cap 39

147 8 2
                                    

¿Qué le pasa a mi hermana?

"¡Oh, Ala grande, maldito, te golpearé! ¿quieres que te cambie la sábana? ¡de
ninguna manera!" Ángela aventó sus zapatillas a un lado, se levantó y se puso
de pie en la cama. Mientras ponía las manos sobre sus caderas, miró a
Álvaro, por un instante, él miró de reojo y se quedó callado.
Ángela sintió curiosidad, y siguió la mirada de Álvaro. Estaba a punto de
gritar, él supo de inmediato cuál sería su reacción; así que la tomó del brazo y
cubrió su boca:
"¡Cállate! ¿Quieres que la gente se de cuenta?" Posteriormente, se quedó en
completo silencio.
No obstante, esta vez el silencio de Álvaro se debía a que se había dado
cuenta de que ha tocado algo en la zona prohibida ...
Ángela se agachó y miró la mano de él: "¡Dios santo!" ¡Ella iba a matar a
Álvaro!
Pero, tomándola por sorpresa, se aprovechó de ella.
¡Qué hijo de puta! Ángela jaló la mano de Álvaro, llevándosela a la boca y
mordiéndola con fuerza, él cerró los ojos, frunció el ceño y se mantuvo sin
mencionar palabra alguna, pero tampoco la detuvo.
Cuando la mordida estaba a punto de atravesar la piel, Ángela aventó su
mano: "¡Maldito!"
Con el rostro enrojecido, salió corriendo del cuarto de Álvaro.
En el pasillo, se encontró con Gonzalo, quien iba de visita. En cuanto vio a su
hermana salir huyendo, se apresuró hacia el cuarto de Álvaro:
"¿Qué le sucede a mi hermanaÁlvaro trataba de quitarse las marcas de los dientes con su mano y miró con
frialdad a Gonzalo: "Ella no quería cambiar las sábanas de la cama."
'¿No estaba dispuesta a cambiar las sábanas de la cama? esa era una razón
absurda. Más bien parecía que habían abusado de ella cuando salió corriendo
de la habitación.'
Gonzalo estaba escéptico. Pero en cuanto a Álvaro, nadie podía hacerlo decir
algo que no quisiera, por lo mismo, Gonzalo simplemente lo dejó pasar:
"Justo acaba de llamarme el investigador, hemos hablado del proyecto..."
Entonces, ambos hombres continuaron hablando de su trabajo.
Ángela volvió a su alcoba, saltó a la cama, quitó las cobijas y se envolvió en
ellas:
"¡Ay Dios mío!" ¡Álvaro la hacía salirse de sus casillas! La besó e incluso la
tocó...
¡Era un pervertido! ¡Eso era demasiado injusto para Rafael! ella lo engañó de
nuevo...
Ya había anochecido y había dos personas que no podían contener el sueño,
por supuesto, Ángela no era una de ellas, porque era una chica sin corazón.
Lo que ella realmente necesitaba era un buen descanso, había decidido echar
a Álvaro por la mañana.
En realidad, quienes no podían dormir bien eran Gonzalo y Álvaro.
Éste último no dejaba de pensar en el rostro de Ángela, ni en las partes de su
cuerpo que había logrado acariciar.
En la otra habitación, Gonzalo seguía pensando que algo había sucedido entre
su hermana y Álvaro, pero no sabía con exactitud qué era eso que había
pasado...
Al otro día, por la mañana, Ángela tenía demasiada flojera para levantarsecuando su hermano la despertó:
"Vamos, el desayuno está listo. ¡Levántate! Vamos a desayunar... Ángela,
¿me escuchaste? ¡Ángela!"
"Está bien, ya voy." Con los ojos entrecerrados, Ángela se levantó, abrió la
puerta y encontró a su hermano parado frente a ella.
Mirándola, Gonzalo le frotó su larga cabellera hecha nudos y dijo: "Lávate la
cara y cepíllate los dientes de inmediato. Tenemos un invitado, ¡no bajes así
las escaleras!"
"¿Invitado?" "¡Sí, invitado!" en menos de un minuto, Ángela se dio cuenta de
quién era el invitado. Estaba totalmente despierta:
"Gonzalo, ¿Cuándo se irá Álvaro?" preguntó impaciente.
"Hoy mismo, ¿qué sucede?"
"¿Hoy? ¡perfecto!"
Ángela se rió: "Muy bien, no pasa nada, solo preguntaba, ¡iré a lavarme la
cara!"
Cerró la puerta y entró felizmente al baño. 'Álvaro, vete de mi casa ahora
mismo. Si te vas, ya no podrás aprovecharte de mí de nuevo.'
Sin embargo, ella aún era bastante ingenua.
Veinte minutos después, bajó con singular alegría, todos se habían sentado en
la mesa.
"Apresúrate y siéntate aqui, ¡vamos a desayunar!" Chuck la saludó con la
mano.
Ángela gruñó cuando vió la expresión de Álvaro y se sentó junto a su madre.
Hoy, usaba un sencillo pants rosado, con el que lucía más joven, su suave pielblanca tenía un delicado tono rojizo en sus mejillas...
Álvaro dejó de mirarla y se concentró en su comida, después de desayunar,
Chuck se dirigió al hospital. Gonzalo y Álvaro estaban trabajando juntos para
terminar el proyecto, al mismo tiempo que Daisy se encontraba ocupada en la
cocina.
Ángela se sentó al lado de su hermano. Los observaba mientras él y Álvaro
abrían el documento.
Gonzalo la miró y se burló de ella: "Parecías estar muy feliz, ¿no me vas a
contar porqué?"
"Claro que sí, estoy feliz porque alguien se va." Ángela asintió con la cabeza
y se mostró complacida, todos sabían a quién se refería con ese "alguien".
Gonzalo fingió ahogarse: "¡No hagas eso Ángela!"
a pesar de eso, Álvaro sacó su celular e hizó una llamada:
"Enfermera, ¿podría decirme cuántos días pidió permiso Ángela para faltar...?
¿quién le dijo que podía darle tanto tiempo de vacacciones... ?"
La expresión de Ángela se llenó de rabia. Ignorando a su hermano, se levantó
del sillón y contempló con desprecio a Álvaro.
Cuando terminó la llamada, Ángela le preguntó con tono molesto: "Álvaro,
¿qué te pasa? Solo tomé un par de días de descanso, ¡cuál es el problema!
¿por qué tuviste que llamar a la jefa de enfermería?"
"Solo preguntaba, ¿por qué te preocupas tanto?" respondió él tranquilamente.
¡Ángela estaba muy preocupada, le estaba costando mucho trabajo
deshacerse de Álvaro! Ella lo quería lejos, "¡No te metas en mis asuntos!" le
dijo directamente casi gritando.
Álvaro sonrió y dijo en voz baja: "Cuando estabas ebria eras cariñosa
conmigo, ¡no eras así como te estas portando ahorita!""..." Ángela quiso decir algo, pero no pudo.
Gonzalo los observaba sin decir palabra alguna, se entretuvo escuchando lo
que decían. '¿Acaso Ángela quiere ganar a Álvaro en este tipo de ocasiones?
¡eso es imposible! ¡sigue siendo tan inmadura!" Como sea, era necesario que
Ángela ganara a Álvaro, de otra forma, ella podría sentirse intimidada si en el
futuro fuesen una pareja.
Daisy llegó justo a tiempo con algunas frutas y las colocó sobre la mesa:
"¿Por qué estas tan molesta?"
"¡Por nada!" Ángela se negó a contarlo todo puesto que su madre no la
creería.
Entonces, Álvaro irrumpió: "Tía, la cosa es así: tengo que regresar a Shine
Empire. Dado que las vacaciones de Ángela han llegado a su fin, quiero
regresar con ella... ¿Entonces, qué piensas?"
"¡No, todavía necesito estar en liciencia! mamá, no quiero ir a trabajar!"
Sin embargo, la súplica de Ángela fue ignorada totalmente. Daisy estaba
feliz: "¡Eso suena muy bien! me hacen sentir más tranquila si vuelven juntos.
¡Gonzalo no tendrá que volver a acompañarla!"
Si se trataba de Álvaro, Daisy creía en él con los ojos cerrados.
Ella pensó que su hija tenía voluntad propia, no obstante, no creyó que
Álvaro fuera a hacer algo inapropiado.
"¡Mamá, ni siquiera me pediste mi opinión!" confundida, Ángela los
observaba; estaban inmersos en la conversación. Ella no lograba comprender,
¿por qué su madre era tan amable con él? ¡era un tipo nefasto!

Enamorada del doctorWhere stories live. Discover now