-''Eres como un estúpido lobo que solo busca hacerme daño, no se como hiciste que me sintiera de esta manera y que por alguna estúpida razón ahora te quiero cerca mío, pero no dejare que lo vuelvas a hacer''- Mande el mensaje para luego intentar ir...
La alfa se encontraba frustrada pues había despertado después de escuchar unos fuertes sollozos. Sollozos que provenían de la omega, omega que había maltratado, omega la cual había abusado la noche anterior.
Lisa se estaba alistando para fingir preocupación, pensando en cómo iba a hacer para que la omega dejara de llorar de esa manera.
--¿Pasa algo?- Dijo mientras la abrazaba suavemente por la espalda.
La omega había empezado a sollozar más fuerte liberando feromonas de miedo.
— No...- La alfa aún fingiendo su tristeza la soltó— No llores por favor, lo siento mucho, estaba fuera de mi... yo no quería lastimarte- Agrego mientras la soltaba.
— Omega por favor...- Decía mientras se ponía frente a ella y la tomaba de la mano. —No llores— Repetía y repetía. Por más que lo decía la omega solo lloraba cada vez más fuerte.
La alfa solo se frustraba cada vez más. Había abusado de ella pero no es para que esté llorando tanto, le parecía molesto, odiaba escuchar sus sollozos.
"Deja de llorar, odio que llores, deja de llorar de una maldita vez " quería demandar Lisa con su voz de alfa, pero para no perder el avance que había logrado solo dejó a la omega en la habitación y se fue.
Horas habían pasado y Lisa aún no entraba a la habitación, desde lejos se escuchaban los "molestos" sollozos de la omega.
"Me duele la jodida cabeza y ella solo sigue siendo una dramática." Pensaba Lisa mientras se dirigía a la habitación donde la había dejado.
No quería preguntar y mucho menos iba a tocar la puerta, sin dar un aviso solo entro para encontrarse a la omega acostada y ya sin llorar.
— No volveré a acercarme a nadie más, lo prometo.- Dijo la omega sin mirar a la alfa.
— Más te vale.— Respondió la alfa manteniéndose fría mientras tomaba en brazos el cuerpo de la omega y la llevaba al baño.
La omega ni si quiera tenía fuerzas para protestar, el echo de haber sido abusada la noche anterior de por si la había dejado exhausta.
— ¿Tienes fuerzas para bañarte?— Pregunto la alfa mientras abria la llave y esperaba que saliera el agua caliente aún con la omega en brazos.
La omega aún estaba resistiéndose hablar, se sentía mal, no entendía cómo alguien en quien confiaba le había echo tanto daño.
La omega realmente había pensado que tenían realmente una conexión, que realmente algo las unía pero luego de lo qué pasó lo estaba dudando fuertemente.
Todas esas dudas la invadían, intentaba no pensar en lo sucedido, intentaba perdonar a la alfa, intentaba hacer que no le doliera.
—Aléjate.— Fue lo único que pudo decir, la única cosa que su boca pudo soltar.
