18. Tiempo

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El sol había salido hace tiempo, el clima era calido pero no sofocante, la gente se movia de lugar en lugar, algunos comerciantes trataban a malos clientes. En pocas palabras era una mañana común y corriente en Arabasta.

- ¡No te distraigas! - se escuchó el grito de alguien en un campo de entrenamiento.

- Lo siento - jadeaba intentado recuperar el aliento. Olvido cuanto tiempo llevan entrenando.

- Ena, recuerda esto: la diferencia entre la vida y la muerte es un segundo de distracción - se cruzo de brazos -. Siempre debes ver a tu enemigo y nunca perderlo de vista; posiblemente, nunca sabrás que piensa hacer.

- Entiendo.

- Bien, entonces vuelve a intentar vencerlo - con su cabeza señalo al dugong que peleaba con ella.

Corrió para enfrentar al animal mitad morza mitad tortuga. Ataco a la izquierda y fue bloqueada. Atacó a la detecha y tuvo el mismo resultado. Intento cortar el brazo del animal y recibió un puñetazo en la mandibula. Retrocedió para recuperarse.

- ¡Oye, animal! ¡¿qué le haces a Ena-san?! - grito enojado, Zeff.

- ¡Tonto, no dejes de ver al frente! - le grito su padre; pero fue tarde había recibido un golpe de cola por parte del dugong. Fue mandado al suelo de un solo golpe - Dios - se golpeo la frente con su mano.

- Tu hijo parece ser malo para esto.

- Cállate, marimo.

- Mejor deja de lamentarte, tu hija parece estar más preparada - señalo con su barbilla una parte del campo, donde Cake se enfrentaba a dos dugong a la vez.

- ¡¿qué?! - miro aterrado, sólo después entro en un estado de calma - Es verdad.

Cake esquivaba cada ataque que intentaban darle, y a su vez lograba dar patadas. Algunas veces si recibía un golpe, pero nada de lo que pudiera levantarse.

- Y pensabas que era débil. Vaya idiota.

- Sólo, callate - suspiró-. Aún no puedo creer que me convencieron para dejarla hacer esto.

- Más bien, fue porque no pudiste ganarme.

- ¡Agh! ¡¿qué intentas decir?!

Ambos chocaron sus frentes.

- qué eres debil, cocinero de quinta.

- ¡¿qué quieres pelea?!

- ¡¿cuándo quieras?!

Y como siempre, empezaron a pelear igual que perros y gatos.

- Ah, ¿qué no deberían estar viendo a sus hijos? - pregunto con una gota de sudor en su frente, Isamu.

- Dejalos, dejalos - se arrodilló hasta estar a la altura de su hijo -. Ahora, pon mucha atención - con su mano señalo al grupo de patos grandes que corrían de un lado a otro - fija tu objetivo y pon tu mirada ahí - desde donde estaba se podía divisar una persona de carton con un círculo rojo en el medio - y dispara, solo intenta no darle a alguno de... - fue demasiado tarde, le había dado a uno de los amigos de Carue.

Estos enojados, los persiguieron por todo el campo de entrenamiento.

En otra parte del mismo lugar, Cake levantaba a su hermano y le daba cachetadas para que despertará.

- ¡Levatate, imbécil!

- No, mamá, no quiero pimientos en mi sopa - abrió los ojos espantado. Al ver a su hermana, solo volvió a dormir.

- ¡Despiertate!

Sin darse cuenta, un dugong iba a golpearlos. Para su fortuna, fue detenido por la espada de Ena. Los mellizos abrieron sus ojos sorprendidos.

La aventura De MikaWhere stories live. Discover now