: #08 :

78 11 25
                                    

Te juro que yo no le hice nada.

Esa era la frase que Astrid Hofferson había estado repitiendo desde hace dos días.

— Si no lo hiciste, ¿ Por qué se fue así de la fiesta y no te dijo nada? Eso esta muy raro.— Dedujo Heather al otro lado de la línea.

Era viernes. Dos días habían pasado desde la cena del miércoles y después de que Hiccup se haya ido extrañamente del restaurante sin darle alguna explicación a Astrid. Ella había intentado hablarle y llamarlo, pero nada había funcionado, ella jamás buscaba así a alguien, pero sentía que había pasado algo importante y en su ser siem estaba el resolver las cosas.

— Sabés que, hablamos luego. Estoy llena de cosas en la cabeza y quiero terminar. Hablamos luego.

— Dale y suerte.

Astrid colgó la llamada y alejo su teléfono de ella, porque al verlo tenía la necesidad de llamarlo o escribirle. Ya que habían pasado a la siguiente fase tenían que trabajar lo antes posible en su proyecto, pero estaban perdiendo tiempo.

— ¡Argh, maldita sea!— Y explotó. No podía más, así que tomó sus cosas y salió de su oficina— Madeleine cancela todas mis citas o lo que sea que tenga que hacer hoy. Tengo que arreglar algo que no sé si rompí.— Camino rápidamente sin mirar a la chica y fue hacia el ascensor.

— ¿Qué?— soltó la chica confundida al ver desaparecer a su jefa.

Astrid jamás había pensando estar en esa situación, ir a buscar a Hiccup Haddock y obligarlo a que le de una explicación del porque de su comportamiento y la iba a sacar como fuera. Le había tocado tomar un taxi porque su auto estaba en mantenimiento, así que le tocó irse así hacía el apartamento/estudió de Hiccup.

Y para empezar a su lista de desgracias, el taxi, un hombre bastante incompetente en su trabajo, la dejo en quién sabe dónde cerca o lejos del apartamento. Con la rabia atorada, sacó su teléfono y lo llamó.

— Ay Hiccup, pobre de ti que no me contestes, porque estoy que me llevan los demonios y te aseguró que te haré hablar.— Habló después de escuchar el buzon— Sabés muy bien que si no me contesta explotare tu celular de llamadas mías y sabés que soy capaz. Te tocará tener un tercer número.

Sin preguntar, ni decir nada, zapateo con enojo al ver la situación, la estúpida situación en la que se encontraba.

Cuándo iba a volver a llamarlo, pero vaya, no tenía señal. Todo iba mal para ella. En un intento de buscar señal, empezó a caminar sin rumbo tratando de encontrar solo una pizca de esta. Pero llegó a un punto donde no sabía dónde estaba y no tenía señal.

— ¡Maldita sea!!!— Exclamó con frustración y observo dónde estaba, era un callejón. Bien hasta ahí llegaba.

— Vaya, una sorpresa para mí. Pero que belleza.— Cerró los ojos con fuerza y se obligó a voltear para ver ahora quién tenía a su espalda. Era un hombre un poco más pequeño que ella y gordo, nada agradable y menos la forma en la que la miraba.

— Mirá no estoy de humor.— Murmuró y le pego una patada en la parte baja que lo hizo caer, ella empezó a correr pero su boslo había caído.

Cuándo dió la vuelta al callejón, una mano se posó en su boca y otra en su cintura y sintió aún más miedo y enojo.

— Shhh.— Le susurro y por la posición no supe ver quién era, pero se asomó un poco para ver cómo el otro hombre maldecia y se iba de ahí. Tampoco estaba de humor.

El desconocido la soltó y se dirigió hasta su bolso, ella estaba dispuesta atacar cuándo supo quién era.

— Tú y tus manías de meterte en lugares sola y que un demente te acose.— Regaño Hiccup para entregarle el bolso. Astrid parpadeo y reaccionó cuándo lo veía irse.

: PARADISE :Where stories live. Discover now