CAPITULO 4: AL FILO DE LA OSCURIDAD

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Los días se habían fundido en una sucesión ininterrumpida de amaneceres y atardeceres, cada uno marcando el paso del tiempo con una cadencia que parecía ajena al caos que se desplegaba más allá de las paredes del hospital. La penumbra del crepúsculo se filtraba a través de las ventanas, tiñendo los pasillos de sombras largas y melancólicas, un eco de la normalidad que una vez habitó estos espacios.

Vania caminaba por estos pasillos con pasos que resonaban en un silencio casi total, el sonido de sus propias pisadas le servía de compañía en este mundo alterado. La rutina del hospital, una vez marcada por el bullicio y la actividad, ahora estaba suspendida en una quietud forzada, interrumpida solo por el ocasional murmullo de voces o el sonido de equipos médicos.

Al aproximarse a la habitación donde yacía Rick, la silueta de Vania se destacaba dramáticamente contra el débil resplandor que se colaba por la ventana, proyectando un aura de solemnidad sobre la escena. Se detuvo al borde de la cama, su figura envuelta en la luz crepuscular, contemplando al sheriff en coma.

—¿Cómo sigue? —preguntó, su voz serena pero teñida de una profunda preocupación. Sus ojos no se apartaban de Rick, buscando cualquier signo de cambio.

El Dr. Jones, quien se había convertido en una presencia constante al lado de Rick, se giró hacia ella. La fatiga era evidente en su rostro, un testimonio del esfuerzo sostenido por combatir una situación cada vez más desesperada.

—Está estable, dentro de lo que cabe en estas circunstancias —respondió, con un tono que equilibraba delicadamente la esperanza con la realidad. —Rick es un luchador, eso está claro. Pero el trauma que ha sufrido es severo. Aunque permanece en coma, predecir el curso de su recuperación es complicado. Podría ser cuestión de días, semanas... o tal vez más.

Vania asintió, absorbida en sus pensamientos. La calma en el rostro de Rick ofrecía un agudo contraste con la tempestad que se cernía tanto dentro como fuera del hospital.

—Mantenme informada de cualquier cambio, por mínimo que sea —solicitó, enfatizando la importancia de cada palabra.

El Dr. Jones ajustó sus gafas, asintiendo con solemnidad. —Por supuesto. Pero debo advertirte, la situación con los pacientes en cuarentena está empeorando. Lo que una vez pensamos que estaba lejos de nuestro alcance... ahora nos ha envuelto.

Vania interrumpió, consciente ya de las sombrías noticias que circulaban. Su expresión se endureció, reflejo de la dureza de los tiempos.

— Es como si el mundo entero estuviera perdiendo la cordura —dijo firmemente, su mirada desviándose hacia la ventana para observar cómo el día cedía lugar a la noche. —Afortunadamente, aún no hemos tenido que declarar estado de emergencia por agresividad en los pacientes, pero debemos estar preparados para todo. El plan de contingencia del estado ya está en marcha; la orden es quedarse en casa salvo situaciones de vida o muerte, y las fuerzas militares están asegurando nuestra protección.

Su voz buscaba ofrecer algo de consuelo al Dr. Jones, una promesa silenciosa de resistencia ante la adversidad. La conversación entre ambos, cargada de una mezcla de determinación y una ineludible preocupación, era un reflejo de la lucha continuada no solo por la vida de Rick, sino por mantener un faro de esperanza en un mundo sumido en la oscuridad.

Después de intercambiar unas últimas palabras con el Dr. Jones, llenas de una mezcla de determinación y una ineludible preocupación, Vania se dirigió hacia la sala de espera. Tenía la responsabilidad de informar a los familiares de Rick Grimes sobre su estado.

el aire en la sala de espera del hospital estaba impregnado de una tensión voraz, una mezcla de esperanza y desesperación que se había instalado en los corazones de los seres queridos del sheriff durante los últimos días. La tenue luz de las lámparas luchaba por mantener a raya la oscuridad exterior, creando sombras que danzaban sobre las paredes como si reflejaran el tumulto interno de aquellos presentes.

THE WALKING DEAD: ECOS DE UN NUEVO MUNDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora