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         No hay más nada que hacer.

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Una alfa enojada se encontraba tocando la puerta de su "omega", tomaba nombres intento marcar posesión aunque la marca en el cuerpo de esta era inexistente.

"¡Ábreme la puerta!" gritaba mientras azotaba la puerta cada vez con más fuerza. Si seguía así pronto iba a romper la puerta, cosa que no quería.

La omega por su lado permanecía callada, está estaba asustada y quería evitar cualquier tipo de confrontación, el miedo había inundado todo su cuerpo y la casa estaba llena de sus feromonas. Feromonas que representaban el miedo que esta sentía.

En un impulso la alfa decidió amenazar con romper la puerta si la omega no le respondía o seguía ignorándola.

La omega titubeando decidido acercarse a la puerta y intentar hablar con la alfa.

— Alfa, por favor...— Decía la omega casi en una súplica.

—Tienes que dejarme entrar, por favor, solo déjame explicarte, esto no volverá a pasar pero tienes que dejarme hablar contigo. —Respondió la pelinegra.

Antes de que la omega considerara la idea de abrirle la puerta unas sirenas de policía se escucharán y se pudieran observar las luminosas luces rojas y azules.

— Jennie, No dejaras que la policía me lleve, ¿Cierto?, no quieres a tu alfa tras las rejas...— Dijo Lisa intentando abrir la puerta nuevamente.

La omega aún seguía titubeando, si la dejaba pasar era muy probable que Lisa abusara de ella nuevamente pero si la dejaba afuera se estaba arriesgando a perder a una de las pocas personas (2 con ella) que la trataban con decencia.

Justo en el momento en el que la alfa derribaba la puerta y entraba a la casa para abrazar a su omega pudo escuchar como la sirena de policía estaba demasiado cerca y las luces iluminaban gran parte de la casa de su omega.

— Por favor perdóname.— Decía la alfa mientras se aferraba al cuerpo de la omega.

La omega por su parte aún tenía miedo, y aunque lo intento simplemente no pudo corresponder el abrazo que la más alta le proporcionaba.

— Es la policía, señora aléjese de la omega.— Decía la oficial mientras apuntaba a la alfa con un Taser.

La alfa estaba frustrada pero no tuvo más opción que soltar a la omega y dirigir su mirada a la policía.

— ¿A usted quien la llamo?— Dijo con perspicacia.

— Usted está en propiedad privada, ¿le han dicho que irrumpir en un hogar ajeno al suyo y encima destruir propiedad privada es castigado  con la cárcel?— Respondió.

The wolf /Jenlisa G!PWhere stories live. Discover now