4. Atrapado.

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Si leyeron el shot, lo dejé tal cual, por si no quieren volver a releer.♡

4. Atrapado


Jeongguk cierra la puerta del balcón con el mayor cuidado posible. Olfatea de manera ligera, lavanda y romero inundan sus fosas; delicioso, si se lo preguntan.
El omega sonríe victorioso cuando no encuentra persona alguna en la casa, libre de cámaras y carente de seguridad. Quizá la anciana del piso de arriba podría llamarse su cómplice, ella le había permitido subir, después de todo. O solamente el pelinegro era muy convincente con esos ojitos bambi.

Revisa la casa, la cerámica costosa y los muebles ostentosos. Bueno, eso llevaría tiempo sacarse y venderse, así que de una se dirige a la habitación principal, donde el armario más grande se encuentra, dentro de este la ropa y los accesorios de marcas que él probablemente no sabe pronunciar correctamente pero de las que sí está consciente de sus precios. Con un par de cosas él realmente podría pagar la fianza para que su hermana no pisara la cárcel.

El recuerdo de la mayor dentro de esa habitación, encerrada y cansada, le llena la mente y entonces comienza a vaciar el joyero entero en los tantos bolsillos de sus pantalones cargo. Que se joda el niño rico, le habían pedido regresar las cosas en lugar de la demanda y paz para todos, pero el tal Kim había decidido proseguir contra la alfa Jeon.

Jeongguk, tan concentrado y distraído, no se percata del alfa entrando a su propia habitación, sigiloso entra al armario y lentamente cierra la puerta, cautela en sus movimientos cuando con el dedo índice y pulgar pone el pestillo detrás de él.

El clic trae al omega a sí y TaeHyung sonríe casi de manera maliciosa cuando nota la espalda vestida en negro tensarse.

—¿Necesitas ayuda con eso, dulzura?—La voz ronca y gruesa.

Oh, mierda.

Jeongguk no puede ni siquiera girarse. Se queda ahí, estático. No hay salida, está ahí encerrado con ese idiota justo en la puerta. Intenta pensar, el chiquillo se anima, ha salido tantas veces de situaciones como esa, pero el aroma es más intenso y le pone un poco torpe, picando en su nariz.

Cuando finalmente encara al alfa tarda unos pocos segundos en reaccionar, va vestido con unos pantalones de vestir sueltos café oscuros y una camisa color hueso, con las mangas dobladas a los codos. El cabello castaño largo y desordenado de la mejor manera. Reacciona porque recuerda que tiene las joyas de este hombre tan imponente dentro de sus bolsillos.

—acabo de llevar a la alcantarilla a una pequeña rata como tú, ¿No he tenido suficiente de ellas?

No sabe qué decir, la lengua le hormiguea por un atraes lo que eres pero una parte de él siente que en este punto ya debería de haber pedido una disculpa en lugar de ser groserías y altanería.

—Yo-
Y ni siquiera se le permite seguir, aunque tampoco es que su cerebro haya decidido qué decir de su tanto pensar. Su cuerpo es girado, por inercia sus manos se recargan en la madera de los cajones con los que se cuerpo choca y seguido a esto las manos del más alta palpan sus costados en busca de sus pertenencias robadas.

Jeongguk decide que el momento perfecto para huir es cuando el hombre castaño se coloque de cuclillas o como mínimo se incline, y realmente el alfa lo hace, rebusca a la altura de las pantorrillas y el omega gira con brusquedad, de una zancada cruza el cuerpo ajeno, con fuerza golpeando su rodilla en el pecho del mayor.

TaeHyung es tomado por sorpresa, por lo que cae de culo al piso, pero es lo suficientemente rápido para atrapar una de esas bonitas piernas, y en su intento de escapararse; Jeongguk patea con su bota militar el cuerpo del alfa, sin notarlo dándole en la cabeza; tan fuerte que este cae al piso.

El pelinegro corre entre resbalones y desespero, cuando mira atrás no encuentra un cuerpo furioso siguiéndole, al contrario, todo parece silencio y tranquilidad.

¿Una trampa?

Sus cejitas se fruncen y de nuevo esta curiosidad llenando su persona.

No lo maté, ¿verdad?
El nerviosismo le invade, desde luego que su pie no es capaz de matar a una persona, por mucho que la odie. Mira a sus zapatos, son grandes y toscos, pero tampoco son un arma mortal, ¿verdad?

Agudiza en oído y no escucha nada, no hay movimiento alguno, aunque su generación perdió las orejas y la cola de conejo, seguía teniendo la misma buena audición de sus ancestros en sus orejas de aspecto humano, y la misma fuerza en la parte inferior del cuerpo.

Todo este lío de pensamientos de fuerza y homicidio le guían los pies hasta el armario y entonces encuentra el cuerpo tirado en el piso de la habitación.

Mierda, mierda. Lo maté, está muerto.

Sus ojitos se llenan de agua, pero es valiente y a paso lento y cauteloso llega al cuerpo del alfa. El pecho vestido por la camisa crema sube y baja sin dificultad alguna, entonces suspira de alivio.

Se pierde en el grande hombre tirado en el piso, en lo indefenso que está y decide que esa es la oportunidad perfecta para obtener el dinero.

Claro, ¿Qué tan complicado es amarrarlo a una silla y pedir dinero para soltarlo? ¿Qué podría usar de amenaza? Llamar a la familia de este y hacer un soborno más fuerte era algo convincente. ¿Qué tal la abuela?, las abuelas dan todo por sus nietos y los nietos no querían matar a sus abuelas de algún susto, seguro Kim era un buen nieto, ¿no? Eso cree al ver ya un par de fotos familiares en la pared de TaeHyung y esta mujer adulta que tiene la pinta perfecta de la típica abuela que te apachurra los cachetes y te llena de labial toda la cara. 

Levanta a TaeHyung con algo de dificultad, es pesado, pero puede con él; Jeongguk es un omega fuerte, confundido con un alfa en ocasiones, algo que le es de conveniencia muchas veces, aunque sin duda sabe aprovechar su lado omega. Las manos del alfa son atadas en su espalda, cada tobillo a la pata correspondiente de la silla.

Ok, solo era cuestión de esperar.

Jeongguk sonríe con victoria, sus dientecillos de conejito escapándose de entre sus labios, dando una vista adorable; podía sentir la fortuna en la punta de sus dedos.

Los chicos lentos son tomados [TK]Where stories live. Discover now