♔ Capítulo XVI ♔

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DASHIELL 

—Oficialmente este mercancía es de FES, agradece que no te llevo a prisión ahora mismo. —habla Damon. 

—No por favor, permítame renegociar. —suplica el tipo. —Trabajo para Lombardi y me asesinarán si no consigo hacer la entrega. Ya le han quitado demasiado. 

—¿De qué hablas? —cuestiona Ally entrando a la habitación del interrogatorio. 

—La nueva Queen nos prohibió negociar con Lombardi, la mayoría le ha cerrado las puertas ya que no quieren entrar en la mira de la heredera del destripador de Dusmurk. 

Lo sabía. 

Siempre supe que la llegada del maldito cabrón de Charles, no sería para más que meter al mundo oscuro a Katrina. Han pasado varias semanas desde que me fui de su casa pero no le he perdido el rastro y solo bastaba con una confirmación para enterarme que ella es quien está levantando y provocando el odio de Marcello Lombardi. 

—Si dejan que me lleve las armas, les entregaré a la nueva villana. —agrega el tipo. 

Ally apoya las palmas en la mesa de metal frente al prisionero. 

—¡Tu no pones condiciones, habla! 

—Mi jefe tiene un plan esta noche, la tomará frente a todos sus socios para comprobar que no es más que una pequeña perra jugando. 

—¿Y eso es re levanto por? 

—Nadie sabe cómo va a entrar Lombardi y nadie se lo espera. 

La castaña se aparta tomando la carpeta en la mesa y observa a su compañero de división. 

—Presentaré cargos. —avisa Ally saliendo de la sala. 

No pasa mucho antes de que la mujer castaña entre en donde me encuentro y me de una mirada de desaprobación. La sala es oscura y solo la luz del salón de interrogatorios qué tengo tras el vidrio de un solo reflejo de visibilidad. 

—No irás. 

—No pierdas tu tiempo. —gruñó. 

—Emiliano, por favor. 

—Ally deja de perder el tiempo y trabaja. 

—No quiero que te pase nada de nuevo, hace poco sufriste un grave accidente y… 

Le doy una mirada qué le corta la frase a la mitad. Puedo gozar de su silencio solo por cinco minutos. 

—Creí que la olvidarías. —habla bajo. —¿Te sacrificaras de nuevo? 

—Mi vida pierde relevancia sino está cerca. 

Me muevo por la casa en silencio seguido por la intensa mujer y mi mejor amigo. Entro a la habitación de armas y visto el chaleco antibalas y acomodó mis armas en sus respectivos forros qué oculto en mis piernas. 

—Es una locura. —habla Liam. —Aún no estás al 100% recuperado, es una misión suicida. 

—Lo más curioso de que ustedes intenten persuadirme de no ir es el hecho de que la han ayudado a mis espaldas todo este tiempo. 

—Te apoyo. —aparece Dinah. 

Cruzó los brazos ahora con mi atención en los cuatro personajes frente a mi. 

Es increíble que hayan estado trabajando para ella todo este tiempo y ninguno me lo haya dicho en la cara. 

Los dos hombres vacilan mientras fingen acomodar sus armas. 

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