10. SEBASTIAN.

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VERANO, 2020

–Mírate, eres un desastre Seb.

–Cierra la boca y ayúdame con el desayuno o se nos hará tarde. — volteó los hot cakes en el sartén y se giró a mirar a su hermano — ¿Puedes ir a ver si Matilda ya despertó?

–Lo hice cuando llegué y te aseguro que está más despierta que tú.

–¿Qué?, recuérdame quitarte las llaves de mi casa.

–Adoras tenerme aquí, sobre todo cuando estás a solas con los niños. — tomó un hot cake del plató y se lo llevó a la boca, escupiendo casi al instante — Iré a ayudar a los niños para salir a desayunar, no dejaré que les des lo que sea que hayas preparado.

El piloto soltó un suspiro largo y apagó la estufa, tenía tanto sueño que si cerraba los ojos se desplomaría de cansancio.

Hace poco mas de tres meses Hanna le había pedido el divorcio, ninguno de los dos se sentía igual que en su adolescencia, simplemente ya no estaban enamorados y tenían muchos problemas como pareja. A los pocos días la rubía comenzó a salir con alguien y Sebastian...bueno, aun tenía su monoplaza, quería tirarse de un edificio cada vez que se recordaba lo solo que estaba.

Los cuidados de su pequeño hijo de menos de un año eran desgastantes, entre el trabajo, los viajes, simuladores, los niños, el divorcio, se había olvidado de él mismo y si no encontraba la manera de relajarse pronto iba a explotar.

–Papá. — la voz infantil lo sacó de su mente.

–¿Qué pasa, cariño?

–¿Puedo usar mis botas rojas

–Claro, ponte ese vestido con lunares rojos para que combine y en un segundo iré a peinarte. — sacudió su cabello y le vió correr escaleras arriba — ¡Fabián!

–¡Estoy poniendole moños a Mati, dame un segundo!

Entró a su propia habitación para cambiarse la pijama y poner un poco más cómodo al bebé que dormía en la cuna al costado de su cama. Al terminar peinó a su hija mayor y una vez todos listos, se encaminaron al restaurante más cercano para desayunar.

–Niñas, vayan a los juegos mientras llega la comida. — les ordenó su tío y se fueron gustosas — ¿Qué pasa?

–Nada, fue solo algo que pensé en el momento, ya no importa.

–Dímelo entonces,¿Qué más da?

–No, pensarás que soy un idiota, déjalo.

–Las niñas están jugando, mini Seb está durmiendo, es tu momento de descanso en toda la semana, vamos. Además soy tu hermano, no te juzgaré.

–Sabes que amo a mis hijos con todo mi ser, son el aire que respiro... pero últimamente ese aire está sofocandome. El divorcio con Hanna va bien pero ella está con ese imbécil...

–Marcus.

–Si, Marcus. El punto es que desde que ella tiene un nuevo novio ha descuidado a los niños, no he tenido un día libre desde entonces y no me gusta dejarlos con mamá y papá porque no es su responsabilidad, me da vergüenza pedirle a los padres de Hanna que los cuiden unos días y las niñeras no estan funcionando, tampoco los puedo llevar de viaje conmigo tan seguido y no sé...

–¿Crees que Hanna evade su responsabilidad como madre?

–Justo eso. No ha venido ha recoger a los niños en un tiempo, solo los ve un rato y se va de nuevo.

–Hanna necesita un baño de realidad y tú un descanso. Solo llévale a los niños, dí que no puedes cuidarlos en la semana y desaparece, no sé, a Mónaco, recuerdo que tenías un departamento allá.

The Last Day || Sebastian Vettel Where stories live. Discover now