♔ Capítulo XV ♔

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Dos meses después.

-Te lo dije, tu no tenias que aprender nada, solo despertarlo.

No respondo.

Me mantengo con la atención en el iPad estudiando uno a uno los pasos de Lombardi. Han pasado ocho semanas en las que no he perdido el tiempo, dedicada día y noche a fortalecer los lazos para conseguir mi fin.

Estar aquí se siente como cuando jugaba a la villana con solo seis años. Solo que ahora es real y si soy sincera la compañía de Charles hace que todo sea menos tedioso.

-¿Segura que quieres ser tu quien se reúna? -vuelve a hablar el chico de ojos azules. -Puedo ir por ti.

-No. -suelto firme.

-Él maldito de Marcello no tuvo suficiente con asesinar a Rachel, herir a Dashiell e intentar llevarse a mi hija. Como si fuera poco asesinó a los sobrinos y hermanas de la mujer que me cuido y a mi hija hasta su último aliento. -respiro hondo. -La muerte no es suficiente para que pague, quiero que sufra en carne propia cómo me adueñó de lo suyo y luego lo entregó todo a mi hermano.

-Pequeña Bestia, si Alexeyn no hay intentado nada es porque quiere mantener el acuerdo de paz.

-Tu lo has dicho, el acuerdo es con mi hermano, no conmigo.

Me levanto y tomo el pequeño dispositivo casi invisible que está en la mesa por el cual no he dormido ni un solo día.

Mi abuelo Bernard fue el más grande y monstruoso mafioso de todo mi país. Solo su nombre le causaba terror incluso a los más malos. El siempre quiso estar presente en mi vida y la de los gemelos para enseñarnos a sobrevivir. No solo era uno de los destripadores más insensibles sino también un genio informático capaz de hackear los chips de control mental de la FES.

-Llego la hora de probarlos. -habla Charles.

Asiento.

Sonrió con mi atención en el chico de casi mi misma edad, quien ha sido el único aparte de mi padre que no lleva sangre Boss pero logró mantenerse cerca a Bernard, la leyenda.

Mi abuelo adoptó a Charles cuando yo tenía cinco años y desde entonces es el único que conoce por completo cada uno de los secretos Boss y quien heredó una tercera parte de la herencia que comparte con mis padres.

El chico no solo es guapo sino igual de inteligente y ágil con las armas que mi abuelo. Un digno discípulo y la muestra de que el alumno supera al maestro.

Siempre se ha mantenido al margen de todo y aún más cuando mi abuelo murió. Pero estaba completamente segura de que no se negaría a mi ya que mi abuelo le enseñó que yo era una pieza valiosa que siempre debería proteger.

-Quiero hacerlo.

Tomo la capsula y con ayuda de un microscopio la dejo dentro de mi arma. Una beretta dorada con mis iniciales tallada. Llevo el iPad entre mi brazo y mi pecho y lo sigo por el pasillo hasta los calabozos donde tenemos a nuestro prisionero.

Los primeros días fueron una mierda, me sentía la peor persona del universo y no podía mirarme al espejo. Ahora después de tanto dolor, y tanto resentimiento por la pérdida de inocentes, nada me detendrá.

-Llegó la hora maldito topo de mierda. -suelta Charles abriendo la puerta.

El imbécil escolta de Marcello quien se encuentra golpeado y amarrado a una silla nos observa con una maldita risa burlona. Es quien le disparó y asesinó a los sobrinos de Rachel sin que le temblara la mano, solo eran niños de menos de quince años.

ZAKHAROVAWhere stories live. Discover now