CAPITULO 16: CRUCE DE CAMINOS

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Mientras el convoy se adentraba a través del paisaje árido, al frente, el Juez manejaba el vehículo líder, sus ojos oscilaban entre la carretera y el espejo retrovisor, donde podía ver el vehículo que transportaba a Negan. A su lado, Teo, su mano derecha, permanecía en silencio, pero su mirada estaba fija en la tensión más que evidente de su líder.

El Juez, con su mano acariciando la fría superficie de la pistola que descansaba sobre su regazo, sentía un remolino de satisfacción siniestra y anticipación. Su mente enredada en el complejo tejido de su plan para eliminar a Negan, quien, había ganado una influencia preocupante entre sus hombres.

— Teo, ¿has revisado el punto donde desviaremos a Negan? —preguntó el siniestro hombre, su voz calmada pero cargada de una malicia apenas contenida.

—Sí, todo está preparado. No sospechará nada hasta que sea demasiado tarde, —respondió Teo, intentando igualar la calma de su líder, aunque una vaga sombra de duda cruzó brevemente su rostro.

Teo miraba hacia el frente, el paisaje desolado que se extendía más allá del parabrisas apenas registraba en su conciencia. Su respuesta a la afirmación del Juez había sido automática, pero las palabras resonaban en su mente con una persistencia inquietante. La lealtad que sentía hacia el Juez era inquebrantable, sin embargo, el plan para emboscar y asesinar no solo a Negan, sino a todos aquellos que compartían su vehículo, sembraba una semilla de inquietud en el fondo de su ser.

A medida que el convoy se acercaba al punto designado para el desvío, Teo sentía cómo el peso de la anticipación se transformaba lentamente en una piedra de ansiedad en su estómago. La idea de matar a Negan, un hombre que, a pesar de sus métodos brutales y su personalidad burlona, había demostrado ser un superviviente astuto y, a su manera, justo, le resultaba contradictorio. Pero lo que realmente hacía que su corazón se encogiera era el pensamiento de los inocentes que podrían caer como daño colateral en la ejecución de aquel plan.

El hombre, quien hasta ese momento se consideraba mano derecha del Juez, se encontraba atrapado en un dilema moral. Por un lado, su lealtad hacia el Juez le dictaba seguir adelante con el plan, confiando en el juicio de su líder y en la visión que tenía para el futuro del Santuario. Por otro lado, el creciente reconocimiento de la humanidad compartida con aquellos a quienes estaban a punto de traicionar provocaba una disonancia emocional que no podía ignorar.

Un suspiro escapó de sus labios, apenas audible sobre el rugido de los motores y el zumbido constante del convoy en movimiento. Teo lanzó una mirada lateral al Juez, cuyo perfil se recortaba contra el cielo teñido por la puesta del sol, preguntándose si alguna vez habría un punto en el que la lucha por el poder y la supervivencia justificaría la pérdida de lo que los hacía humanos.

Teo rompió el silencio que había caído como una losa sobre el interior del vehículo, su voz temblaba ligeramente al verbalizar el tormento interno que lo consumía.

—¿Estamos haciendo lo correcto? No solo morirá Negan, morirá nuestra gente—. Sus palabras, cargadas de una duda profunda, flotaban en el aire, desafiando la implacable determinación que había caracterizado hasta ahora su misión.

El Juez giró hacia Teo con una rapidez que desmentía la aparente calma de su conducción. Sus ojos se estrecharon, y un velo de ira se apoderó de su semblante. La pregunta de Teo no era simplemente una duda; era una afrenta a su autoridad, una chispa de insubordinación en el rígido orden de su comando.

—¿Qué has dicho? —La voz del Juez era baja, pero portaba la promesa de una tormenta. Su ira era tangible en el confinado espacio del vehículo, una presión que amenazaba con estallar. — Negan se ha convertido en una amenaza, un cáncer que está erosionando mi autoridad, cuestionando mi liderazgo, decisiones y sembrando ideas estúpidas a mis hombres sobre "reglas" pendejas y un mejor "control" de todo. Si algunos de los nuestros deben caer para erradicar esa amenaza, así será.

THE WALKING DEAD: ECOS DE UN NUEVO MUNDOWhere stories live. Discover now