Luchar por la relación

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Narrador: Bryn


Fui a la cocina con Yuna a desayunar, todavía dolida por lo de antes.

¿Y si me había precipitado al decirle de darnos un tiempo?

Una parte de mí todavía lo quería, y mucho, pero la otra estaba asustada, con miedo a ser lastimada.

Después de pedir el desayuno y de sentarnos en la mesa, Yuna apoyó su mano en mi hombro y habló.

—No le des muchas vueltas. Esto es solo hasta que te decidas. Solo es un tiempo.

Parece que podía leerme la mente.

—Ya, pero no puedo evitar pensar que tal vez me he precipitado... —respondí cabizbaja.

—No pasa nada, no se va a acabar el mundo por que os deis un tiempo. Y seguro que él ya se habrá dado cuenta de su fallo y estará intentando cambiar.

—¿Tú crees? —pregunté apoyando los codos sobre la mesa—. Cuando le dije que quería que nos diésemos un tiempo, preguntó el porqué, como si no lo supiera ya...

—Sería ante la desesperación, supongo.

Me quedé mirando a un punto fijo de la mesa, triste. ¿En qué momento habíamos acabado así?

Todo se puso patas arriba de un momento a otro.

De un día para otro, he perdido a Liam y me he dado un tiempo con mi novio. ¿Qué era lo siguiente?

Nos trajeron el desayuno a ambas. Las dos pedimos una taza de café.

Agarré el sobre de azúcar, lo rompí, y lo eché en el café. Luego tomé la cuchara y empecé a revolver.

Mientras revolvía volví a hundirme en mis pensamientos.

La escena de cómo mataban a Liam se me venía a la mente una y otra vez.

Era como si mi mente me estuviese castigando.

Cómo diciéndome: "Este es el precio a pagar por no haberle hecho caso a las advertencias de la gente".

Levanté la mirada, triste, y miré a otra mesa distinta a la nuestra.

Carla y Xiao estaban desayunando juntos.

Se les notaba en la cara que estaban afectados por lo de Liam.

Los dos tenían una mirada apagada, triste. Comían sin dirigirse la palabra, mirando fijamente su plato.

Desvié la mirada hacia Yuna. Ella se veía normal, tomando su café como cualquier otro día.

No entendía cómo ella podía haber superado tan rápido la muerte de Liam. El día que se enteró sí que parecía afectada.

—Oye, ¿cómo puedes estar tan normal después de perder a Liam? ¿Es que ya lo has superado?

De repente paró de beber y apoyó la taza sobre la mesa, seria.

Se quedó mirándola fijamente y me respondió.

—En un sitio como este, es normal perder a gente que quieres, gente que te importa. Por eso es que uno se acostumbra a las pérdidas y a sufrir en silencio.

Claro, supongo que ella estaría igual de afectada que el resto, pero sabía disimularlo mejor.

—¿Has perdido a mucha gente?

—Sí, mucha más de la que me gustaría.

—Lo siento —dije comenzando a tomar mi café.

—No tienes por qué sentirlo, estas cosas pasan. La vida no es justa. Unos pueden tener la vida perfecta mientras que otros luchan por sobrevivir y se adaptan a lo que hay.

Cegada por el amor Kde žijí příběhy. Začni objevovat