Capítulo 13

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Los amos y los sumisos deben disfrutar el uno del otro y divertirse tanto dentro como fuera de la cama.

El salón de la casa de Hyunjin, bajo la música baja con la letra implacable de Broken Strings de James Morrison y Nelly Furtado. Minho y su sumiso estaban el uno frente al otro.

Había una baraja de cartas de Dragones y Mazmorras DS dispuesta sobre la mesa.

Ahora comprobarían si el juego había quedado claro o no.

Minho barajó los naipes: todos tenían un dragón en la parte trasera. En la parte inferior había escrito: Domines & Maitresses (Dragones y Mazmorras DS).

Minho había escenificado un posible duelo frente al Oráculo.

—Esta es nuestra prueba de fuego.

—¿Vamos a arder?

—Imagínate que no encontramos el cofre ese día.

—Sí.

—No hemos averiguado los acertijos; no sabemos dónde se halla la puta cajita y fracasamos.

—Ajá —escuchó concentrado.

—Deberemos ir a la mazmorra. Las mazmorras son los escenarios donde se desarrollan los duelos: donde se encuentra el Oráculo con sus cartas y donde esperan las Criaturas deseosas de que alguien la palme.

—Lo sé.

Los ojos oscuros de Minho lo observaban fijamente.

—¿Está asustado, agente?

—Para nada —replicó mirándole a su vez.

—Allí será diferente.

—No creo. Tengo a la criatura más mala de todas delante de mí.

Minho detuvo sus movimientos e hizo un gesto desdeñoso con la boca.

—Me juzgas muy injustamente.

—Seguro —contestó incrédulo—. Bueno, continúa.

—Bien —dispuso las cartas en tres pilas—. Una de objetos —la negra con el dragón rojo—, otra de modalidad de la prueba —la blanca con el dragón colorado—, y otra de duración de la prueba —la blanca con el dragón negro— y número de orgasmos —señaló cada pila correspondiente. Las abrió como un abanico—. Escoge.

Hyunjin se frotó las manos y escogió una carta del primer montón. El de objetos.

—Objetos —Minho sonrió malvadamente.

—¿Qué? ¿Cuál ha salido? —preguntó nervioso.

—Las bolas chinas.

—Oh… —Agrandó los ojos—. Ooooh… ¿Bolas?

—Bolas. Escoge modalidad —Hyunjin lo hizo, y Minho giró la carta—. Bondage/suelo. Tendré que atarte.

—¿Atarme? —su voz sonó demasiado aguda—. Pffff… Vaya cosa.

Minho se relamía los bigotes, como haría el rey de la selva.

—La siguiente. —Hizo un gesto con la barbilla hacia el último montón en abanico—. Tiempo y número de orgasmos.

—Mmmm… —Hyunjin leyó lo que ponía—. Dos orgasmos en quince minutos.

Dos orgasmos en quince minutos, pensó. ¿Así, tan seguidos? Se frotó la nuca, con el cuerpo tenso y expectante.

—Esta es nuestra prueba hoy. —Preparó su reloj digital, dispuesto a cronometrar el ejercicio—. Vamos al jardín —estaba más que preparado para darle dos orgasmos a Hyunjin en solo un cuarto de hora—. Andando.

𝑳𝒂 𝑫𝒐𝒎𝒂 / MinjinWhere stories live. Discover now