.
El sobrenombre "El chico de mis sueños" apareció en la pantalla de su
celular. Pero Ángela no contestó, a pesar de que había estado sonando
durante mucho tiempo.Álvaro la observó fríamente mientras ella miraba su celular.
Antes, hubiera esperado ansiosa una llamada o un mensaje de Rafael, incluso
si solo fueran un par de palabras. Había ocasiones en que se quedaba
despierta esperando su llamada. A menudo se despertaba para checar si tenía
llamadas perdidas o algún mensaje.
Sin embargo, Rafael nunca la buscó.
Curiosamente y justo en ese momento, recibió una llamada de él. Pero era
incluso más extraño el hecho de que ella no era tan feliz como creía serlo.
Entonces recordó las palabras de Álvaro: "¡Ángela, termina con Rafael!"
Silenció el teléfono y le preguntó: "¿Qué sabes de él?"
"Rafael ni siquiera me quiere." se dijo a sí misma, Álvaro la miró a los ojos y
entendió lo que ocurría.
"Lo haces por mi hermano, no quieres que me lastimen...¿cierto? por eso me
pediste que rompiera con Rafael, ¿es correcto?"
después de una breve pausa, Álvaro asintió. '¡Ella no es ninguna tonta!'
Ángela insistió: "¿Tienes pruebas para decir que Rafael podría lastimarme?"
La verdad es que ella no necesitaba evidencia alguna. ¡El comportamiento y
acciones de Rafael lo decían todo! No obstante, Ángela no se daría por
vencida hasta el final.
"¡Ten paciencia, sé muy bien lo que hago."
Después de decir esto, se volteó hacia otro lado.
Luego comenzaron a recogerles sus boletos. Después de abordar, Ángela se
sorprendió al descubrir que estaría sentada junto a Álvaro. Pensó que los
asientos de primera clase ya estaban ocupados.Ella le preguntó a Álvaro con curiosidad: "¿Cuándo hiciste la reservación?"
Gonzalo la ayudó a reservar el boleto y ella ni siquiera lo había checado. Su
hermano siempre estuvo a cargo de este asunto.
"Ayer."
"¿Ayer? ¿Estás seguro? Entonces dime, ¿por qué estamos sentados uno junto
al otro?" Ella tenía el lugar junto a la ventana y Álvaro estaba su izquierda.
Obviamente Álvaro no le diría que le pidió a su asistente que reservara su
boleto junto al de él.
Como no respondió a su pregunta, Ángela frunció los labios: "¡Eres un bicho
raro!"
Cuando ya estaba cómodamente sentada, se asombró al encontrar a las dos
mujeres que se acercaron con agresividad a Álvaro del otro lado del pasillo.
En cuanto lo vieron, ambas mujeres se emocionaron y cuchicheaban entre
ellas.
Casi al sentarse, Ángela se levantó súbitamente y les dijo: "¡Intercambiemos
lugares!"
Álvaro estaba mareado debido al penetrante olor del perfume de las damas.
"¡No, me gusta estar sentado por la ventana!" Ángela se sentó junto a la
ventana directamente.
Metió las manos a sus bolsillos, mirándola fijamente. ¡Nunca había conocido
a una chica tan dura!
Unos segundos más tarde, Álvaro levantó a Ángela de su asiento y la cargó:
"Mi..." Ella quiso gritar, pero como estaba en el avión, inmediatamente cerró
la boca.
Luego, regresó al asiento contiguo al que estaba sentada. Ignorando los ojosvidriosos de Ángela, se abrochó el cinturón de seguridad.
"¡Eres un dolor de cabeza. ¿Por qué no tomaste el avión privado?" dijo ella,
mientras se abrochaba el cinturón de seguridad con rabia.
"Mi madre y mi hermano tomaron los vuelos privados" si su familia no
hubiera ocupado los aviones privados, él nunca hubiera tenido que reservar
los boletos del vuelo.
Ángela lo despreció: "¡Estoy tan disgustada contigo! ¿Por qué no tienes uno
para ti? ¿que no eres millonario? ¡No tienes la necesidad de compartir el
avión con otras personas!"
"Sí tengo uno, pero aún no está listo." Inclinó su asiento y miró por la
ventana.
"¡Qué agradable y atractivo rostro!" Inmediatamente Ángela se dio cuenta de
algo: ella lo amaba y odiaba a la vez.
"¡Puedes comprar todos los boletos de primera clase!" ¡Gonzalo, ese hombre
imprudente y derrochador, siempre hacía tales cosas!
Álvaro respondió: "Es la hora pico para los pasajeros. Mi asistente se
encontró con que la mayoría de los boletos se habían agotado cuando ella
estaba haciendo la reserva."
Ella se había quedado sin argumentos. Lo mejor sería que se siente tranquila
y pacientemente a esperar. Antes de apagar su móvil, Ángela miró a las dos
mujeres de una forma despectiva, habían estado observándola todo el tiempo
y ella solo quería hacer lo mismo.
Antes de despegar, la sonriente azafata de la aerolínea se adelantó y
comprobó que tuvieran puestos sus cinturones de seguridad.
Pero cuando la azafata miró a Álvaro, sus ojos se iluminaron. Sin embargo,
ella miró hacia otro lado cuando sintió que Ángela se había dado cuentaÉsta se quedó muda...
En cuanto el avión despegó, ella se recostó en su asiento y lentamente se
quedó dormida.
Álvaro la observó mientras dormía. Era tan pura e inocente como una niña...
No pudo evitar negarlo con la cabeza y llamó a la azafata: "Dame una
manta."
Ella miró a Ángela y se la llevó enseguida. Cuando estaba a punto de
cobijarla, Álvaro rápidamente tomó la manta
y él mismo la cubrió. Su dulce gesto conmovió a la azafata.
Álvaro se negó a leer revistas que habían sido estado en contacto con tanta
gente. En lugar de eso, se apoyó en la silla y miró por la ventana. Estaba
inmerso en sus pensamientos.
De repente, sintió algo pesado en su hombro.
Volteó y descubrió que era Ángela quien sorpresivamente había apoyado la
cabeza en él. Además, había frotado su cabeza contra su cuerpo y se quedó
dormida después de encontrar una posición cómoda.
... Álvaro levantó la mano y estuvo a punto de apartar la cabeza de Ángela.
Sin embargo, se detuvo cuando vio cuán tranquilo se veía su rostro.
Ángela había estado durmiendo hasta que el avión aterrizó. La dulce voz de
la sobrecargo de la cabina la despertó. Tres segundos después, abrió los ojos
y escuchó: "¡Babeas mucho, tengo tu saliva en mi hombro!"
"¿Qué?" Hasta ese momento, ella se dio cuenta de que se había apoyado
sobre Álvaro y había babeado... Ángela limpió sus labios llena de vergüenza
.. . "¡No, él está mintiendo!"
Después se enderezó, se cubrió con la manta de nuevo y lo miró con enojo."¡Tú babeaste, no yo!"
Pero, ¿de verdad estaba recargada en el hombro de Álvaro mientras dormía?
'¡Dios mío, qué pena! '
Cuando salieron del aeropuerto, Conrado, el asistente de Álvaro, los estaba
esperando. Tomó sus respectivos equipajes y los puso en el maletero.
Se subieron en el Porsche de Álvaro, Conrado arrancó el auto y salió con
rápidez del aeropuerto.
"Señor Gu, ¿a dónde quiere que los lleve?"
Álvaro miró a Ángela: "¿Dónde vives?"
"En Xinhe Garden." respondió ella.

Enamorada del doctorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora