8. LA ELECCIÓN.

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Sebastian volvió a casa de inmediato, extrañaba a Hanna y quería saber sobre su bebé, había prometido estar con ella en la siguiente revisión.

De igual forma extrañaba a Emily, la echaba de menos cada segundo del día, cuando miraba la pequeña foto de ella que guardaba en su cartera podía sentirla más cerca.

Una gran parte del hombre sentía que estaba tan enamorado de la francesa que estuvo a punto de terminar con Hanna para formalizar con ella, pero entonces se enteró del embarazo y arruinó sus planes.

–Seb...¡Sebastian!

–¿Huh?

–¿Me estas escuchando? — asintió lentamente — Estaba diciendo que deberíamos comprar la cuna, he visto unas cuantas preciosas.

–Ah si, lo que tú digas mi cielo, te daré la tarjeta para que vayas a comprarla la siguiente semana.

–¿Porqué no hoy?

–Quiero descansar, el simulador es cada vez más pesado. — estiró sus brazos y soltó un bostezo.

–¿Me acompañarás al menos?

–Tengo que viajar, dile a Corinna que vaya contigo, ella seguro te dará algunos consejos.

–Gracias por preocuparte. — el sarcasmo en su voz lo hizo rodar los ojos, se sentía cada vez más agotado de su relación, sabía que era por el embarazo pero le costaba tolerar los cambios de la rubia — Si fuera tu amante, irías tú mismo arrastrandote por la maldita cuna.

–¿Qué tiene que ver Emily?

–Vamos Seb, se te nota a kilómetros que quieres ir corriendo detrás de ella.

–Hanna estoy cansado, no quiero pelear ahora, basta.

–Agenda esta discusión cuando si tengas tiempo para la madre de tu hija. — le lanzó un cojín en la cara y subió a su habitación.

–Agh...

Mentiría si no dijera que las ganas de llorar lo invadían.

Sorbió su nariz y subió a la habitación, Hanna estaba recostada viendo la televisión pero ni siquiera la miro, entró al armario y comenzó a llenar su maleta sin cuidado.

–¿Qué mierda crees que haces? — la rubia lo miró con una ceja arqueada.

–Tienes razón, quiero ir corriendo con Emily y es justo lo que haré.

–Claro. ¿No quieres que planche tu ropa?¿Bajo tu maleta? Puedo comprarte los condones si los necesitas.

–¡Basta ya! — pasó a su lado casi corriendo, se sentía abrumado, cansado.

Salió hacía su auto siendo perseguido por la mujer, quien solo lo miraba con desagrado.

–¿Cuando volverás?

–Cuando dejes de reclamarme todo lo que hago o no hago.

–Salúdala de mi parte, y asegúrate de que cumpla lo que hablamos.

–¿Qué?¿Ustedes hablaron?

–Buen viaje. — ingresó a la propiedad cerrando la puerta de un golpe.

Con los pensamientos confusos llamó a la francesa, quería avisarle que llegaría en un par de horas pero no contestó.

Simplemente envío un mensaje a Corinna pidiendole que cuidara de Hanna mientras él se ausentaba por un "compromiso de último momento".

Se quedó cerca de dos horas en el aeropuerto, pudo haber agendado el jet privado pero no quiso molestar a su personal en sus días libres.

Al llegar a Niza se tomó fotos con un par de fans, firmó unas cuantas gorras y tomó un taxi.

The Last Day || Sebastian Vettel Where stories live. Discover now