dos

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Hacía dos semanas que habían entrado a la academia. A algunos todavía les costaba un poco adaptarse a la nueva rutina y a convivir con sus compañeros. Todo lo contrario a lo que les ocurría a ellos, Lucas y Naiara habían conectado desde el primer momento y aunque no pasasen mucho tiempo juntos siempre estaban el uno para el otro.

La gala pasada Lucas salió nominado y ahora luchaba con su compañera Suzzete por quedarse en el concurso. A Naiara le sorprendía la actitud que estaba teniendo su compañero frente a la nominación, se mostraba positivo y con ganas de demostrar su talento. La verdad es que eso aliviaba bastante a la aragonesa, pues el hecho de pensar que Lucas pudiera venirse abajo le provocaba cierto malestar. No podría permitirse verlo mal y mucho menos cuando es él quien siempre le levantaba el animo a ella.

Naiara corrió al baño tras finalizar su ensayo. Al abrir la puerta chocó con una figura alta y fuerte. Su olor varonil la envolvió de inmediato y no le hizo falta más para saber de quién se trataba.

—Lo siento Luqui, pero no aguanto más. —dijo ella apresurándose al servicio.

Poco después salió del cubículo creyendo encontrarse sola pero se sorprendió al verlo todavía allí dentro. Estaba cabizbajo, con la mirada fija en el suelo, estaba tan absorto en sus pensamientos que parecía no darse cuenta de la presencia de la chica.

—Hey guacho ¿Estás bien?

El uruguayo levantó la mirada y a ella no le gustó nada lo que percibió en ella, la luz que solía irradiar, apenas podía apreciarse y eso solo podía significar algo malo.

—¿Qué ocurre Lucas? ¿Ha pasado algo? —preguntó la morena realmente preocupada.

—No, todo está bien. Solo que no sé cómo afrontar la nominación, sé que aparento estar de puta madre y que no le estoy dando mucha importancia. Pero la verdad es que desde el lunes tengo una presión acá, en el pecho, que no consigo quitarme.

—Joder... —murmuró Naiara acercándose a él para envolverlo en sus brazos. —La verdad es que todos pensábamos que lo estabas llevando mejor de lo parece.

—No quiero que esto se acabe Nai, es demasiado pronto. Quiero aprovechar un poco más esta oportunidad y quiero pasar más tiempo con ustedes. —se sinceró.

—No se va a acabar Luqui, estoy segura de que vas a quedarte, no me preguntes por qué pero es un presentimiento.

—Ojalá y tengás razón. —la miró directamente a los ojos y un escalofrío los recorrió a ambos. No sabían por qué pero cada vez que se miraban conectaban de alguna manera en la que las palabras sobraban.

—¿Puedo hacer algo por ti? No quiero verte así.

—Si te podés quedar un rato acá conmigo. Necesito unos minutos sin sentirme observado constantemente.

Sin pensarlo, Naiara se sentó en el suelo apoyándose en la pared y segundos después él la imitó. Lucas le contó cómo llevaba la canción y lo que significaba para él. Era una balada preciosa que en su voz sonaba a poesía. Pasaron varios minutos hablando que ni siquiera supieron en que momento habían entrelazado sus manos. Cuando Naiara se dio cuenta hizo amago de separarla pero el uruguayo la apretó más fuerte y comenzó a acariciarla con su dedo. La morena cerró los ojos un segundo tratando de calmar lo que fuera que aquello le había provocado. Al abrirlos,
Lucas la miraba con una intensidad abrumadora. Acarició su mejilla con la otra mano y se acercó a ella lentamente hasta el punto de juntar su nariz con la de ella. Bajó la mirada a sus labios y suspiró.

—Lucas... —susurró Naiara con el corazón desbordado de emociones.

"Chicos, quedan dos minutos para el pase de micros. Os quiero a todos en la sala de ensayo ya."

Una vida para amar || LunaiNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ