♔ Capítulo V ♔

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—Contigo me siento libre, se que esta mal porque soy mayor que tu pero enserio siento una libertad que no he  llegado a experimentar en mi vida.

—Entonces quedate conmigo, primo de Marco. —sonrió terminando mi delicioso postre.

—Lo deseo pero no puedo, debo cumplir con mis obligaciones familiares.

Me abraza y besa mi frente con una sonrisa. Con él todo se siente bien, jamás pensé que llegaría a darle confianza de nuevo a un hombre después de mi horrible experiencia a mi corta edad.

—Aitana, quiero que recuerdes siempre que este soy yo en su más sincero y real esplendor. Sé que eres demasiado chica, pero qué hombre, que me gustaría en un futuro casarme contigo. —esta vez son mis labios los que besa.

Los meses a su lado me hacen feliz, la necesidad de ser buena y mejor en todo me abarca entera. Mi corazón explota y me atrevería a decir que esto es sentirse enamorada.

—Mi maestría en economía es un poco compleja pero volveré de vacaciones para estar juntos porque te quiero, que te quiero como no te imaginas en el universo.

—Eres un hombre increíble Carlos.

Quiero una vida con él, lo declaró ahora. Siento que después de tanto caos vivir feliz y con un hombre bueno me da vida de nuevo, se acabaron los entrenamientos y las preocupaciones porque con un hombre tan bueno como él, nada malo puede suceder.

Paso el trago amargo del recuerdo en mi mente, avanzó por los pasillos del Palacio. Juego con la cuchara de helado en mi boca y sonrió porque hoy es un gran día, un día feliz.

—Aitana….—me llama Carlos cuando paso por su lado. —Oye.

Toma mi brazo obligándome a detenerme. Le doy una mirada seca, abre los ojos de golpe cuando detalla el moretón en mi mejilla izquierda. 

—¿Qué es esto? —gruñe acariciando mi mejilla.

Me tropecé con el saco de box cuando entrenaba con Dashiell pero me niego a dar información de mi vida a este hombre que ahora es un desconocido. 

—Nada que te importe.

Da un vistazo de lado a lado por el pasillo, y vuelve a tomar mi brazo llevándome con él hasta la oficina de su padre. 

Me aclaró la garganta cuando recuerdo lo que pasó en este lugar el último día antes de irme con su padre.

—¿Qué te pasó en la mejilla, Aitana?

—Katrina —corrijo. —No entiendes que tú no debes llamarme Aitana, nunca más.

—Responde. —demanda. 

—No te vuelvas a acercar a mi. 

Intento salir pero se atraviesa en mi camino impidiendo mi paso. Toma mi rostro entre sus manos y me obliga a mirarlo a los ojos, esos ojos marrones qué me recuerdan a lo más feliz de mi vida, a lo que ahora es una pesadilla. 

—Perdoname, creí que….podría escapar de mi vida y vivir contigo como en esos meses.

—Ridículo y mentiroso, me hiciste creer que eras otra persona, mientras me follabas estabas poniéndole un anillo a mi hermana en la mano. 

—Solo quería asegurarme que te gustará por quien soy y no por mi legado.

—Me dijiste mil veces que querías casarte conmigo —gruñó con rabia —, que nunca te habías sentido tan bien como lo hacías cuando estábamos juntos.

—Y así fue.

Mi mano impacta contra su mejilla dejando mis dedos marcados. En este momento recuerdo las palabras del estúpido de Dashiell  “Eres una Zakharova, eres venenosa” reprimo la necesidad de llorar con todas mis fuerzas y logro que mi verdadero yo salga a la luz, me canse de jugar a la niña buena, me canse de negar lo que soy bien dice mi hermano que las raíces son imposibles de cortar u ocultar.

ZAKHAROVAWhere stories live. Discover now