† ᴄʜᴀᴘᴛᴇʀ ᴇɪɢʜᴛ †

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¿Se supone que era normal sentir que alguien lo tocaba?

No era la primera vez que JimSi sentía que alguien se sentaba a un lado de la cama y le tocaban las piernas o la cintura. Muchas veces ocurrió cuando su mamá iba a trabajar al hospital por las noches y él quedaba solo, en esos momentos no se atrevía a abrir los ojos y observar quién era el que lo tocaba, pues sabía muy bien de quién se trataba y eso lo asustaba tanto que su cuerpo se congelaba a tal punto en el que ni siquiera podía hablar.

SeYet había salido de emergencia al hospital hace menos de diez minutos, le había dicho que no tardaría nada y que lo llamara si necesitaba algo. Luego de eso fue que sintió cómo alguien entraba a su habitación y se sentaba en la cama para tocarlo.

Estaba asustado, mucho con demasiado.

" Tío, por favor, regresa "

Dios.

Con su mentón temblando, apretó los ojos cuando una mano se metió bajo su suéter para tocar directamente su piel, pero ese tacto le provocó tanto asco que solo se levantó rápidamente de la cama y asustado retrocedió cuando miró al hermano menor de SeYet, ese maldito chico hormonal de veinte años que no podía controlar sus pensamientos calientes.

— ¿Qué hace aquí?

— Solo quería cuidarte, no debes estar solo, pequeño — Sonrió el mayor — Deja que yo te cuide, ya te dije que no haré nada...

— ¡No-No! — Gritó — ¡Váyase o llamo a mi tío!

— No, no me amenaces.

Bastante asustado, pero queriendo mostrar lo contrario, corrió hacia la puerta para salir de ahí e ir en busca de su bolita de arroz, mas el mayor lo sujetó del cabello y lo arrastró, literalmente, a la cama; en donde lo dejó caer para dejarlo sin salida entre su cuerpo y apresándole las muñecas por arriba de la cabeza.

— Por favor... no-no me haga daño — Sollozó — Suélteme, por favor.

El mayor le mostró esa cínica sonrisa que le decía que no lo iba a soltar, no hasta cumplir esa pequeña fantasía que ha tenido desde años.

— Yo cuidaré de ti, pequeño, y seré lindo contigo, pero si abres la boca para perjudicarme, yo mataré a tu bolita de arroz — Susurró — Y te vas a quedar solo para siempre, sin nadie a tu lado, ¿bien?

— No, por favor, no me haga daño — JimSi murmuró — ¡Por favor, no! ¡No! ¡No me toque!

Dios.

Por todos los medios posibles intentó soltarse cuando el mayor empezó a besarle el cuello y a tocarlo en lugares en donde no debía, manoseando sus piernas e intentando bajarle la pijama para desnudarlo.

— ¡Por favor, no me toque! ¡Suélteme!

Al notar que gritaba mucho, le terminó cubriendo la boca con la mano y siguió besando su cuello entre mordiscos mientras se empujaba contra él para restregarle la erección contra su trasero. Sentir eso lo asustó demasiado, provocó que soltara un llanto que desgarraba su garganta ante los gritos que eran ahogados por la mano que cubría su boca.

— Pequeño, esto te va a gustar.

Mierda y mil veces mierda.

Entre gritos, apretó los ojos, se removió y pidió al cielo que lo ayudaran cuando el mayor le rompió el suéter y luego buscaba cómo hacer lo mismo con los pantalones.

— ¡No, no! ¡No lo haga!

— ¡Cállate! — Gruñó el mayor — No me hagas ser malo.

Justo cuando estuvo a nada de bajarle los pantalones a JimSi, alguien lo agarró por atrás y lo empujó hacia afuera de la cama.

ᴍʏ ɴᴀɪʟs, ʜᴀɪʀ, ʜɪᴘs, ʜᴇᴇʟs 「†」 ʏᴏᴏɴᴍɪɴ [ʟɪʙʀᴏ ᴅᴏs]Where stories live. Discover now