(CAP. DE RELLENO)

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Sebastian despertó al sentir un fuerte movimiento que lo sacudió, se incorporó en el asiento reclinable y talló su cara sintiendo un leve dolor de cabeza.

–Hay algunas corrientes de aire bastante fuertes aquí arriba. — dijo la sobrecargo, una chica joven de no mas de 25 años llamada Yasmine — ¿Le traigo más cobijas?¿Otra almohada?

–No gracias, ¿Sabes dónde está Emily?

–Al frente, está comiendo, le dije que no son horas para comer pero no me hizo caso.

–Así es ella, nunca sabes cómo va a sorprenderte. — soltó una pequeña risa — Iré a verla.

La chica sonrió falsamente antes de recoger todo el desorden del alemán, quién ya estaba acercándose a la castaña.

–Schön. — Emily levantó la vista de su celular al escuchar su voz, tardó un par de segundos antes de sonreír y tragar su bocado.

–Hace años no escuchaba eso.

–Preparate porque tu nombre se me olvidará está semana. — bromeó...o no — ¿Cena a las cuatro de la mañana?

–Yo diría que es desayuno, ten, prueba. — acercó a su boca un trozo de piña bañada en miel y avena, un poco dudoso pero se dejó llevar — Es deliciosa.

–Muy dulce para mi gusto pero pasable.

–Olvidaba que eres Sebastian aburrido Vettel, que comes rigurosas dietas llenas de verduras y esas cosas.

–Solo cuido mi salud y me gusta estár en forma.

–Claro, sin ese abdomen marcado no podrías coquetearle a todas las mujeres del planeta.

–¿Viste mi abdomen?

–Si, hace como mil años.

–¿Quieres verlo en su versión actualizada?

La francesa se quedó callada mirándolo fijamente, el rubor rojo en sus mejillas crecía y la tensión también. La expresión del rubio era de superioridad, si no cedía a la buena iba a obligarla a jugar con él.

No quería caer pero mierda, es Sebastian Vettel, cuando se dignó a responder fueron interrumpidos por Yasmine.

–Aterrizaremos en treinta minutos, preparese señor Vettel, le recomiendo ponerse el cinturón de seguridad.

–Gracias Yasmine.

–¿Quiere que le ayude a colocarlo?

–Lo he hecho antes, puedo solo, gracias. — esperaba que se retirara pero solo lo miraba con una sonrisa.

–Yo si necesito ayuda, mi cinturón esta atorado en el asiento. — dijo Emily mirándolos a ambos.

–Solo tienes que jalar con fuerza, o tal vez es más chico que tu cadera.

Sebastian carraspeó.

–Yasmine, no puedes hablarle de tú a Emily, es mi acompañante y por lo tanto la señorita Powell.

–Si señor Vettel.

–Calma ma belle, te puedes lastimar. — la castaña seguía jalando con todas sus fuerzas el cinturón de seguridad sin éxito — Yo te ayudo. Yasmine, puedes retirarte.

La nombrada asintió y se alejó de la pareja.

Con mucho cuidado de no lastimar a Emily, Sebastian jaló ambos extremos y los enganchó de un solo movimiento, ella agradeció y sacudió los rizos de su cabeza.

–Emi, por lo de hace un rato...

–No te preocupes, no significó nada.

La francesa creyó que restándole importancia a la situación todo quedaría en el olvido y sin mal entendidos, pero al contrario de su objetivo, el alemán se sintió herido, deseaba que ese beso la hubiera hecho sentir tan siquiera algo de nostalgia.

The Last Day || Sebastian Vettel حيث تعيش القصص. اكتشف الآن