catorce

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La melodía que usaban cada mañana sonaba por los altavoces retumbando por toda la habitación, despertando así a los concursantes. Naiara, quién pese a dormir profundamente, también consiguió oírla, obligándose a abrir los ojos. Se sentía agotada, le pesaba el cuerpo y la cabeza le dolía hasta el punto de parecer que iba a estallar. Cuando consiguió abrir los ojos del todo pudo comprobar la presencia de alguien más en la cama. Lucas la miraba fijamente con un gesto de ternura. 

—¿Cómo estás? —preguntó el uruguayo.

—Como si hubiera estado toda la noche de fiesta y me hubiese bebido hasta el agua de los floreros. —bromeó ella provocando la risa de él.

—Enserio loqui, anoche me dejaste muy preocupado. 

—Lo siento, es que me agobié demasiado y no pude controlarlo. 

—No pensés ni por un momento que debes disculparte por eso. —le advirtió. -Solo me preocupa que todo esto te esté superando y perjudique a tu concurso y sobre todo a ti.

Unos golpes en la puerta captaron la atención de ambos. 

—Naiara, cariño, solo venía a ver como te encuentras. Me acaban de enseñar lo que pasó anoche. 

Naiara salió de la cama y fue al encuentro de la directora. En cuanto la vio, se abalanzó a sus brazos intentando buscar ese cariño de madre que ella les trasmitía. 

—¿Estás mejor? —la morena asintió.

—Me duele un poco la cabeza pero ya se me pasará. 

—¿Ocurrió algo grave para que llegases hasta ese punto? —preguntó Noe. 

Naiara sintió la mirada atenta de su compañero sobre ella. Giró la cabeza un momento y por lo que pudo ver en sus ojos, intuyó que él ya sabía el motivo. 

—Nada en concreto, supongo que ha sido por la presión acumulada que no he sabido gestionar.—mintió.

—Bueno si necesitas quedarte descansando durante el día no hay ningún problema, ya lo sabes. Ahora te traeré una pastilla para el dolor de cabeza. 

—Muchas gracias, Noe. 

—No me las des, cariño. Esta tarde tendréis una sorpresa que va a conseguir animarte, ya lo verás. —dijo la directora dejándolos impacientes e intrigados. 

Las horas pasaban demasiado lentas. Al ser viernes, lo único que tenían programado era la grabación del disco por lo que tenían la mayor parte del tiempo libre. Naiara, pese a su evidente malestar, tomó fuerzas e intentó continuar el día con normalidad. Además, Lucas no había dejado de cuidarla y estar pendiente de ella en todo momento. Ambos sabían que tenían una conversación pendiente, ella sentía la necesidad de aclararle lo que vio ayer y él tan solo necesitaba respuestas a todas esas dudas que ocupaban su cabeza. Pero ninguno se atrevía a dar el paso, ella porque no sabía como empezar y él porque no quería remover cosas que no le pertenecían. 

Ya era eso de las siete de la tarde. La morena ensayaba su canción en uno de los box cuando sintió entrar a alguien. Lo miró de reojo y continuó con lo suyo. 

—Lo hacés increíble, boluda. —la elogió el uruguayo.

—¿De verdad? Aun tengo dudas en algunas cosas.  

—Claro. Es obvio que faltan por perfeccionar algunas cosas pero estamos a viernes, esto mañana lo tienes perfecto. —ella sonrió agradecida. 

—¿Querías algo en particular? o ¿solo venías a ver como estoy por cuadragésima vez en el día? —preguntó divertida. 

Una vida para amar || LunaiNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ