04.

662 100 15
                                    

El cuerpo de la zanahoria simulaba más una apariencia en dos dimensiones que tres, a pesar de que su grosor era notable. Era de un aspecto duro pero sorprendentemente ligero al sostenerla.

—¿Debo comérmela así? —susurró un poco desconcertado. Lo pensó un poco y concluyó que en este tipo de circunstancias no podía ponerse exigente —. Mientras sea como una barra de chocolate... —dijo, para luego llevar aquel objeto poco a poco a su boca. La abrió levemente listo para morder. Lamentablemente, eso nunca sucedió. Cuando la zanahoria estuvo a centímetros de su cavidad bucal, emitió sonidos parecidos a mordiscos continuos y, en unos segundos, desapareció.

Miraba atónito su mano derecha vacía. Escuchó claramente los mordiscos y estuvo seguro de que no provinieron de él.

«¿Qué? ¿En qué momento... comí?» No creyendo mucho lo que pasó, buscó a sus costados por si el objeto se le había caído, mas no halló nada.

Solo concluyó que, de alguna manera, lo comió. A lo mejor comer aquí era una experiencia que ningún cerebro humano podía procesar. De hecho, ahora que se concentraba, se dio cuenta de que tenía la leve sensación de haber comido algo.

Entonces era verdad, lo había ingerido. Comió algo sin necesidad de masticar, deglutir ni sentir los sabores.

Ignorando el hecho de que nunca más tendría la gratificación de saborear su alimento, se limitó a recoger un poco más de cultivos que hubieran para irse de ahí.

Cuando volteó con el fin de regresar al árbol donde estaba, algo obstaculizó su visión. Aunque los colores eran distintos de aquella vez, le tomó unos segundos saber de qué se trataba. Levantando la vista, los ojos rojizos de anoche se hicieron presentes de nuevo.

Sintiendo cómo su ritmo cardíaco aumentaba con rapidez, sus instintos de supervivencia le hicieron retroceder poco a poco de espaldas. Trataría de sacar la mayor distancia posible antes de que ese monstruo decidiera atacarlo. Pero, antes de que una tragedia sucediera, sus ojos se movieron al destello rojo que apareció de una de sus manos.

El ser de gran estatura hizo aparecer una flor en una de sus manos y la extendió frente a él. Solo se quedó inmóvil, cuestionando si esto era un modo de caza o algo así. Tomándolo desprevenido, el golem se acercó unos pasos más y colocó su mano encima de la de Izuku. Pudo sentir el roce del tallo en su piel. A pesar del miedo que sentía, sus dedos casi rígidos agarraron la amapola.

El personaje de tono blanquecino lo observó unos segundos más, dio la vuelta y siguió su camino al otro extremo de la aldea.

Bueno... ya conocía otra especie de criatura que no era hostil.

 ya conocía otra especie de criatura que no era hostil

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

La luna había emergido hace casi una hora. Midoriya optó por regresar a la casa donde entró sin permiso la primera vez, encontrando nuevamente al aldeano durmiendo.

Como lo único que había en esa casa era una cama, no tuvo más alternativa que dejar en el suelo los cultivos que le sobraron.

Seis zanahorias, ocho papas, tres remolachas y cuatro ramos de trigo fue lo que consiguió. También encontró dos especies de semillas que salieron de las remolachas y el trigo.

Pasos sobre cubos | Izuku en minecraftWhere stories live. Discover now