Por más que el infierno se presente como paraíso, sus llamas nunca dejaran de quemar.
El cielo y el infierno son uno cuando la sangre de una Zakharova y un Boss se unen. Tener su linaje es una bendición y maldición ya que no importa que tan lejos...
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10 de noviembre 2024
KATRINA BOSS ZAKHAROVA
Un año y medio después.
El sol veraniego hace que una sonrisa curve mis labios, es lo único que me ha logrado cambiar la cara de maldita que tengo desde que llegué.
Parece que apenas fue ayer que me fui de este país y ahora estoy volviendo contra mi voluntad como si fuese una chiquilla. Estoy a nada de cumplir 21 pero para mis padres no es relevante ya que siempre se hace su voluntad.
La suela de mis tenis hace contacto contra el suelo español y los miles de recuerdos negativos invaden mi cabeza llenando mi pecho de resentimiento. Resentimiento porque el futuro rey de España me usó como si fuese una maldita tonta común. Porque se casó con Alice, la mujer perfecta y porque no le importó en lo más mínimo lo que vivimos por casi un año a tal punto que ni intentó justificar sus actos.
Estoy segura que ninguna de las anteriores Zakharova se dejó humillar de tal manera. Era una idiota ingenua la cual creía que podía dominar el mundo pero en realidad con la primera sonrisa y palabra linda cayó dejándose ver débil como si no valiera, como si no mereciera ser digna de ser amada sincera y completamente.
—La princesa de Dusmurk debe estar segura. —habla papá abrazándome por la espalda.
—Estaba segura en Turquía. —gruñó.
—No es así. —toma mi rostro en sus manos obligándome a ver su mirada oscura. —El ataque en la galería de Danella no fue casualidad, alguien quiere herirte y no lo permitiré.
—Papi…
—Cariño el que vivas en Turquía es como una barrera para mi, entiendo que ya no eres una niña pero siento que los últimos años me has mantenido tan al margen de tu vida que me preocupo.
—No es así, solo necesitaba espacio y formar mi propia vida.
—¿Al punto de que ni tus padres te visiten? —me observa con tristeza y eso si que me duele. —Katrina tu eres mi adoración.
—El que no te cuente algo sobre mi vida no significa que no te ame papá, solo no quiero decepcionarte —Soy sincera. —, solo pienso que hay un momento para cada cosa.
—Tenerte aquí me da una garantía de protección para ti, te negaste a volver a Dusmurk con nosotros por lo menos permite que te cuide aquí.
—Está bien, pero no es necesario, estoy bien y seguiré bien.
—Eso pensaba en Turquía pero ya noto que no.
—Deja de preocuparte.
—Katrina, no me importará tener que quemar el mundo entero y sacrificar a quien se necesite para mantenerte a salvo.
