Encerrados

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Narrador omnisciente:

20 de agosto 1993, Potter Manor.

10 : 45 p.m

James: ¿No entiendes? - le preguntó a Severus enojado - no volverás a dar clases a Hogwarts, serás ama de casa como todos los omegas.

Severus: No, no entendí - le respondió igual de enojado - porque no dejaré mi puesto como profesor de pociones, solo por que tú quieras, James.

James: ¡Pues lo harás! - gritó - ¡Lo harás porque así lo quiero y deseo yo! - se acercó a Severus y le susurró - yo soy tú dueño, soy tú alfa y debes respetarme.

Severus: No, no lo haré y punto - respondió mordaz - si Dumbledore viene y me dice que no necesita mis servicios como profesor, entonces, no iré a Hogwarts..pero - miró alrededor finjiendo estar buscando algo - como no lo veo aquí, volveré.

James: Dejá de hacerte el gracioso - lo tomó de la nuca y besó su boca - te quedarás acá, los omegas como tu no merecen tener libertad, desgraciado, eres un desgraciado que ni concebir puede... asqueroso omega.

Potter le dió golpe en el estómago a Severus, haciendo que al omega se le fuera el aire, James lo tomó de las piernas para arrastrarlo hacia las escaleras provocando un montón de ruido al la cabeza de Snape chocar con los cientos de escalones sacándole sangre de su nariz; la cuál dejó un gran rastro.

Los chicos, quienes estaban dormidos, bueno solo Hermione, salieron de sus habitaciones al escuchar el ruido que estaba haciendo la cabeza de Severus contra la escaleras, Harry miró confundido a su hermana; pero la chica soltó un susurro alarmado.

Hermione: ¡Harry! - gritó en un susurro mirando alarmada la sangre que había en el suelo - es sangre, mamá - terminó de decir asustada.

Harry: Vamos debemos ir a bajo - los chicos bajaron las escaleras y al ver que en realidad Severus no estaba hay volvieron a subír cuando escucharon unos quejidos - toma mi mano - le dijo a Hermione - James, habré la puerta - dentro de la habitación se escuchó un grito de dolor, haciendo que, los chicos se desesperaran - ¡Habré la puerta! - tocó con apuro - ¡Por favor ábrela!

Los quejidos dejaron de escucharse y de la habitación salió James, tomando del brazo a Harry y Hermione quienes forcejearon, Potter los tiró a la cama de Harry.

James: ¡No se metan donde no les importa! - gritó atemorizando a Hermione - es un asunto entre su madre y yo, ahora, se quedarán acá por lo que restra de la semana.

James transfiguró unos barrotes en la ventana los cuales conjuro muy bien, y que eran extremadamente pequeños, al igual que puso una gatera para solo pasarles la comida, por dejarlos salir al baño no se preocupó había uno dentro de la habitación. Los niños se acurrucaban entre ellos evitando hacer contacto visual con quién consideraban un monstruo.

Potter, salió de la habitación dejando a unos rotos y angustiados Harry y Hermione..

Tulipanes amarillos 𖧷 Severitus / Snames Where stories live. Discover now