(iv.) santiago vaca narvaja

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daydreamin', ariana grande

este y el anterior están como conectados, me gustó el hecho de combinarlos

—HOLA —su voz causó una sonrisa en mis labios casi inmediata, pero eso nunca lo admitiría

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HOLA —su voz causó una sonrisa en mis labios casi inmediata, pero eso nunca lo admitiría

—hola, santiago —terminé de cerrar la caja de maquillaje para voltearme y hablar con él, sus ojos eran preciosos, cómo podía ser tan lindo

—te negaste a mi vaso de chocolate, a reírte del chiste que hice y ahora soy santiago —se agarró el pecho, fingiendo dolor y haciéndome reír—, auch, juli, o debería decir julieta

—perdón, santi, he estado algo ocupada hoy —me disculpé acercándome a él, era un tanto más alto que yo, dejé mi mano en su pecho, acariciando con mi pulgar

—¿tu hermano está mejor? —asentí, mi hermano había cometido la pendejada de fracturarse el brazo patinando—, ¿sábado, 5 de la tarde en el lugar de pasta que te gusta?

—me parece, santi —me intente separar, pero me atrajo nuevamente a él para dejar un beso en mis labios—, alguien nos descubre y me despiden.

—créeme que me da igual —se rió, separándose y dejándome ir, con eso me fui junto a mis cosas—, deberías usar ese pantalón más seguido, te hace un orto...

reí por dentro mientras caminaba, santiago y yo nos conocimos uno de los primeros días, al principio me parecía un poco molesto que fuera tan atractivo, me preguntaba constantemente por qué no estaba en el modelaje, además era algo tímido y reservado.

"no es mi tipo" llegué a decir, no era mi tipo de sangre quizás pero era exactamente el tipo de hombre que me hacía sonreír y quererlo besar al mismo tiempo.

—¡juli, vente! —amelia estaba saltando muy emocionada, con simón y felipe a su lado, ellos mantenían una sonrisa, me acerqué rápidamente—, ¿qué te parecería salir el sábado?

—no puedo, tengo planes...

—¿con? vamos, iremos a jugar bolos, ¡te encanta! —era cierto, era mi deporte favorito, pero no podía

—mis padres saldrán este fin de semana, tengo que asegurarme que mi hermano esté bien toda la tarde, para la próxima será —mentí, era lo único que les agradecí a mis padres: el saber mentir

no era mitómana, pero lo usaba para mentiras blancas como estas

—está bien, esperamos que tu hermano mejore —simón dijo con una sonrisa, felipe asintió

con eso, fui liberada, me fui rápidamente a donde estaba mi mochila para buscar algún bloc de notas y poder anotar las cosas que tenía que preguntarle a montse

pero amelia estaba detrás mío, casi sacándome el alma del cuerpo

—no es cierto, no estarás con tu hermano... es santiago —dijo en un susurro alto

—puede ser, pero me lo pidió primero, además nadie sabe de nosotros aún no puedo andar divulgando por ahí.

eso no era tan cierto, caruso sabía porque nos había visto una vez besarnos pero prometió callarse, además montse se enteró cuando se lo confesé bajo la influencia del alcohol.

—reclamaría mi espacio como tu amiga, pero lo aceptaré, solo por esta vez.

—porque te estás garchando a polidori en tu oficina, hormonal —me puso las manos en la boca, me reí por la reacción

—¡en la oficina no! —les recuerdo que toda esta conversación está ocurriendo en susurros, así que era aún más chistoso—, yo respeto mi espacio de trabajo, así que acá nunca hemos hecho eso.

—pero en tu apartamento sí, sigues siendo hormonal —me encogí entre hombros mientras caminábamos hacia mon

—¡chicas, necesito a blas y santiago para el retoque, ¿podrían traerlos?

—voy por santiago —dije rápidamente, dejando a lia sin más opción, ambas nos apresuramos a los camerinos

—te odio, juli —fingió enojo mientras caminábamos

—yo también te quiero, lia —sonreí exageradamente, nos separamos para cada una ir por su chico, que en realidad sí eran nuestros chicos

al encontrar el camerino del dichoso ricitos de oro, toqué la puerta suavemente, recibiendo un "adelante" de su parte. al entrar, él estaba en su celular, inmerso en un juego seguramente.

—hola, chiquita ¿qué pasó? —preguntó sin separar la mirada del celular, hasta que bufó y lo dejó de un lado, alzando la mirada

—te necesitan en maquillaje, ¿cómo supiste que era yo?

—memoricé ese pantalón —dijo como si nada, se levantó y acercó cautelosamente, negué con una sonrisa—, cerrá la puerta, solo será un beso.

hice lo que me pidió, y dejé un beso corto en sus labios, santi me acercó nuevamente para clavar un beso más pasional, enterré mis manos en su cabello como pude. sentí sus manos en mi cintura.

debía aceptar que era el chico más inesperado del mundo, nunca sabías lo que iba a hacer, y eso me emocionaba de sobremanera. al separarnos vi como un poco de gloss manchó su maquillaje, lo limpié riendo.

—eso es un beso, chiquita.

𝐋𝐀𝐁𝐘𝐑𝐈𝐍𝐓𝐇, lsdln one shotsWhere stories live. Discover now