Diecisiete

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Los días siguientes fueron... extraños.

Se negaba a echarlo de menos. Se negaba rotundamente.

De hecho, ahora tenía más tiempo libre, y lo necesitaba desesperadamente. Dormía más, hacía algún turno extra, llamaba a su hermana, quedaba con Phuwin.

No pensaba en unos ojos marrones desapareciendo tras la cámara. No sentía el fantasma de unos dedos cuando se quitaba la ropa, y no oía risas graves cuando ponía copas y limpiaba vasos.

Definitivamente no creyó oír el chasquido de un flash mientras caminaba de vuelta a casa a las ocho de la mañana. Estaba amaneciendo, así que fue fácil atribuirlo al agotamiento.

Había sido un día duro.

Se quitó el abrigo y escuchó los mensajes. Sólo había uno; de Boston.

"Hola. Eh... supongo que no querrás hablarme, ni... oírme. De hecho, probablemente no lo oigas, pero... necesito hablar contigo. Necesito... decirte esto"

Puso los ojos en blanco. Se preparó para colgar.

"Fourth, he cometido un error... terrible, y no espero que me perdones nunca. Sé que no me lo merezc..."

Cortó el mensaje y lo eliminó. Ya estaba preparándose para meterse en la cama cuando volvió a ver la luz roja parpadeando. Se acercó de nuevo, malhumorado.

El mensaje no comenzaba con ningún saludo. Ningún aviso. Ningún preámbulo que lo preparase para lo que estaba a punto de oír.

"Fourth, si tú me lo pides, no me caso"

Soltó una risa amarga e involuntaria que lo sobresaltó. Cortó el mensaje. Lo eliminó. Hundió el rostro en las manos.

¿Qué voy a hacer con este imbécil?

Llamó. Boston contestó rápido.

"¿Fot?"

Respiró hondo. Le temblaban las manos; su visión se emborronó un poco, y utilizó la libre para secárselos.

"Cásate" espetó "cásate con esa zorra y vive una vida perfecta y contesta tranquilamente a todos los que te pregunten por 'tu pareja', y... y ten hijos. Y vive una vida cómoda. Porque eso es lo que quieres, ¿no? Eso es lo que quiere todo el mundo. Si eres maricón, calla la boca y busca a una mujer, y sonríe mucho y sé eternamente infeliz. Será mejor que admitir quién eres realmente."

"Fot..."

"Cállate." lo cortó "no he llamado para oírte. He llamado para insultarte. Vive tu vida de mierda, espero que seas muy feliz, espero que no te arrepientas en tu lecho de muerte de haber dejado que eligieran tu vida por ti. Pero déjame en paz. No vuelvas a llamarme, ni a invitarme a nada, y si se te ocurre volver por aquí, llamaré a la policía"

Colgó. Se fue a dormir. Y tuvo pesadillas.

[...]

"Creo que esto es lo que necesito" reflexionó.

Phuwin lo miró.

Llevaban un buen rato sentados en el sofá. Fourth atacaba una tarrina de helado de frambuesa; Phuwin dibujaba una garza en un cuaderno distraídamente.

"Quiero decir" siguió diciendo "que puede que esto me venga bien. Estar solo. Aprender a... vivir conmigo mismo. Y darme cuenta de que no necesito a nadie para ser feliz"

Phuwin asintió, alzando las cejas.

"Tienes razón." dijo al final, con calma.

"Lo de Gemini nunca habría funcionado. Él no es lo suficientemente maduro como para asumir que es gay. Y yo sólo quería llenar el vacío de Boston."

F | geminifourthWhere stories live. Discover now