Capítulo: VII

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El que deambula.

D Í A  4

El aire fresco de la mañana revolvió su cabello negro, cerró sus ojos mientras dejaba que el sol calentara sus mejillas morenas con su dorado resplandor, sostenía entre sus manos una taza de café caliente, recordó los mejores momentos con su esposa, cuando en los domingos se sentaban en la puerta que daba hacia el patio, con su café con leche y unas rosquillas o tortilla dulce; platicaban sobre los planes que harían cuando las vacaciones llegaran; Cory quería ir a Corn Island a disfrutar de sus hermosas playas con un romántico paseo, Eliana quería ir de excursión por Selva Negra, sus planes e ideas casi siempre distaban uno del otro, pero a él eso no le molestaba, le generaba ternura escuchar las ideas totalmente distintas de su esposa, y se echaba a reír cuando la veía arrugar la nariz al sugerirle cazar cangrejos.

Cory pensó en ese día mientras daba un sorbo al café. Doña Yadira se acercó a él, le tomó del hombro cálidamente, mientras se sentaba a su lado y le sonreía, Cory sintió algo de alivio al no estar solo, en parte, su compañía hacía más llevadero el dolor y la soledad.

—Me alegra ver que estás comiendo, chavalo —Cory mostró el atisbo de una sonrisa, doña Yadira fue al grano—. Te voy a ser franca. Yo sé que tenés miedo a contarme lo que le pasó a tu mujer, porque ni siquiera entendés cómo es posible que algo así suceda, pero sé muy bien que a ella no se la llevó alguien como dicen, del mundo de los vivos.

Cory la miró a los ojos, agotado, quiso decirle que se detuviera, que no tenía nada que ver con eso, pero su desesperanza lo traía agazapado, por lo que solo se propuso escucharla. Doña Yadira se acomodó las mangas del vestido floreado, y se limpió las palmas de las manos en los muslos, como quien está a punto de contar un chisme.

—Hace un tiempo, cuando yo vivía por el lado de Tipitapa, hacé de cuentas que yo estaba chavala, digamos, ya no en mis veintes pero estaba conservadita, y me vivía enterando de cada escándalo que no te imaginás, conocí a una mujer que se casó con un militar, vieras ahí los bochinches que se armaban en esa casa, una gritadera que te pondría enturcado, la mujer se agarraba a turcazos con las queridas del hombre ese que encima la panzoneó. El caso, es que como ella se arrechó tanto con él, se vino para acá, a la Costa Atlántica, ¿qué pasó? Se fue bien arrecha donde un brujo que hace magia negra, y le echó un embrujo. Al poquito tiempo el hombre se puso más feo de lo que ya era, porque disculpame lo que te voy a decir papito, pero cae mal un viejo ridículo que se quiere ver como chavalito poniéndose pantalón de tubo —Cory ahogó una risilla, doña Yadira sonrió, una sonrisa como mínimo esperaba sacarle—. Pues el caso, es que le dio papiloma, ese hombre andaba podrido mirá, nadie se le quiso acercar, por ahí contagió a una o dos vagas que sin saberlo, se echaron con él. El hombre como no se trató, se murió, y su esposa ni bien lo sembraron, armó fiesta y se puso a tomar guaro, pues el tiempo pasó, la criatura nació y todo bien aparentemente, le salió una niña.

»La cosa se puso negra, como dicen los cerreños, cuando la niña se empezó a enfermar y a enfermar, los médicos no sabían qué era, y ya la estaban dando por muerta. Por casualidad a uno se le ocurrió que era meningitis, entonces la internaron en el hospital. Ahí se armó un alboroto, porque se apareció la mujer, la mama, a pegar gritos como loca: "¡No! ¡No me la internen porque me la van a matar! ¡Ella no tiene nada!" Y un montón de cosas, la gente pensó que estaba loca, entonces obviamente no le hicieron caso y la mandaron al psiquiatra. Vos dirás que tal vez ella ya había ido con otro médico y le diagnosticaron otra cosa, pero no, ella se acordó que el brujo le dijo, que debía cuidarle la salud a la niña porque un día se iba a enfermar de gravedad, y si la internaban, se iba a morir de una forma horrible. Todo esto que te estoy contando se lo dijo ella misma al psiquiatra, y la gente lo empezó a esparcir como ceniza el rumor.

Líbranos De Tu Mal #PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora