: #06 :

83 11 22
                                    

¿Quién iba a pensar que dos jovenes adultos, que chocaron por fines de trabajo, congeniarian tan bien?

Nadie. Ni ellos mismos se tenían tanta fé.

Pero así era. Para sorpresa del mundo, porque sí. Ya todos en la ciudad se habían enterado de que Astrid Hofferson y Hiccup Haddock estaban trabajando juntos.

Un desastre como Hiccup y una sobresaliente como Astrid.

Los comentarios no se hicieron esperar y unos mejores y peores que otros, que se podía esperar de gente que quería sacar provecho de eso y buscar sus cinco minutos de fama.

— Y bien, para mejorar las exportaciones antes se debe contactar con los exportadores, para que tengan una idea inicial del producto.— Explicó Hiccup viendo su computador.

En esas semanas Hiccup había dado lo mejor de sí para que Astrid decidiera seguir trabajando con él, así que estudio bastante y la apoyaba en sus ideas. Aunque ese día, su compañera no estaba muy conectada ante el mundo.

— Y sí podemos llegar más lejos… Astrid, ¿Me está escuchando?— Pregunto el chico levantando la mirada y ver a su compañera pegada al teléfono.

— ¿Cómo? Eh si… estoy algo perdida el día, lo siento de verdad.— Se disculpó con timidez.

— No hay problema.— Cerró su portátil— Pero sí me gustaría saber, ¿Pasó algo malo para que esté así?

— No es nada malo, solo que… mi hermano se quiere ir del país a estudiar a Italia, pero necesita conseguir una residencia antes de que acabe el mes, así que lo estoy ayudando en eso pero no encuentro nada…— Explicó con pesadez.

Hiccup entendió la situación y sabía que podía ayudarla. En esos días se habían estado viendo mucho y compartiendo, él podría hacer algo por ella para que descansará un poco la mente.

— ¿Sabe? Conozco un amigo que casualmente estudia y vive en Italia, tal vez pueda ayudar en eso.— Se cruzó de brazos sobre la mesa y se inclinó hacía ella.

— ¿En serio haría eso por mí?— Lo miró esperanzada, tomando una distancia.

— Bueno pues usted me ha soportado estos días a pesar de mis llegadas tardes o mis cambios de humor. Es lo único que puedo hacer por usted.

— ¡Muchas gracias, Hiccup!— Exclamó emocionada.

Hiccup sonrió al verla tan feliz y alviada, pero depronto recordó algo que tenía que hacer ese día y la podía usar para ello.

— Aunque tengo algo que pedirle y tengo que hacer justo hoy, pero tengo que hacer algo antes de ir allí, así que ¿Me ayudaría con eso?

— Claro… ¿Qué tipo de ayuda necesita? Que sea todo menos llevar un regalo a alguien.— Negó.

— Nada de eso, tengo que conseguir unas pinturas y como mis amigos no pueden y como ya conoce ese pequeño secreto, me ayudaría mucho con eso.

Astrid lo pensó unos segundos. Ese día después de la reunión con Hiccup no tenía mucho que hacer, solo irse a su casa a estudiar pero no era tan urgente, así que acepto.

— Bien, ¿A dónde debo ir?— Hiccup tomó una papelito y escribió allí la dirección y lo que tenía que conseguir— Wow, son muchas cosas.— Dijo luego de leer la nota.

— Bueno, no había tenido tiempo… Si quieres toma esta tarjeta para que no gastes tu propio dinero.— Le ofreció una de sus tarjetas de credito, pero Astrid negó.

— Para nada, luego veré como me las pagas. ¿Trató?

Hiccup a resignado acepto, sabía que no podía pelear contra ella.

: PARADISE :Where stories live. Discover now