Capítulo 7

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Contrato de sumisión: convenio firmado por D/s en el que quedan reflejados el contenido, alcance, límites, duración de la relación y pactos entre el amo y el sumiso. Este tipo de contratos ya no se estila, puesto que no tiene validez legal. No obstante, no hay palabra que deba dar más confianza que la de un Amo.

Podía una orden ser más erótica? No. Se lo pedía Minho, el hombre que le había dicho todo lo que quería de él como sumiso y todo lo que él tenía para ofrecerle como su amo y tutor.

Requería verlo desnudo.

Sintió un poco de vergüenza, pero las palabras de Minho habían sido tan honestas y reverentes que no había modo de que se sintiera ni feo ni imperfecto.

No se lo pensó dos veces. Se desabrochó el cinturón que había atado alrededor de su talle, y abrió la bata con lentitud, mostrando la nívea piel de su cuerpo, revelando lo que había debajo. Dejó que se deslizara por sus hombros y cayó alrededor de sus pies, como una nube negra.

—Mírame. —Minho se había sentado de nuevo en el sillón y apoyaba la barbilla en una de sus manos.

Hyunjin levantó los ojos y le miró.

—Quiero que te sientas a gusto desnudo parcialmente, tal y como estás ahora. Estarás así todo el día. Si tienes frío solo tienes que decírmelo.

Hyunjin movió la cabeza arriba a abajo.

—¿Eres tímido?

—No. —Y decía la verdad. No era tímido, pero su cuerpo reaccionaba ante su escrutinio. Punto que él observaba, punto que se encendía.

—Ya veo —contestó con interés—. ¿Estás cómodo con tu cuerpo?

—Ninguna persona está realmente cómoda con su cuerpo, señor —contestó arqueando las cejas.

—Todos tenemos las mismas inseguridades, pero deberíamos querernos de cualquier modo. Tú deberías, Hyunjin. Tienes un cuerpo muy bonito. Hombros elegantes, cintura estrecha, tu piel se ve tersa y suave y tienes un estómago levemente redondeado muy gracioso, como las practicantes de danza del vientre.

Hyunjin esperó paciente a que Minho dijera algo sobre sus piernas. Sabía que estas eran algo gorditas. Nada que él apreciara.

—¿Qué? —Minho leía las expresiones muy bien.

—¿Hum?

—Has puesto cara de esperar algo.

Hyunjin se relamió los labios. Tenía que ser honesto para ser un buen sumiso, dar lo mejor de sí y obtener el Óscar al mejor actor en el rol de Dragones y Mazmorras DS.

—No has dicho nada de mis piernas.

Minho apoyó los codos en las rodillas y se inclinó hacia adelante.

—¿Te sientes inseguro respecto a ellas?

—No son lo suficientemente delgadas y esbeltas.

—No importa. Lo que me importa es tenerlas entre mis manos y poder tocarlas. Sean gruesas o delgadas son piernas, y las tuyas son muy bonitas. Amaría tenerlas alrededor de mí. Me encantan.

Hyunjin entornó los ojos y se sonrojó.

—Gracias.

—¿Gracias qué?

—Gracias, señor.

—Bien. Acércate y siéntate aquí —se palmeó los muslos.

«Vaya, Papá Noel quiere que le diga lo que quiero para Navidad. Pues allá voy», pensó con descaro.

𝑳𝒂 𝑫𝒐𝒎𝒂 / MinjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora