« 𝐔𝐧𝐚 𝐫𝐨𝐧𝐝𝐚 𝐝𝐞 𝐦𝐚́𝐬 » 𝘒𝘪𝘷𝘪 ( 𝘊𝘩𝘪𝘢𝘳𝘢 × 𝘝𝘪𝘰𝘭𝘦𝘵𝘢 )

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POV - Chiara:

Mi corazón no dejaba de latir desenfrenadamente, me moría de los nervios por saber la respuesta que se encontraba tras esa taquilla. Mil preguntas invadían mi cabeza y ninguna de ellas era buena.

– ¿Y si no soy lo suficientemente buena como para estar aquí? ¿Y si no me lo merezco? ¿Decepcionaré a la gente que me ha estado apoyando? – Pensé.

Mis pensamientos fueron interrumpidos por el carraspeo de un camarógrafo que me estaba grabando. Asentí y tomé una bocanada de aire armandome de valor para poder abrir la taquilla que se encontraba frente a mi.

Por un momento sentí como un enorme peso desaparecía de mis hombros dejándolos completamente libres; Delante de mi se encontraba la taquilla completamente abierta y dentro de ella había una camiseta en la que ponía mi nombre.

No podía creérmelo, “¿Esto es real?” me pregunté a mi misma mientras una enorme sonrisa adornaba mi cara. Seguido de esto, cogí rápidamente la camiseta descolgandola de la percha y la abracé con fuerza.

Esto sería tan solo el comienzo de una bonita história.

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POV - Violeta:

– Estoy tan orgullosa de ti – dijo mi madre mientras me miraba fijamente desde el marco de la puerta.

Habían pasado cuatro días desde aquel momento en las taquillas y todavía lo estaba asimilando.

– Dios, aún no me creo que me hayan elegido para formar parte de OT – sonreí ampliamente mostrando mis dientes mientras le devolvía la mirada – Y pensar que en 2020 no pude entrar... se ve que este año si me han tenido en cuenta – le guiñé un ojo mientras terminaba de cerrar mi maleta.

– Eso es porque te has esforzado cada día y nunca te has dado por vencida – se acercó tomando mi mentón y dejó un beso en mi mejilla – ¿Llevas todo? – me preguntó levantando una ceja mientras echaba un vistazo a la habitación por si me olvidaba de algo.

– Creo que sí – imité su acción echándole un último vistazo a la habitación y levanté el asa de la maleta dispuesta a salir de aquél lugar sabiendo que no volvería a pisar aquella habitación en mucho tiempo.

– Bueno, entonces vamos fuera, tu padre lleva media hora con el coche en marcha esperando que bajemos – Dijo y yo caminé a su lado saliendo por la puerta de casa para meternos en el coche de mi padre.

Me senté en la parte trasera de este mientras que mis padres permanecían sentados en la delantera. Miré hacia los lados antes de que mi pecho se inundara de un sentimiento de carencia.

– ¿No ha venido Julia? – Dije algo apenada. Mi madre automáticamente se giró para mirarme a los ojos; Su cara lo decía todo.

– No ha podido venir, hija – Murmuró de la manera más sutil para no hacerme daño. Yo asentí y traté de sonreír abreviando el nudo que tenía en la garganta con un "Entiendo".

La verdad es que últimamente Julia está muy distante conmigo, las cosas se han enfriado y apenas podemos vernos. Es bastante duro para mi porque yo soy una persona bastante cariñosa a la que le encanta expresar lo que siente y amar con mucha intensidad.

Suspiré tratando de no darle vueltas a la situación y me limité a ponerme los auriculares buscando alguna canción en spotify aleatorio que me haga no pensar.

" La Camisa Negra - Juanes "

– No me jodas, ¿no había otra canción más precisa? – Pensé y negué con la cabeza cerrando mis ojos y dejando caer mi cabeza contra el cristal de la ventanilla mientras empezaba mi viaje.

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POV - Chiara:

Me quedé en el sofá de la sala de estar, a mi derecha se encontraban Ruslana y a mi izquierda Martin. La verdad es que no tengo mucha relación con ellos, pero eran las únicas personas que conocía.

– ¿No estáis nerviosos por saber quien más ha entrado en la academia– Dijo Ruslana mientras miraba con impaciencia hacia la entrada.

– La verdad es que sí, aún sigo sin creerme que estemos aquí, estoy muy felíz y agradecida por ello – Dije mientras me acomodaba en el sofá.

La verdad es que esta experiencia no solo me haría crecer como artista, sino que también me ayudaría a distraerme de la penosa vida amorosa que he tenido este año.

– Yo espero que Álvaro haya podio entrar, se lo merece – Murmuró Martin mientras colocaba sus manos sobre sus rodillas sentándose como un indio.

– ¡Holaaa! – Gritó una voz bastante energética desde el pasillo. Rápidamente me giré quedándome al lado de Ruslana para poder mirar la entrada.

Aquella voz le pertenecía ni más ni menos que a la otra pelirroja de la academia; Violeta Hódar, que venía arrastrando una maleta de color azul y llevaba consigo unas gafas de sol naranjas junto a una sonrisa radiante. No pude evitar sonreírle de vuelta aunque con las gafas de sol no sabía con certeza si me estaba mirando a mi.

Seguido de esta, venían Álvaro, Juanjo, Naiara, Paul, Lucas, Denna... Wow, realmente eran personas muy talentosas.

– ¡Álvaro! – Gritó Martin levantándose del sofá para ir corriendo a abrazar a su amigo el cual le correspondió.

– Que gay todo – Dijo Ruslana mientras sonreía mirando aquella escena tan tierna de los chicos.

Mis ojos inconscientemente se fueron hasta Violeta. La habitación estaba llena de gente pero sin embargo sentía que ella desprendía un brillo único. Sin duda era de las chicas más bonitas de aquella sala.

Sentí mi corazón dar un vuelco de los nervios cuando está se deshizo de sus gafas de sol en un movimiento rápido y nuestros ojos se cruzaron durante unos segundos.

– ¡Violetaaa! – Denna fue corriendo a abrazar a esta y la pelirroja le correspondió felizmente.

Yo aparté mi vista y la dirigí hacia Paul que se encontraba bastante apartado. Sin pensarlo dos veces caminé lentamente hasta estar a su lado y toqué su hombro.

– Hola Paul, me alegra mucho poder verte aquí – Le sonreí y acaricié su espalda. Él no tardó en abrazarme y seguido de esto soltó un suspiro.

– Lo mismo digo Chiara, espero que Noemí no nos trate demasiado mal– Bromeó para después echar un vistazo por todas la habitación con miedo a que le estuvieran escuchando.

Volví a echar un sutil vistazo hacia donde se encontraban todos para volver a mirar a Violeta. Era increíble como su sonrisa podía inundar toda la habitación

– Yo creo que lo pasaremos bien – Sonreí inconscientemente y tomé mi maleta llevándola hasta mi armario correspondiente.

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