Sopa Dragona

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❝ Neuvillette le regala a Furina una sopera de forma particular ❞

( Spoilers de la última historia del rito de la linterna de 2024 )

ʚ ʚ ʚ

Furina regresó a Fontaine con un buen sabor de boca tras haber visitado Liyue. Disfrutó del día en otra nación distinta, logró sus objetivos y compró algunos enseres que... ¡Cierto! Debía tener Neuvillette todavía. ¿Cómo era que no se las había dado aún? ¿Se olvidó? Pero su querido Iudex rara vez olvidaba algo, tenía que ser otra cosa.

De todas formas, conociendo su horario de memoria, sabía cuándo estaría allí para pedírselas. Parecía ser que no mandó a nadie para llevárselas, tampoco.

Veamos, ya era tarde, así que se esperaría al día siguiente.

Sin embargo, nada más dar un solo paso hacia su habitación, sonó el timbre de su puerta. Tras un parpadeo, se acercó a la puerta lentamente. Pulso acelerado, expresión dudosa. Aún no se había desprendido de las inquietudes de cuando era una humana sin poderes actuando divinamente.

-Furina, soy yo. Disculpa las horas.

En un exhalo, sus preocupaciones escaparon. ¡Era Neuvillette! Pobrecito, seguro que acababa de salir de trabajar a estas horas. Ya le daría alguna recomendación al respecto mientras hablaban.

Abrió la puerta y, en efecto, vestía sus ropajes habituales. También, en cada mano, sujetaba sus bolsas de Liyue.

-Buenas noches, gracias por traerme las compras.

-No ha sido nada... -se las dio y Furina abrió los ojos suavemente. Vale, sí que pesaban-. En realidad, quizás si miras encuentres algo novedoso entre tus pertenencias.

Oh, novedoso... No pudo evitar asumir:

-¿Me has comprado un regalo, Neuvi?

-Hecho es la palabra indicada.

No le hizo falta rebuscar mucho. A simple vista, asomaba una cabecita de lo más adorable. Furina soltó un ruidito similar a "aww" cuando tiró de ella hacia arriba.

¿Una...? ¿Un? ¿Qué era? Parecía un adorno, pero Neuvillette solía ser prácticos con sus regalos. ¡Espera! Esa forma... ¿Era una sopera dragoncito? ¡Con sus cuernitos arriba y sus patitas abajo para apoyarse! También tenía alitas... Fuera como fuese, se trataba de lo más cuqui que había visto en toda su vida. Fabricado de las manos de su querido Neuvillette, ni más ni menos.

Lo tomaba y admiraba como oro en paño y una gran sonrisa en su rostro. ¡Es que solo verlo la llenaba de buen humor!

-¡Ay, es adorable! Mira sus piernecitas, ¡su carita! Qué cosa más linda, me va a dar pena usarla. Es superbonita y... ¿Cuándo has hecho este dragoncito? ¿Y tú solo?

La sonrisa de Neuvillette sí que era preciosa. ¡Estaba ruborizado, incluso! Pese a su expresión linda, también halló orgullo por haber hecho un buen trabajo.

-Lo hice con arcilla en Liyue. Dos, de hecho, la otra se la di al viajero. Me alegro de que te guste. Y por favor, que no te dé pena usarlo, estará feliz de cumplir con su deber.

-A decir verdad... -ahora que dijo lo del deber, se fijó detenidamente en sus colores y lo acercó a él-. ¿Crees que así sería tu forma dragón? -los comparó y no pudo evitar sentir esa calidez de nuevo-. ¡Ojalá! Es lo más adorable que he visto nunca, con perdón a las melusinas. Aun así, espero que me enseñes la real algún día.

Oh, cómo había echado de menos su inusual y discreta risa. Verlo sonreír y hablar con él con la naturalidad que siempre hacían. Sus dedos enguantados bajo los suyos eran de lo más adictivos.

-Quizás con mi autoridad ahora pueda. No te preocupes, serás la primera en verla, te lo garantizo. Cuando lo hagas, dime si he acertado en mi estimación.

Furina rio suavemente.

-¡Pues claro! Eso haré... -al encontrarse con un breve silencio, Furina cayó en que querría despedirse y regresar a sus quehaceres. Abrió la boca suavemente, no quería separarse de él todavía-. He hecho sopa para cenar, quizás lo estrene...

Los ojos de Neuvillette se iluminaron, ¡y no le extrañaba! Nada le gustaba más que el agua y sus derivados.

-Oh, pues... Espero que tengas buen provecho y que le des buen uso.

Vale, no había captado la indirecta. Apretando las asas de una bolsa, lo miró intensamente.

-Quiero decir... Hay sopa para dos.

-¿Esperas a alguien?

-A ti.

Por fin caló lo que quería decirle. No lo culpaba, pues socialmente hablando era algo torpe. Tiró suavemente de su guante hacia abajo para mirar el reloj. Oh, no, no permitiría que se fuera a seguir trabajando. Su horario había terminado hace rato.

-Y... ¡Te enseño lo que me he comprado en Liyue! -prosiguió, intentando usar la sopera persuasivamente-.

... Si quieres.

Tras unos instantes silenciosos y serios, Neuvillette sonrió de nuevo, llenándola de alivio.

-Claro que quiero, Furina.

Pero... Neuvillette no continuó. Espera, ¿no había peros? Empujando la puerta suavemente, lo invitó a entrar (menos mal que había limpiado a fondo el día anterior).

-Cenemos pues, mi querido juez y... -alzó la sopera-. ¡este pequeñín!

-Claro, los tres.

Furina sonrió suavemente y cerró la puerta una vez ambos dragones entraron dentro. ¡Perfecto! Ahora... Tendría que descubrir cómo se hacía una sopa.

one-shots NeuvifuriWhere stories live. Discover now