𝑳𝒂 𝑫𝒐𝒎𝒂 / Minjin

Capítulo 5

¿Tienes pareja?, pensó sorprendido por la libre desviación de su cerebro. Mmm, bueno, a él no le debería importar si Minho tenía pareja… En todo caso a la novia o novio sí. Pero su código moral no permitía tocamientos con alguien que ya estuviera casado. Sus gruesos y largos dedos no llevaban ninguna alianza, así que…

—¿Tienes novio, Hyunjin?

—¿Yo? —preguntó estupefacto.

Él lo miraba con ojos azules oscurecidos, misteriosos y… desafiantes. ¿Por qué el desafío ante una pregunta de ese tipo?

—Sí, tú.

—Eh… no. No… oficialmente —pero ¿qué estaba haciendo? Claro que no tenía novio. Se aburría después del sexo, el cual no le parecía nada del otro mundo… Pero reconocer que en ese momento tenía menos vida sexual que su camaleón le avergonzaba. Quería demostrarle a Minho que no era un solterón mojigato.

Minho fijó sus ojos en la taza roja de café que ahora bebía, y empezó a darle vueltas entre las manos. Hyunjin se fijó en que hacía fuerza con los dedos, como si quisiera reventar la vasija colorada.

—Aclárame eso de que «no oficialmente».

—Bueno… Es un amigo de la comisaría. Es… —¿Quién era? ¿El bueno de Yang? No, ni hablar. Necesitaba a alguien que pudiera competir con Minho… Que rabiara si alguna vez lo veía. Ah… Christopher—. Se llama Christopher. No estamos saliendo… No de manera…

—Ya, oficial. ¿Y eso qué quiere decir? ¿Que no podéis decir que folláis de vez en cuando?

Hyunjin se echó hacia atrás y levantó las cejas hasta casi juntárselas con el nacimiento del pelo.

—Guau… —murmuró—; ese comentario está fuera de su jurisdicción, señor. Lo que yo haga con Christopher no debe de importarle.

—Te equivocas —levantó la mirada y lo traspasó con ella—. Durante tu instrucción y lo que dure resolver esta misión, agente Hwang, estaré al mando de todo. No pienso dejar ningún cabo suelto. Desde hoy, no te verás más con Christopher —prohibió tajantemente—. No necesitas distracciones.

—¿Puedes ordenarme eso? —Sus ojos verdes lanzaban llamas.

—Hay jugadores de BDSM por todas partes. El mundo es un pañuelo y no pienso arriesgarme a que alguien te vea con otro tío que no sea yo. Debemos empezar ya con nuestros papeles.

—¿Mark pasó por lo mismo?

—Sí.

—¿Estaba saliendo con alguien? —preguntó interesado.

—No —miró su reloj de muñeca—. Tengo todo el día organizado así que, por favor, utiliza este tiempo en solventar dudas. Debes de tener muchas…

—Unas cuantas, sí. Por ejemplo, sobre Mark. Si lo tienen secuestrado y le sacan sangre pueden averiguar que es agente federal y podrían matarlo.

Minho negó con la cabeza.

—No es posible. Cuando Mark entró en la misión, todos los datos reales sobre él fueron anulados de la base de datos. Se le creó una nueva identidad en todos los sentidos. Incluso cambiamos sus pruebas de ADN. Intentamos proteger a nuestros infiltrados.

—Ya… ¿Conmigo habéis hecho lo mismo?

—Sí. Por ahora Hwang Hyunjin no es hijo de padres irlandeses, sino hijo adoptado de una familia texana. Trabaja en una galería de arte en Chicago y es un chico delicioso y… muy tímido. No deberás hablar mucho.

¿Que no hablara mucho? Pero si no se callaba ni debajo del agua.

—La misión va a ser un fracaso. —Bufó Hyunjin retirándose el mechón de los ojos. Hacía poco que se había escalado el cabello y tenía una melena de color vino tinto, rica y llena de cuerpo. Pero aunque el peluquero le había intentado recortar los mechones largos, él se había negado. Se lo peinaba un poco hacia un lado y solucionado—. Si no puedo hablar, me ahogaré.