ꕤ「capitulo 42」

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Jungkook se despertó con un fuerte dolor de cabeza, no sabía si era migraña pero era insoportable. Tenía el rostro enterrado en su almohada y sus cabellos estaban revueltos y enredados, dándole una imagen muy desalineada la cuál no le importaba arreglar ahora mismo. En esos momentos solo deseaba dormir un año completo, no tenía ganas para hacer absolutamente nada que significara alejarse de la comodidad de su dulce cama.

No tenía ni la más mínima idea de a qué hora era pero estaba seguro que no era muy temprano al notar cómo los rayos del sol se colaban fuertemente atraves de la ventana de su habitación y los ruidos ya comunes provenientes de la cocina se escuchaban a la perfección, indicando que Lia estaba ahí.

Se quejó y analizó sus opciones de seguir en su cama o levantarse para poder llegar a su trabajo, iba a tomar la primera opción pero unos golpes resonaron en la puerta de su habitación antes de que la mujer con cabellos cobrizos y ojos verdes entrara.

—Jungkook, ¿Qué haces dormido todavía?— preguntó, ella sabía que el azabache siempre ha sido de las personas que se levantan muy temprano para comenzar su día. —Son las once de la mañana, ¿No irás a la empresa? Namjoon llamó hace una hora, dijo que no respondiste a sus llamadas.

—No tengo ganas de ir— se quejó como un niño pequeño al que levantan muy temprano para ir al colegio, él simplemente quería descansar todo lo posible.

—Entonces no vayas pero Namjoon me pidió que le devolvieras en cuanto antes la llamada— avisó. —Por cierto, ya está el desayuno por si tienes hambre. Hice huevos revueltos con jugo de naranja, ahorita iré a comprar unas cosas que faltan para la comida de más tarde.

Y fue cuando Jungkook reaccionó, abrió en grande los ojos cuando recordó que no le devolvió la llamada a Tae y este seguro ahora mismo trataría de colgarlo por no llamarle de vuelta. —Mierda, mierda, mierda— se quejó, tratando de buscar su celular a su alrededor.

Lia lo observó con su entrecejo fruncido, mirándolo con duda ante su repentina reacción.

—¿Qué sucede?¿Estás bien?— preguntó preocupada, viendo cómo el azabache buscaba como loco quien sabe qué.

—Anoche..— hizo una pausa. —Anoche tomé demasiado y Taehyung llamó, le dije que le devolvería la llamada pero no lo hice, lo olvidé por completo y ahora no encuentro mi celular— explicó sin dejar de buscarlo, encontrándolo por fin debajo de su cama.

—Kook, cariño— llamó. —Tranquilizate unos segundos, seguro que si le explicas lo entenderá, Tae es muy lindo.

—Es que anoche no solo pasó eso— maldijo aún más porque el aparato no quería encender, indicando que lo más probable es que no tenga batería.

—¿A qué te refieres con que "no solo pasó eso"?

Jungkook ya había conectado el aparato y estaba sentado sobre la orilla de la cama, tal vez se le caería el cabello por la desesperación. Esperaba que no.

—Después de la fiesta yo estaba borracho y quería regresar a casa, tal vez eran las dos de la mañana, no lo recuerdo, pero había llamado a Taehyung para preguntar cómo estaba y él me dijo que no condujera en ese estado y que le pidiera a alguien que me trajera a casa— explicó, tratando de recordar lo más que podía la anoche anterior.

—¿Quién te trajo?— preguntó.

—A eso quiero llegar— respondió. —Cuando terminé de llamar a Taehyung iba a pedirle a Namjoon o a JiEun que me llevarán pero en eso salió...— tragó saliva, sabía que probablemente Lia intentaría golpearlo. —Salió Baekhyun y me dijo que me llevaría a casa— Lia estuvo a punto de quejarse pero Jungkook fue más rápido y siguió hablando. —Recuerdo haberle dicho que no, que le diría a mis amigos pero dijo que estaban incluso más ebrios que yo y sabía que tenía razón, entonces yo.. le dije que sí.

—¿Qué más sucedió?— preguntó con su entrecejo fruncido lleno de duda, sabía que Jungkook aún no le decía todo.

—Me besó— respondió bajito pero siendo escuchado por la mujer.

—¿Qué hizo qué?— questionó exaltada.

—Te juro que yo no me lo esperaba, simplemente se me lanzó encima y yo no me aparté enseguida, estaba mareado y reaccioné muy lento— se lamentó. —Después de eso solo tomé mis llaves, entré lo más rápido que pude al apartamento y me quedé dormido— suspiró. —Todo eso fue mi culpa.

—Jungkook, tranquilo. Solo llama a Taehyung, dile lo que pasó y seguro lo entenderá, además, ¿No irán a la playa? Lo puedes llevar para distraerse— aconsejó.

Jungkook revisó si su celular al menos ya encendía, y lo hizo.

En cuanto pudo entrar en el aparato intentó llamar a Taehyung pero las llamadas ni si quiera entraban a su celular y se estaba preocupando. Intentó con llamando a los padres de Taehyung pero estos no respondieron y se estaba desesperado por no tener respuesta por parte de ninguno.






Jungkook a estas alturas estaba demasiado preocupado por Taehyung, había pasado todo el día anterior intentando llamarlo y no tenía respuestas de éste, incluso llamó al mejor amigo pelinegro de su rubio pero a él tampoco le había respondido.

Había perdido la cuenta de las llamadas que le había hecho a Taehyung, todas mandadas al buzón de voz. Intentó igual con sus suegros pero estos después de unos intentos también comenzaron a mandar la llamada a buzón.

Entre más llamadas hacía su desesperación más incrementaba, no tenía la mínima idea de que hacer. JiEun le había dicho que esperara un poco más pero no quería, llegó incluso a tener la idea de ir a buscar a Taehyung hasta la casa de sus abuelos pero no sabía la dirección así que muy a su pesar la descartó.





El camino de vuelta a Seúl estaba siendo relativamente tranquilo, no había mucho tráfico y el clima era perfecto para conducir. La pequeña familia iba escuchando su música favorita, desde los artistas favoritos de Jongin hasta los de Taehyung se reproducían en un volumen moderado en los parlantes del auto.

—Tae, cariño— llamó su madre. —Más adelante hay unas tiendas, ¿Vas a querer algo?.

Tae negó con su cabeza. —No, mami— respondió bajito sin despegar su mirada de la ventanilla.

Aún tenía sus ojos un poco rojos e hinchados de estar llorando.

Solar solo hizo una mueca ante la actitud de su rubio, no sabía cómo animar a Taehyung y eso la frustraba demasiado.

Verlo llorar nunca ha sido su cosa favorita, por eso toda su vida trató de educarlo de la mejor manera y se encargó de protegerlo lo más que pudo aunque ahora era más difícil seguir haciéndolo ya que Taehyung al ir creciendo tomaba sus propias decisiones.

Jongin siempre le repitió que debía dejar que Taehyung aprendiera de las consecuencias de sus decisiones y acciones ya que no siempre los tendría a ellos para ayudarlo cuando lo necesitara.

—¿Estás seguro, cariño?— insistió un poco más.

—Seguro— respondió. —¿Cuánto falta para llegar a casa?.

Solar suspiró. —Un par de horas más, no te preocupes. Duerme, yo te despierto en cuanto lleguemos.

Taehyung no respondió nada más y solo recargó su cabeza sobre la ventanilla, disfrutando un poco del aire que se colaba del lado de su madre y que pegaba directamente sobre su rostro como una suave y fría caricia.

La familia Kim llegó al rededor de las diez de la noche a su hogar, Tae yendo directamente a su habitación para encerrarse lo que restaba de la noche. Dormiría hasta el día siguiente porque necesitaba descansar bien, estaba decidido de ir a buscar a Jungkook en su apartamento y pedirle algún tipo de explicación, la necesitaba y se la mercería sin importar qué.






be my daddy | kooktae♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora