Aunque unas de sus cualidades era el análisis, Izuku no podía comprender qué hacía en este mundo hecho de cubos... junto a esta singular compañía.
⁘Buscando un mejor título
⁘Historia hecha solo para satisfacer mi fantasía de un fanfic de: Izuku atra...
—¡Aaahh! —fue el grito de Jiro al haberse detenido a tiempo para no caerse. Ante ella había una gran franja profunda en el suelo.
Una vez pasado el susto, se inclinó con cuidado para ver el fondo del barranco. Pudo distinguir diferentes tipos de piedras y algunos charcos de agua. También le pareció ver bloques de piedra con manchas, unas negras y otras de naranja y verde.
Al no encontrar un camino seguro para bajar, decidió mejor rodearlo y seguir de frente. Una lástima, ya que le hubiera gustado poder explorarlo.
Este estilo de vida de ir a su suerte y descubrir todos los paisajes y objetos que este mundo ofrecía le estaba gustando. Claro, si ignoraba las ocasionales situaciones de peligro como la de hace unos momentos o los monstruos nocturnos.
Siguió su andar en esta gran planicie de césped y flores por unos diez minutos, hasta que divisó algo a la lejanía que le agradó por fin encontrar. Se puso a correr hasta llegar a pocos metros de su hallazgo.
Frente a ella, Kyoka tenía a su disposición dos territorios nuevos y distintos entre sí por explorar. A su izquierda estaba una zona de árboles de troncos curvos y césped de un tono verde oliva opaco. Al otro lado, se abría la entrada a un gran extensión de desierto adornado por cactus cúbicos.
Emocionada, sin poder decidirse a dónde ir primero, notó cómo su loro iba por su cuenta hacia el lado de los árboles de troncos gris oscuro.
—Meh, está bien —dijo mientras lo seguía, aceptando la decisión del ave. Solo le bastó unos cuantos pasos para toparse con otro objeto nuevo.
Se agachó para contemplarlo mejor. No sabía con certeza qué podría ser, aunque su forma le recordaba a una púa de guitarra, solo que era más grande que una real. Sin perder más tiempo, guardó aquel ítem de tono marrón rosado y siguió explorando la zona.
Quizás encontraría el lugar o criatura que creó esa cosa.
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Mientras corría en dirección a la inusual torre de rocas, Izuku comenzaba a cuestionarse si valía la pena sentirse esperanzado y emocionado como lo estaba ahora.
¿Qué tal si era una alucinación suya o solo una coincidencia de la naturaleza de haber creado una roca increíblemente alta con una punta en forma de flecha?
Sonaba muy pesimista, pero sabía que debía tener la mente abierta a todas las posibilidades, incluyendo a las más deprimentes.
Si se preparaba para una desilusión, no le afectaría tanto cuando se le presente. Esa ideología era válida dadas las circunstancias en las que se encontraba.
¿Y si no era así? ¿Y si de verdad, al llegar allá, encontraría a la persona que construyó eso?
Eso significaría que ya no tendría que estar solo en este lugar y la carga de estar atrapado y condenado a vivir aquí no sería tan abrumadora si lo compartía con alguien más.
