(vi.) juani caruso

4.9K 141 11
                                    

sunflower, shanon purser

está triste, perdón

UNO, DOS, TRES, conté en mi cabeza antes de empezar a cantar

rose girls in glass vasses (chicas rosas en floreros)
perfect bodies, perfect faces (cuerpos perfectos, caras perfectas)
they all belong in magazines (todas pertenecen en las revistas)
those girls the boys are chasing (aquellas chicas que los chicos buscan)
winning all the games they're playing (ganando todos los juegos que juegan)
they're always on a different league (siempre están en una liga diferente)
stretching toward the sky like i don't care (estirándome hacia el cielo como si no importara)
wishing you could see me standing there (deseando que me pudieras ver aquí parada)
but i'm a sunflower, a little funny (pero soy un girasol, algo gracioso)
if i was rose, maybe you'd want me (si fuera una rosa, quizás me quisieras)
if i could, i'd change overnight (si pudiera, cambiaría de la noche al día)
i turn into something you'd like (me transformaría en algo que te gustara)
but i'm a sunflower, a little funny (pero soy un girasol, algo gracioso)
if i was a rose, maybe you'd pick me (si fuera una rosa, quizás me escogieras)
but i know you don't have a clue (pero sé que no tienes ni idea)
this sunflower is waiting for you (que este girasol está esperándote)
but i'm a sunflower, a little funny  (pero soy un girasol, algo gracioso)
but i know you don't have a clue (pero sé que no tienes ni idea)
this sunflower is waiting for you (que este girasol está esperándote)


los aplausos inundaron el teatro, era una ovación delante mío, para mí. busqué entre el público a esos ojos azules que deseaba que estuvieran ahí, pero no los encontré y sentí mi corazón desangrándose lentamente. me retiré del escenario con una sonrisa, al llegar a backstage, dejé el micrófono y me dirigí a mi camerino.

¿no había sido suficiente que le haya rogado porque viniera? me sentía tan ilusa pensando en que realmente aparecería. mis ojos se llenaron de lágrimas, me sentía tan fuera de control sobre mis propias emociones.

tocaron la puerta, me arranqué las lágrimas del rostro, y me levanté para abrir la puerta, no era él, era mi hermana mayor.

—¿no está? —negó, me rodeó inmediatamente, me dejé quebrar en sus brazos

—cariño, todo estará bien —acariciaba mi espalda mientras yo lloraba, la impotencia me llenó

—¿por qué sigo confiando en él? me ha demostrado muchas veces que no me ama, que no me quiere, que ya ni siquiera soy alguien valiosa en su vida, pero vuelvo, y caigo en sus brazos

por un momento me pregunté si siquiera yo me amaba a mi misma, dudé de qué responderme, sabía que me quería, pero no me amaba, si era capaz de entregarme así a él, no me amaba a mi misma.

—debes darte un descanso de él, debes eliminarlo de tu vida completamente, darte un detox de cualquier cosa que tenga que ver con él —procuró no nombrarlo, él siempre me había dicho lo mucho que detestaba su nombre, pero yo me había enamorado hasta de esas letras

juan ignacio, era un mal nombre, pero era su nombre.

—me siento mal, me siento débil —mencioné mientras me separaba de ella para dejarme caer en el sillón—, siento que tengo el vacío de sus besos.

—¡no lo necesitas, cariño! no lo necesitas para respirar, ni para vivir, ni para nada, debes dejarlo ir.

—no me siento capaz.

—pues lo eres, y más que eso. diste tu alma, vida y corazón en alguien que no valía la pena, en él, creo que puedes dar eso y más por ti misma.

ella no lo entendía, juani me había enseñado a amar, me había dado el primer ejemplo de cómo funciona el cariño, de cómo se gana la confianza, de cómo se ama. me había enamorado hasta los huesos, sentía una necesidad de estar con él.

me hice bolita, rodeándome de mí misma, de mis sentimientos, de la soledad y tristeza que invadía mi ser. ¿cómo podía ser tan ilusa para seguir cayendo en sus encantos aún cuando estoy sufriendo por él?

yo vivía libre, y en esa libertad apareció juani, él tenía tres años más que yo, estaba rompiendo todas las reglas que me había propuesto en la vida, todos esos principios que me dije a mi misma siendo una niña, los estaba olvidando por el chico de ojos bonitos.

pensé en dónde sería el inicio de este problema, no dudé en pensar que el no tener figuras paternas me había hecho sentir tan fácil de conquistar, porque no tenía estándares de ningún tipo, aunque mi hermana tampoco y ella consiguió a alguien bueno.

desde que lo vi, lo idealicé, fue como la cara perfecta al chico de mis sueños, lo que toda chica quiere: caballeroso, detallista, atento, cariñoso, empático, lo que quieras, en mi cabeza él simplemente lo era.

—¿por qué lo quiero tanto?

—porque piensas que como él te quiere es la manera correcta de querer, pero no lo es, te haces daño a ti misma volviendo a sus brazos...

—¿crees que no lo sé? he intentado todo, pero nada se compara a él, es como si tuviera grabado en la memoria todo sobre él, como me toca, como me trata, como me hace sentir. cada que salgo con un chico nuevo, no puedo no sentir que lo estoy reemplazando.

no levanté la mirada, seguía escondida, me quería borrar de la existencia del universo, que todos me olvidaran menos él, que él viviera con mi recuerdo cuando yo ya no esté, tal como lo hacía.

escuché como alguien entraba a la habitación, no quise levantar la cabeza.

—quién seas, no te quiero ver.

—me voy del país, no me tendrás que volver a ver —me levanté inmediatamente, encontrando aquellos ojos azules que me encantaban tanto, me embriagué en su olor por una última vez

—¿a dónde te vas?

—españa, me iré a vivir allá por unos años —veía como sus ojos se movían analizando las lágrimas que caían por mi rostro, seguramente el maquillaje corrido, y el desastre que era—, estas son para ti.

unas rosas blancas estaban delante mío, las tomé, y entre ellos vi un girasol.

—esa eres tú —señaló—, siempre has sido mi flor favorita, pero no sé como mantenerte viva, perdón por no saber cómo tratarte, no volveré a contactarte, a pesar de que te extrañe.

dudé en hablar, solo asentí, estaba a punto de irse pero tomé su mano, devolviéndolo a donde yo estaba. su expresión mostraba confusión, tomé el girasol y se lo di. me volvía a derretir ante sus ojos, su olor, su forma de ser.

—cuando muera, sabrás que estoy bien.

con eso, tomó el girasol y se fue. vi al amor de mi vida irse para encontrar a alguien más, mientras yo sentía como mi corazón se quedaba sin una gota de amor más para dar.

𝐋𝐀𝐁𝐘𝐑𝐈𝐍𝐓𝐇, lsdln one shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora