17. Su hija

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7 años atrás.

Era la una de la mañana, todo era oscuro y no se escuchaba ningún ruido, solo había paz. Pero en la casa de Bellemeré todo era la contraria. En una habitación, alguien recostado en una cama gritaba de dolor.

- Vas bien, Nami-chan - le dijo su hermana - solo resiste un poco más eb lo que viene la partera.

Aún así los gritos no cesaban, Nojiko pensó que era una buena idea llevarla con un doctor competente pero cual fue la repuesta de Nami a esa idea.

"No, no quiero ir... Tengo que proteger la identidad del bebé"

Puede entenderse, si alguien supiera que la gata ladrona Nami estuviera embarazada, habría muchas suposiciones y la más probable, al final era la acertada.

- Ya estamos aquí- Genzo ya mayor y canoso entró en el lugar con una mujer igual de mayor.

- Muy bien, Nami-chan veamos como vamos- alzo la sabana, se alejo rápidamente y busco sus materiales-. Esto es malo, ésta a nada de parir. Pronto, Nojiko-chan ve preparando agua caliente y algunos paños. Genzo sujeta a Nami-chan de la mano. Esto será un proceso largo.

Y tal como dijo, tomo unas dos horas, muchos gritos, quejidos y pujidos hasta que el llanto de un bebé se escuchó en todo la habitación.

El rosto de Nami, que ya estaba lleno de lágrimas y sudor, volvió a derramar más lágrimas está vez de alivio.

- Hahaha, mira Nami, es tú bebé - el único hombre también lloraba de la felicidad, su pequeña había tenido un bebé. No va a mentir que quizo matar a quien le hizo esto, aunque no pudiera, pero era feliz de tener a su nieto o nieta aquí.

Nami no pudo responder, estaba demasiado cansada y conmocionada como para decir algo.

- Ohoho, es una niña - les mostro a ambos la carita de la bebé -. Debemos limpiar la y también cambiar a Nami de habitación.

- ¡No! ¡Esperen! - grito al ver que se llevaban a la bebé. Genzo la detuvo de querer pararse.

- Esta bien, Nami. La llevan a limpiar, después la regresarán - sonrio como el padre que era -. Deberías descansar un poco - beso su frente.

Apesar de las palabras, Nami no logró tranquilizarse, estaba nerviosa que algo le pasará a su bebé o que hubiera algo mal. Sin embargo, todo eso quedo atrás cuando Nojiko llego con un bulto de cobijas; con cuidado lo paso a los brazos de la pelirroja.

Esta lo recibió con miedo de tirarlo. Destapó su carita. Era extraño, el bebé no era nada lindo, estaba arrugadito y de color rojo con un poco de cabello rojo en su cabecita; pero aún así, la encontró como la bebé más perfecta del mundo. Sus ojos parecía que no querían dejar de llorar esa noche, solo que esta vez lloraba de tanta felicidad.

- Jajaja, eres tan pequeña - pellizco una mejilla -. Hola bebé, hola, soy mamá- tanto su hermana como figura paterna miraron la escena con ternura.

Estos últimos tres meses habían sido una locura. Al comienzo las cosas eran normales, mas cuando se presentaron los primeros síntomas de un embarazo, la mandarina mayor salió en busca del padre de la niña, solo para regresar con una panza de seis meses y sin ningún indicio de donde pueda estar. El resto del tiempo hasta hoy, fue un sube y baja para esta família, nunca se habrían esperado encontrar en una situación así. Pero todo valió la pena para este momento.

- ¿Y cómo la piensas llamar?

Nami sonrió, siempre había tenido una idea para el bebé, ya fuera niño o niña.
- Mika. Se llamará Mika. Es como sin dijera mandarina (en japonés es mikan) y... - sonrio al recordar- también suena igual al Dios del sol.

La aventura De MikaWhere stories live. Discover now