Rosas de Sangre

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 ❝ Neuvillette es un vampiro de paladar refinado, ninguna sangre ha logrado saciar su sed. Al menos, hasta que probó accidentalmente la de Furina. Pero los vampiros no beben de vampiros, ¿no? ❞

( Escrito antes de la 4.2. )

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I. Prólogo.

Los retratos del pasillo se iluminaron intermitentemente. Entre el sonido incesante de las gotas, se hizo paso el estruendo de un relámpago. Sus pisadas sobre la alfombra eran firmes y veloces.

En ellos podían verse a una pareja a lo largo y ancho de las épocas. La ropa cambiaba, así como el estilo de los artistas. Neuvillette paseó su mano enguantada sobre uno de los rostros de su amada, sin tocar el lienzo. Su mirada violeta y gentil tenía un brillo afectuoso, a la par que nostálgico. Había algo que no cambiaba. El amor de ambos se veía reflejado inmutable en cada uno de ellos. Su corazón latía retumbante, casi sofocante en su pecho junto a sus pulmones ávidos.

Necesitaba sangre. Ahora . Lo más pronto posible.

Pero no cualquiera.

Podría considerarse un sommelier; Un catador de las mismas. Neuvillette cazó humanos durante muchos años y... Todos le sabían igual. Insípidos, o metálicos y sin gracia. Dichas criaturas siempre estuvieron fuera de su entendimiento en numerosos ámbitos. Era de esperar beber de ellos. Mera supervivencia. Los vampiros no se alimentaban de vampiros.

Hasta que conoció a Furina. Bueno, Focalors por aquel entonces.


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II. Primer encuentro.

Los recuerdos de Neuvillette antes de convertirse en vampiro eran difusos. Echando la vista atrás, las memorias cada vez se evaporaban más de su mente. En ella, solo encontraba momentos con Furina; unos más allá de los cuadros a lo largo y ancho de su palacio.

El día en el que sus caminos se cruzaron era uno similar al que se encontraba en la actualidad. Su esposa tenía el cabello más corto por aquel entonces. Tampoco era su cónyuge todavía.

La recién coronada reina de los vampiros estaba trazando una tregua entre ellos y los humanos, era de esperar que hubiera llamado su atención. Más aún cuando estaba empapado por haberse metido en una fuente sin temor alguno. La fría brisa de la noche soplaba contra su piel, más no le causaba ninguna reacción.

—Su Majestad Focalors.

Se inclinó ante ella de inmediato, brevemente. Le aguardaba respeto a la reina pese a su escaso mandato. Todavía estaba ganándose una reputación... De los dos, era ella quien lucía más inquieta.

Al menos, eso pensó antes de oír un chapuzón a su lado, acompañado de una risilla. Las gotas lo salpicaron, provocando que cerrara los ojos. Antes de que pudiera girarse, sintió unos brazos en torno a su cuello. Focalors estaba descansando su cabeza al lado de la suya. Se fijó mejor y estaba subida en uno de los grifos, ahora sellado por sus poderes. Por alguna razón, Neuvillette se ruborizó.

—Reconozco que meterse en fuentes es divertido, ahem —carraspeó, como si estuviera mentalizándose en ponerse seria—. Ha llegado a mis oídos que sigues alimentándote de humanos pese a mis nuevas leyes, todavía no implementadas... —murmuró eso último—. Y, como por la presente no puedo juzgarte aún , te propongo algo... Eres el vampiro más fuerte del reino; ¡a-así que deberías trabajar para mí! Será tu forma de redimirte.

one-shots NeuvifuriNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ